Día 28: Consentida

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Desde que Narancia se enteró que sería madre, estaba siendo muy mimada por su esposo Fugo, pues a los dos meses tuvieron un susto por riesgo de pérdida, y desde entonces Fugo Comenzó a preocuparse aún más por su esposa, descubriendo una faceta en él que nadie conocía; se había puesto muy cariñoso y sobreprotector.

Quería que su amada esté a salvo y su bebita nazca sana, ya que en la última ecografía se supo que el bebé sería una niña.

Fugo comenzó a trabajar desde casa para estar más tiempo con su amada y poder cuidarla, ella pasaba la tarde en su cómodo sofá leyendo los libros de la escuela para adultos, le quedaba medio semestre para terminar la secundaria.

Él chico a veces la acompañaba pero no le explicaba mucho, estaba haciendo un gran esfuerzo por tratar bien a Narancia y sabía que si se sentaba a estudiar con ella, le terminaría gritando.

Aquella tarde, Narancia había tomado una larga siesta después del almuerzo, y se recostó en su cama, pero ya había despertado y nuevamente tenía hambre. Fugo estaba en su escritorio y sintió ruido en la habitación, por lo que fue a ver a su amada.

—Naranjita, ¿Por qué te levantas?

—Es que me dio hambre otra vez y quería bajar a ver que hay de comer

—Pero cariño no te preocupes, yo te traigo lo que quieras

Narancia no había notado el gran cambio de Fugo hasta ese momento.

—Fugito lindo, estás muy raro

—Oh, ¿Por qué lo dices?

—Es que siempre eres como "Grrr Hace tu tarea" y ahora estás como, no se, más tierno conmigo

—Es que debo cuidarte mucho, mereces lo mejor mi Naranjita, ahora regresa a la cama, te traeré algo

—Oye, pero si no estoy enferma, sólo espero bebé

En eso sonó el timbre de la casa, Fugo tomó de los hombros a su esposa, besó su frente y luego fue a abrir la puerta, se encontró con Mista.

—Buenas Fugo, vengo por el paquete semanal

—Aún no lo he terminado, pasa por favor

Mista entró a la casa y se sentó en el sofá de la sala. Cada semana iba en persona a buscar la papelería de los dineros y presupuesto de Passione. Giorno no confiaba en las empresas de correo ni transporte, y por supuesto algo tan delicado debía ir a buscarlo Mista.

—¿Y cómo está Narancia con su bebé?—preguntó Mista

—He cuidado muy bien de Narancia, y la bebé está sana y estable

—Me alegro que no le haya pasado nada malo aquella vez que casi la pierde

—Por suerte la llevamos a tiempo a la clínica

—y oye Fugo, ¿Me puedo quedar a cenar? Mi linda Giornita está en reunión y no quiero llegar a comer solo

—Por supuesto que puedes quedarte, eres parte de nuestra familia

—Gracias Fugo, ¿Y dónde está Narancia?

—Mi dulce Naranjita está recostada arriba, le llevaré un chocolate caliente y galletas, ¿Me acompañas?

—Wow Fugo, ¿Estás bien?

—¿Por qué lo preguntas?

—Es que la tratas como tu Naranjita y la tienes tan consentida, siempre te vi gritarle y ahora la tratas lindo

—Mista, yo amo a mi Naranjita, el haberla perdido una vez me hizo darme cuenta, y con su amor he ido dejando de lado mis ataques de ira

Fugo fue a poner el agua caliente para el chocolate de Narancia, y para compartir un café con Mista.

Mista por su parte fue al segundo piso de la casa a saludar a Narancia, ella estaba recostada en su cama dibujando en un cuaderno de la escuela.

—Hola Mista, ¡Que bueno que me vienes a ver!

—Naran, hola, que lindo verte después de tanto

—Oye, ¿Quieres ver la habitación de la bebé?

—Claro, pero Fugo dijo que te iba a traer chocolate caliente

—Fugito me está tratando a mi como si fuera bebé, es tan lindo, me está consintiendo mucho

—Y se nota, estás más gorda

—¡Oye!

—Tranquila, era broma, pero creo que se tomó literal lo de alimentarte por dos

Narancia dejó de lado su cuaderno y se paró de la cama, guió a Mista hasta la habitación de su bebé. Ya en la habitación, Narancia le mostró a Mista la cuna, los muebles e incluso la ropita que había comprado para su bebé, Mista miraba fascinado cada objeto, cada juguete que Narancia tenía para la llegada de su pequeña.

—Que lindo todo esto, Fugo al parecer está muy emocionado y por eso te está consintiendo tanto

—La verdad es que desde que supo que sería padre ha sido muy tierno y suavecito, sólo estalla en ira cuando saca cuentas en su estudio, pero conmigo es un sol

—Que bonito, me alegra de corazón, tú ya sabes la historia de nosotros, el stand de mi querida puede crear vida porque es sus más profundo deseo

—Lo se, ella no puede tener bebés, y por su trabajo tampoco tiene el tiempo para adoptar, de verdad lo siento

—Tranquila Naran, Mis Pistols los cuido como a mis hijos, y no soy envidioso, el ver tu felicidad es también felicidad para mi

—Por eso te quiero tanto Mista, eres mi mejor amigo

Narancia, con mucho cuidado abrazó a Mista, el correspondió con miedo de aplastar su vientre, en cambio sintió una pequeña patadita por parte de la bebé.

—Oye Narancia, la bebé me dio una patada

—Haha, ella te está saludando, no es algo malo, lo hace cuando está feliz al parecer

—Que tierna, ¿Y cómo se llamará la pequeña?

—No lo se, Fugito le va a poner su nombre

Fugo llegó al segundo piso con el chocolate caliente, vio a Narancia en pie y se acercó a ella, le entregó el tazón con la bebida caliente y le habló con suavidad.

—Bobita regresa a la cama, hoy estudiaste toda la mañana

—Pero dormí toda la tarde, no me consientas tanto que Mista dice que estoy engordando

—No Fugo, fue broma, por favor no te enojes

Fugo sonrió y cerró sus ojos, por dentro quería matar a Mista por llamar gorda a su Naranjita amada, pero no quería gritar frente a su esposa embarazada.

Luego bajaron a la cocina a comer, como eran solamente tres y la cocina tenía un comedor de cuatro sillas, comieron allí sólo usando tres para que Mista no se asuste. Narancia comió muchos dulces y pasteles, Fugo la miraba con ternura mientras ella comía. Mista por su parte comió pan con carne y queso con un café caliente, y Fugo un té de frutos rojos y un poco de ensalada con crema.

Al terminar la cena, Narancia se recostó en la sala a ver televisión mientras Fugo terminaba de firmar sus documentos para entregarlos a Mista, quien los tomó, los guardó en un sobre y luego se despidió para volver a la mansión.

Fugo miraba como Narancia dormía tranquila en el sofá, con mucho cuidado la tomó en sus brazos, ella despertó y se aferró del cuello de su amado, él la cargó hasta la habitación y la dejó suavemente sobre la cama.

—Si estás con un poco de peso extra mi Naranjita, creo que te he consentido mucho

—No soy yo, es la bebé

—Tranquila, iré por tu pijama, ahora descansa

Narancia vio cómo su amado llegó con un pijama limpio y la ayudó a vestirse, estaba demasiado sobreprotector pero ella dejó de debatir y sólo disfrutaba, pronto nacería su bebita y ya no tendría tiempo de relajarse y descansar, pues ella veía como Abbacchio y Buccellati estaban cansados cuidando de su pequeño hijo, pronto le tocaría a ella y su Fugito con la bebé.

FugoNara Tober 2020 - FugoxFem NaranciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora