Día 6: Tristeza

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Narancia estaba en casa, deprimida y sin hacer nada productivo. Tenía un montón de tarea de su primer año de secundaria, pero no pensaba hacerla a pesar de tener el tiempo.

Fugo quiso darle una sorpresa; pasó por una florería para llevarle las flores blancas que tanto amaba, y por una chocolatería, ya que ella era fanática de los chocolates rellenos.

Estaba muy animado, sólo quería ver a su novia y estar un rato junto a ella, y de paso ver si necesitaba ayuda con sus deberes escolares.

Al llegar a la mansión, Mista le dijo que Nara no había salido en todo el día de su habitación y que el mayordomo tuvo que subir su almuerzo a la alcoba. Fugo de inmediato se preocupó, pensaba que estaba enferma o triste, corrió escaleras arriba y sin previo aviso abrió la puerta de la habitación.

Encontró un gran desorden, y a la chica tirada en el piso jugando videojuegos en pijama y con cara de pocos amigos.

—Narancia, querida te traje un regalo

—Dejalo ahí, lo veo cuando mate al jefe

—¿Vas a matar a Giorno?

—¡NO! jefe se le llama al villano del videojuego que... Ah, perdí

Narancia volteó a ver a Fugo, apagó la consola y se acercó a él.

—Perdona el desorden, es que hoy no me he sentido bien de ánimo

—Al parecer llegué en buen momento de sorpresa

—Si, tu corazón notó que el mío estaba triste y te atrajo

Narancia besó a Fugo y éste le siguió el paso, tras separarse, él le entregó las flores y el chocolate.

—Ay que lindo eres, iré a ponerlas en agua

La chica tiró al cubo de la basura de la habitación las flores marchitas y fue a sacar agua de su baño privado para colocar las nuevas. Fugo mientras tanto veía el desastre de la habitación, no había por dónde comenzar a ordenar, todo era un caos.

—Narancia, ¿Por qué tanto desorden?

—Quería vestirme, pero todo lo que me puse me quedaba mal y quedó ahí tirado

—¿Y los cuadernos?

—Quería hacer la tarea pero ni ánimos me dieron

—¿Y todas esas bolsas de snacks?

—Le pedí al mayordomo que me traiga frituras, pero no me las quiero comer

—al menos almorzaste

—Solo me comí la mitad

Fugo estaba realmente preocupado. La chica abrió el cajón de su mesita de noche y sacó un cuadro, luego se sentó sobre la cama y llamó a Fugo.

—Hoy es aniversario de muerte de mamá—Dijo la chica con la voz quebrada—Yo, yo la quería mucho, y siento que me hace falta

Fugo abrazó a Narancia mientras ella se puso a llorar, realmente le afectaba la muerte de su madre, y aún le afectaba más el no poder ir al cementerio por miedo de toparse con su padre.

—Perdon por llorar, puede ser tonto, pero...

—No Narancia, no es tonto—Fugo besó su cabello dulcemente—Son tus sentimientos y tu madre fue buena contigo

—Gracias, yo... yo a veces quisiera que esté aquí conmigo para darme consejos o cocinarme ricos pasteles

—Tranquila, es normal sentir tristeza, pero estoy aquí para apoyarte, hoy te perdonaré todo

Fugo secó las lágrimas de la chica con sus dedos, luego la tomó del mentón y la miró directo a los ojos.

—Narancia, tu madre querría verte feliz, como la alegre chica que sueles ser. Está bien llorar, pero no dejes de hacer lo que te gusta

—Pero Fugito, se que mamá estaría feliz de verme feliz, pero no puedo evitar estar deprimida

—En ese caso, me quedaré a tu lado hasta que vuelvas a ser la de siempre

Narancia se recostó en su cama y Fugo a su lado, abrazando y acariciando su cabello hasta que ambos quedaron profundamente dormidos, no hicieron nada de adultos, sólo se quedaron ahí, recostados durmiendo abrazados hasta despertar sin tristeza

FugoNara Tober 2020 - FugoxFem NaranciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora