Y el Oscar es para...

1.3K 116 24
                                    


Tengo una maldita resaca que me taladra la cabeza y los ojos los tengo hinchados por no terminar de dormir como se debe, son las 12 del día y si no fuera porque hoy es el cumpleaños de mi madre juro que me crucificaría a esta cama. Abro un ojo y lo cierro de golpe la luz me lastima, repaso el ya perfeccionado ensayo de supervivencia social, no debo olvidar la impresión que debo proyectar

¿Cuál era? ¡Mierda!

Si que me excedí ayer piensa, piensa, piensa enfócate Gala enfócate lo has ensayado mil veces.

¡Ah sí!

Ya, la imagen, debo proyectar que soy exitosa, que mi vida es absolutamente grandiosa y plena. Que no le temo a nada, que poseo un carácter firme, fuerte y determinante, inclusive mi voz debe de sonar contundente y cautivadora

¿Qué más?

Presencia y sofisticación para que las odiosas de mis primas envidien lo que se supone que soy, esa parte es una de mis favoritas, disfruto ver sus caras cuando mi madre hace presunción de lo que represento y sentir como sus palabras tan amables y deferentes no son más que una mentira.
Pero los ojos de las personas no mienten y yo sé leerlos muy bien, bueno en realidad solo se identificar cuando mienten, gracias a toda una experimentada vida llena de mentiras ya logré conocer a profundidad cuando los ojos ocultan algo, como los de ellas.

-Después de todo soy una maldita mentirosa

Si algo amo de mi madre es su vehemencia al recalcar todos mis logros, las cosas que he obtenido y lo maravillosa que soy –que era, que fui – pero por el día de hoy me basta, tengo todo un papel que interpretar.

Miro el reloj y salto de la cama, no me di cuenta de lo rápido que paso el tiempo por estar sumida repasando mi actuación del día, tengo que bañarme para que no se me note la resaca y también maquillarme para ocultar las ojeras y lo más importante, para darle el toque final a mi actuación debo verme imponente y hacer que la tierra tiemble donde ponga los pies.

–si tan solo pudiera maquillar y disfrazar el alma

No sé qué ropa me voy a poner pero como me voy a enfrentar al nido de víboras que tengo como parientes más me vale ir bien armada. ¡Verga! No le compré ni un puto regalo a mi madre y acabo de recordarlo mientas el agua fría me reanima la piel, tengo el pelo hecho un desastre y por estar pensando demasiado en mi convincente papel no me va a dar tiempo de alisarlo con la secadora, me hare una cola alta y eso tendrá que bastar...

¡Ah si el regalo!

Estaba en el regalo, que fácil es distraerme en mis pensamientos no sé si soy una genio o estoy completamente jodida. El otro día leí en una revista mientras esperaba mi turno en el ginecólogo –porque si soy bien puta pero responsable – que las personas inteligentes suelen ser multifuncionales y que sus mentes son tan desarrolladas que pueden ocuparse de distintos pensamientos a la vez, me sentí toda una chingona, pero abajo en el último renglón mencionaba que solo un pequeño porcentaje de la población encajaba en esa descripción ya que muchos solo eran unos distraídos mentales, y mi chingonería se vino abajo. Siento como si estuviera olvidando algo importante pero, no sé qué es...

¡El regalo maldita sea!

Definitivamente encajo en el perfil de distraída mental. ¿Qué rayos voy a regalarle a mi madre? no tengo dinero, por cierto hablando de dinero tengo que practicar mi cara de preocupación

¡como si me importara una mierda!

Para cuando me pidan que colabore para la boda de Lorena la mojigata de mi prima que acaba de comprometerse, no recuerdo como se llama el tipo pero lo que no olvido es su cara, andando ya con ella y sin saber que las dos éramos parientes me tiro la onda cabrón en la cena de cumpleaños de José, un amigo en común, agradezco a mi intuición o mejor dicho a mi buen gusto ya que lo rechace de lo lindo al darme cuenta que el otro amigo –creo que se llamaba Luis no estoy muy segura – era mucho más guapo y bailaba de maravilla. Que si no, hubiera sido una cagazón mortal ya que, sin yo saberlo era el novio de mi prima. Jamás consideré decírselo, si se va a casar con él, cuando menos debería de conocer el tipo de patán que es su prometido y si no, estoy segura que ya se enterará. Pero yo quemarme por salvarle la vagina de una infección, ¡Jamás! Que se joda después de todo ella no conoce de lealtad, cree que ya se me olvido la vez que intento coquetear con...

CUANDO ARDE LA LLUVIA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora