La lluvia... "Alejandro"

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Los días han pasado más lentos de lo habitual y sé que es debido a que mi ansiedad ha estado muy entretenida pensando en mi cita de hoy, estoy emocionada casi adolescente y no logro entender como a mis 26 años me ilusiono tanto como cuando tenía 15, es ridículo pero no lo puedo evitar, este hombre y sus detalles me han calado tanto que es imposible no enamorarse, con cada hora que se acerca me siento más excitada por las ganas de verlo.

Cuando salgo a las 4 me dirijo deprisa a mi casa porque necesito arreglarme y elegir la ropa que me pondré, no soy de usar muchos vestidos pero creo que a la ocasión le vendría bien, lo primero que hago al llegar es meterme a la ducha no sin antes poner música, calle 13 y su "baile de los pobres" le dan la sintonía exacta a mi entusiasmo, adoro esta canción, me encanta lo que transmite con su letra y lo cierto es que gran parte de mí se identifica con ella ya que muy a mi pesar debo admitir que el dinero siempre me ha atraído pero en un hombre valoro más la identidad de una personalidad "el cobre" ya la economía me la consigo yo con mis habilidades de ilusionismo para desaparecer algunas cantidades.

Mientras seca mi cabello me preparo un sándwich rápido y vuelvo con el plato a mi dormitorio para enfrentarme a la difícil situación: ¿Qué ropa me pondré? Luego de 45 minutos, he vaciado todo el closet y aun no decido que me sienta bien, me he probado todo, absolutamente todo y estoy comenzando a sentirme frustrada porque los minutos pasan y  no encuentro algo que me haga sentir satisfecha, había pensado en un vestido pero esa no soy yo, y es que solo tengo tres, lo mío son las faldas de tubo así que tendré que cambiar de planes pero ¿dónde carajo está mi falda color vino? es la de ocasiones memorables y la necesito, hace tanto tiempo que no había razón alguna para usarla que no la logro encontrar, y sin más reparo, después de vaciar los cajones también, doy con ella y ahora falta la blusa, a menos que quiera ir solo en brasier...

Por cierto hablando de brasier necesito una seguridad, algo que me impida despojarme de mi ropa, así que sin darme tiempo a cambiar de parecer busco en mis cajones ese conjunto viejo de ropa interior, el más gastado y feo que tengo, necesito asegurarme que pase lo que pase,
- espero y no suceda - no debo acostarme con él y mi única seguridad es la vergüenza, por eso me coloco mi vieja y nada provocadora ropa interior para que la vergüenza sea más fuerte que mi excitación, sé que me dará pena que vea mi horroroso conjunto y por eso no me quitaré lo de encima, pero sigo consternada con la blusa, aun no encuentro cual.

Después de otra media hora por fin me decido por una de tirantes holgada color salmón que le da ese toque coqueto a la sensualidad de mi falda, los zapatos serán unas sandalias doradas que harán juego con un brazalete grande color oro y los aretes pequeños del mismo color, hace calor así que no será necesario llevar abrigo la tarde es muy cálida. El cabello lo llevo recogido en una coleta alta me gusta la sofisticación y la cola le da el toque elegante a mi look, listo ya estoy, el espejo confirma mi ánimo y lo despampanante que me veo, doy una última mirada al espejo y me coloco perfume en las zonas estratégicas, las manos para que cuando me toque se quede con mi olor, el cuello, el escote y el cabello, es suficiente me voy.

Estoy consciente que me veo demasiado elegante para ir al café pero qué diablos es una cita con el hombre misterioso que me ha vuelto loca y necesito impresionar.
Llego 10 minutos antes de la hora y me doy cuenta que él está sentado del otro lado – en mi mesa – antes de lo puntual, valoro ese detalle, al verme se levanta y me tiende la mano mientras en la otra sostiene un alcatraz morado (solo uno) y con total gesto de galantería me lo da mientras besa mi mano

- ¡Recuerda tu ropa interior!

Me repito a mí misma mientras besa mi mejilla, esperaba algo tradicional como un ramo de rosas pero ¡Joder! Este hombre no deja de impresionarme, nunca nadie antes me había regalado solo una flor y menos un alcatraz morado. ¡Cariño vienes por todo!

CUANDO ARDE LA LLUVIA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora