"¿Nadie importante?"

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Es sábado y me he levantado tarde, el sueño ha sido un buen amigo y se ha ocupado de hacerme sentir bien, después de desayunar decido ir a visitar a mis padres, no los he visto en la semana y a mamá le encantará que almuerce con ellos, me gustaría invitarlos a comer, quisiera ocuparme en retribuir cuando menos una milésima fracción de todo lo que han hecho por mí, sobre todo ahora que las cosas marchan tan bien y me lo puedo permitir, no pienso llamarlos, deseo sorprenderlos y divertirme con su reacción –sobre todo la de mi madre, va estar vergonzosamente emocionada –me pongo ropa cómoda, jeans y playera normal, pero antes muerta que salir de casa con zapatos bajos así que me subo a mis sandalias doradas y aplico un poco de labial, dejemos descansar solo por hoy al maquillaje.

De camino a casa de mis padres con la gratitud a flor de piel me siento melancólica cuando pienso en ellos, llevan años de casados y a pesar del tiempo no se dejan de adorar, mi madre siempre se ocupa en atenderlo con dulzura y demostrarle cuanto lo ama, mientras mi padre aún sigue llamándola "mi amada" todos los días, cautiva verlo cuando habla de ella, se expresa con absoluta vehemencia dejando a la vista de todos que es el amor de su vida.

Mis padres no tienen nada en común – excepto yo – pero han cimentado su matrimonio con los pilares de lo compatiblemente diferente sin perder su autonomía ejemplar, a pesar de sus distintas personalidades se necesitan mutuamente y no se dejan de enamorar, cada año para su aniversario hacen una fiesta enorme para celebrar su unión, es todo un espectáculo verlos ponerse de acuerdo con la temática de su reunión, mi madre es tan romántica debido a su devoción al arte mientras mi padre es completamente racional por su personalidad tan objetiva y su capacidad para cuestionar.

Mi madre es artista, a nadie le sorprende que haya dedicado su vida a dar clases de ballet pero su devoción al arte va más allá del baile, es natural en ella verla dejar caer lágrimas que brotan de emoción en sus ojos al escuchar una orquesta sinfónica o con una novela de amor, a pesar de que ya no baila, aún visita el estudio donde tantos años instruyo, continúa certificando a nuevas maestras bailarinas y es jurado en la casa de la cultura del estado cuando hay exposiciones y competencias de academias de ballet, toda mi infancia, la casa fue un punto de encuentro para trovadores, poetas, dudosos artistas, -otros no tanto- y pintores, a mi madre le encantaba ofrecer cenas a sus amigos más íntimos, – aún continua haciéndolo y yo adoro esas reuniones tan llenas de eclecticismo – las reuniones se alargaban hasta el amanecer platicando de libros, galerías, exposiciones y todo lo que tuviera que ver con el arte, mi padre siempre impulsó sus anhelos y costeaba complacido cada invitación, también formaba parte de cada tema y le añadía la dosis perfecta con su racionalidad y capacidad para debatir cada afirmamiento, siempre dedicó mucho tiempo en incrementar su inteligencia y conocimiento, su pasión como maestro de filosofía e historia le da la capacidad para contar miles de eventos y dominar una cultura respetable.
Yo crecí entre bambalinas, grandes espejos, artistas y libros, mi madre desde muy pequeña elevó mis expectativas empapándome de novelas de amor mientas mi padre me enseño filosofía, letras, economía y hechos históricos de mi nación, pero su mayor legado fue la determinación que me inculcó y el espíritu libre para no dar nada por hecho, para atreverme a cuestionar desde la religión hasta su autoridad.

Uno de los grandes hobbies de mi padre es su taller en el garaje
el pobre auto siempre estuvo afuera – con un sinfín de herramientas que van desde plomería, carpintería y carros, me causaba tanta gracia que constantemente el señor del taller mecánico de la esquina visitaba a mi padre muchas veces para pedirle prestada alguna rarísima herramienta que seguro él tenia dentro de su inusual inventario, me enseño a defenderme y expresarme con libertad siempre y cuando yo utilizara la educación y pobre de mí si aceptaba una "crítica constructiva" de alguien que en su vida había construido nada. Eso sí, exigía una pequeña retribución del señor mecánico y éste le permitía a cambio pasar horas en su taller conversando afablemente, lo cierto es que su modesto amigo adoraba su compañía y cuando pasaba tiempo sin que mi padre asomara las narices por su puerta, este lo iba a buscar utilizando cualquier pretexto. Mi padre es una enciclopedia andante me enseño desde cambiar una llanta, un contacto, hasta identificar desde fallas mecánicas de los carros como también de lugares, culturas y diversas formas de pensar, lo he admirado con devoción por su formidable inteligencia pero su gentileza es una de mis cualidades favoritas por eso después de mis clases de ballet me cambiaba las zapatillas de bailarina para ponerme ropa que mamá catalogaba como "completo desastre" para ir a pasar el resto de la tarde descubriendo para que sirve un taquete de expansión de acero inoxidable o como se utiliza una llave stilson, allen o de presión mientras me relataba historias griegas, romanas, aztecas, mayas o algún hecho histórico importante.

CUANDO ARDE LA LLUVIA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora