La Hoguera...

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Solo he dormido 3 horas, estoy agotada pero tengo que levantarme, son las 7 de la mañana he puesto mi despertador una hora más tarde con la esperanza de que 3 horas sean suficientes para poder desempeñarme como debe de ser, entro rápidamente a la ducha y como apenas tengo tiempo, decido no lavarme el cabello, no me dará tiempo de desayunar así que me maquillo lo más rápido y levemente posible para no demorar, tengo miles de cosas por hacer hoy y a pesar de que es mi dominio no debo confiarme, la absoluta confianza siempre es la fiel compañera para un error y cuando se habla de finanzas una siempre debe de estar tres pasos por encima de la situación.
El trafico esta terrible y creo que voy a llegar tarde, decido hablarle a Armando para avisar que llegaré 15 minutos tarde, como es obvio que espera acostarse conmigo, me dice que no hay ni un problema ¡Querido tengo ganas pero no de ti! Pienso divertida, más bien de alguien con barba de candado y mayor que yo.

"Fernando" él menciono que trabajo con Fernando, ¿Quién diablos es ese tal Fernando? Armando debe de saber, así que aprovecharé cualquier pretexto para averiguar quién es, tres pasos, siempre tres pasos y este es uno que tengo que dominar, sin darme cuenta por estar tan metida en mi objetivo de averiguar, he alzado la mano y he quemado el cielo raso de mi auto con el cigarrillo ¡No!

-Mi pobre bebé, amor de mi vida te quemé

Si ya sé que es solo un carro pero ha estado conmigo en todo este tiempo y le tengo cariño, después de todo una aprende a valorar quien la acompaña, así sea personas o cosas y las cosas siempre son mejores compañeras, escuchan, no juzgan y son la única seguridad que puedes poseer... Y ellas no abandonan.

Llegué, al fin, luego de ponerme al corriente con Armando de los pendientes del día me dirijo a mi cubículo y me paro petrificada volteando desesperadamente a todos lados, siento una descarga eléctrica y la adrenalina retumba en mis oídos,
alguien ha puesto un café americano cargado con un pay de limón en mi escritorio pero ¡¿Quién?! Mi cordura me espeta mordaz –"como si no supieras quien"– y descubro junto al café una tarjeta de presentación negra con un nombre conocido impreso con letras blancas y brocales dorados:

Consorcio Financiero Peninsular Alejandro Herrera
Representante legal
Celular: 2408072821


Es él, estoy cagada del susto, ¡Es él! ¿Dónde está? ¿Diablos está aquí? Volteo como loca por todos lados intentando encontrarlo, la adrenalina se instala en mi pecho y atenaza mi racionalidad, salgo disparada de mi cubículo y le pregunto a la secretaria del mostrador. Intento parecer calmada y con un enorme esfuerzo en la voz uso un tono indiferente, rezando por sonar convincente con mi actuación

-Hola Karla buen día, disculpa ¿sabes quién puso el café sobre mi mesa?

Digo con una sonrisa haciéndome pendeja con las hojas que traigo en la mano para intentar desviar mi mirada de la suya, es mujer y su sexto sentido le confirmará que estoy intrigada, por eso evito el contacto visual

-Fui yo licenciada

¿Qué? ¿Y cómo, que sabe ella y que ignoro yo? Tranquila no pierdas la compostura averigua por que, antes de ponerte histérica.
Con el mismo tono de voz indiferente continúo

-debo de agradecértelo a ti entonces... -le sonrió empática

-no, no licenciada yo solo hice lo que el muchacho me pidió

¡Hija de tu perra madre! Quieres dejar de darle vueltas y decirme que está pasando, tranquila Gala respira no seas tan obvia

-no estoy entendiendo, ¿qué muchacho?

CUANDO ARDE LA LLUVIA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora