Veneno...

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Me despierto sobre exaltada en mitad de la madrugada, he tenido un sueño que me hace sentir vulnerable, nerviosa y con temor, no ha sido una pesadilla pero la intensidad de la historia me asusta porque a pesar de que soy consciente de mis emociones no me había percatado de la magnitud de mis anhelos y la necesidad que siento por tener una vida con él.
En mi perturbador sueño Alejandro llegaba a casa mientras yo le esperaba amorosa y a lo lejos escuchaba risas de niños que sin llegar a verlos, daban la impresión de una evidente familia

¿Qué carajo ha sido eso?

Aún con el sentimiento de confusión y temor me levanto de la cama y me dirijo a la cocina, necesito tomar un poco de agua para ver si con eso se disipa la desagradable intromisión. Yo jamás había pensado en una familia, a pesar de que alguna vez desee casarme y estuve enamorada y lo consideré, una familia con el rumbo de mi sueño no fue una opción, nunca he deseado tener hijos y no es que me den urticaria los niños pero tampoco son objeto de mi satisfacción, mis prioridades siempre han sido muy diferentes a lo esperadamente habitual, me gusta mi libertad y la independencia que me da mi selecta idea de no anhelar hacer abuela a mi madre, aun mi cuerpo se empeñe en recordarme cada mes que tengo útero, lo cierto es que jamás en la vida he pensado en tener hijos y menos cuando me apasiona mi carrera, mi vida y más aún mi soledad.
Por eso me siento asustada, es verdad que la opción de un futuro con Alejandro es algo que deseo pero no de esa forma, estoy abruptamente consternada y me analizo a mí misma porque mi subconsciente me ha revelado algo para lo que no estoy preparada ni en sintonía, estoy enamorada de eso no me queda la menor duda pero el quererlo no es algo que me haya planteado, todo ha sido más deprisa de lo esperado y necesito tiempo para definir si amarlo es una opción. Mi cordura está de acuerdo con mi determinación pero mi corazón me empuja a mirar por la ventana del alma para descubrir su fervor, no, no quiero ni asomarme, es confuso y deprisa por eso alejo de mi mente ese pensamiento y me aferro a mi objetividad, tengo que tomarme las cosas con calma, no puedo permitir que mis deseos vallan más allá de lo que puedo controlar, decido no darle más vueltas al asunto y cerrar ese cajón pero muy dentro de mí, el impacto de la profundidad de mis sentimientos hacia ese hombre me atemoriza y es mejor que le preste atención a no ser que me quiera mentir, me ha calado hasta los huesos y esta vez no estoy segura de poderlo resistir. Vuelvo a la cama he intento dormir, mientras mi corazón se niega a obedecer lo que le presiono entender.

Son las 9 de la mañana por fin he despertado de mi catártico sueño y me siento animada, muy expectante por lo que hoy va a pasar, tengo muchas ganas de verlo y más aún, sentir sus labios otra vez, recuerdo inmediatamente el desagradable sueño de anoche pero me apresuro a ignorarlo para poder disipar todo sentimentalismo fuera de lugar, acto seguido mi corazón se enoja conmigo y decide ponerme los pelos de punta por no querer escucharlo.
En el desayuno me siento más calmada y poco a poco vamos haciendo una tregua, bien, nos conviene, la mañana pasa lentamente y mis ganas no ayudan al tiempo a transitar más deprisa pero me ocupo en acomodar mi closet con el pretexto de escoger la ropa que me voy a poner

¿De dónde ha salido tanta ropa?

Si es verdad, me gusta ir de compras pero más de 100 blusas comienzan a darme flojera para acomodar así que me enfoco en mi objetivo, seleccionar mi atuendo y dejo el closet a medio terminar, la ventaja de vivir sola es prácticamente absoluta y no tengo ganas de sacrificarla por compartirla con alguien más.

A las 11:30 me meto al baño necesito tiempo para depilarme las piernas, las axilas pero más aún mi cuidada intimidad, los bellos púbicos comienzan a picarme y le dan un aire desarreglado a mi egocéntrica vanidad, soy muy cuidadosa con esa zona, me gusta mantenerla deforestada, no por completo como para parecer una niña pero si con determinado efecto para verme como una mujer que disfruta de su sexualidad, como esa tarea me llevará tiempo, pongo todo mi empeño en terminar, aún falta el maquillaje, acomodarme el cabello y la ropa, he escogido mi atuendo pero como toda mujer, a última hora puede cambiar.

CUANDO ARDE LA LLUVIA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora