CAPÍTULO 10

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Arman, baby, te dedico este capítulo.
Gracias por existir e iluminar el mundo con tu sonrisa 💙


- ¡Oye no toques mi tocino! –Gruñó Jace dándole un manotazo a Isabelle, quién tomando un enorme trozo de tocino, se encogió de hombros.

-Debes cuidar mejor a tu comida –se burló esta.

Aún me seguía sorprendiendo, siempre que me sentaba con los Lightwood, Isabelle y Jace estaban discutiendo, al parecer aquel día no era la excepción.

-Oh por el Ángel, Magnus, te ves terrible, ¿qué te ha pasado? –Preguntó Clary mirándome con preocupación; yo suspiré mientras me estiraba para tomar un trozo de tocino del plato de Jace, y después una tostada.

- ¿Por qué todos se meten con mi tocino? –Preguntó el rubio ofendido.

-No es tu tocino, es de todos –señalé de acusador–. Y estoy bien, simplemente no pude descansar muy bien.

- ¿Quieres que hablemos de eso? –Preguntó Isabelle mirándome con preocupación.

-En realidad...

- ¿Qué te ha pasado? –Preguntó Alec con brusquedad y yo solté un pequeño gritito.

Cuando me había sentado el ojiazul no había llegado, pero ahora mágicamente se encontraba a mi lado.

- ¿De dónde has salido? –Pregunté aterrado.

-De en medio de las piernas de mamá, pero eso no es asunto tuyo –gruñó con brusquedad–. Responde, ¿qué ha sucedido?

-Bueno, pues no he podido dormir...

-No me refiero a eso –Alec tomó mi mano con firmeza, pero sin dejar de ser delicado, acarició la palma de mi mano allí donde tenía el enorme corte.

Su caricia fue tan delicada, que me fue imposible no soltar un suave suspiro.

-Oh, eso, no ha sido nada.

-Magnus –Isabelle se cubrió la boca con su mano–. ¿Qué fue lo que te pasó?

Estaba claro que me preguntaba otra cosa, por lo cual yo negué.

-Estoy bien, simplemente tuve un accidente, casi caigo... en la escarlata –añadí rápidamente, aunque aquello último era más para los chicos que para Isabelle, estaba claro que ella sabía dónde y cuándo había tenido mi accidente–. Estaba dirigiéndome a mi habitación...

- ¿Quieres que hablemos de eso? –Preguntó nuevamente la chica.

-En realidad... –recordé las frías palabras de Zara: "Magnus mató a su mejor amigo, y si ustedes no quieren ser las siguientes, tienen que mantenerse lejos de él". Me estremecí y sentí mis ojos cristalizarse.

- ¿Estás bien? –Preguntó Alec posando la palma de su mano en mi mejilla.

-Estoy bien Alexander –mentí–. No tienes de qué preocuparte...

-No puedes decirme eso –Alec se puso en pie y tirando suavemente de mi muñeca, me hizo levantar con él–. Iremos a la enfermería –le dijo a Jace–. Por favor infórmale a Jem que llegaremos tarde a clase.

-Pero Alec, eso no es necesario...

-Oh cállate –me silenció el chico llevándome con él fuera de la cafetería.







Resultó que la herida había sido un poco más grave de lo que había pensado, la enfermera había quedado horrorizada y había requerido tres punzadas, tras un buen baño desinfectante a mi herida, para curarme. Había dolido como el infierno, pero después de vendarme la mano y darme unos antibióticos, la enfermera por fin nos había dejado libres.

You're my gravity (MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora