El lugar estaba increíble, y como todos lo habían predicho, los más importantes políticos y artistas se encontraban allí. Tan pronto como llegamos al salón de baile, Clary se alejó de nosotros para reunirse con los padres de Simon; Isabelle me dio una sonrisa alegre antes de seguirla para reunirse también con sus suegros. Catarina y Tessa no tardaron en desaparecer, dejándome completamente perdido. Por supuesto, todas mis amigas se habían ido a saludar a sus importantes familiares. Yo, por otro lado, me sentía absolutamente solo. Hijos e hijas se reunían con sus padres, bailaban con ellos, sonreían y bromeaban entre sí. Todos en aquel lugar se conocían. Yo era un completo extraño, y sin embargo todos se giraban para mirarme emocionados, cuchicheaban y se reían; me sentía incómodo, así que me dirigí hacia la barra donde se encontraban las bebidas y las comidas. Suspiré tomando un pequeño aperitivo que parecía comida de mar y lo introduje en mi boca.
-No deberías estar tan sólo el día de un baile de invierno –susurró una voz en mi oído. Sentí como aquel aperitivo, cangrejo, pude detectar, aquello era cangrejo, se atoró en mi garganta. Intenté pasar, pero no pude. Lo intenté una segunda vez y lo logré, aunque mi garganta dolió. Mi dulce ángel soltó una pequeña risita antes de estirar su mano para tomar una copa de champagne y tendérmela–. Toma, esto deberá servirte –lo hice sin pensar, vacié tan rápido la copa, que Alec lanzó otra risita–. No tan rápido, el champagne que traen para los bailes es muy fuerte, si la bebes demasiado rápido no tardarás en embriagarte, y estoy seguro su alteza que no quiere eso hoy.
- ¡No me llames así! –Refunfuñó y miré sorprendido a mi novio.
Alec llevaba un precioso traje negro, en sus mangas brillaban unos preciosos gemelos que me dejaron impresionado, pues allí relucían unas piedras preciosas del mismo color de los ojos de mi precioso ángel. En lugar de corbata llevaba un corbatín. La camisa era blanca, pero en el traje predominaba el negro, y demonios, sí que lucía sexy. Sus ojos brillaban más que nunca bajo las luces que iluminaban el salón, su cabello estaba perfectamente peinado y la sonrisa que me era dirigida sólo a mí, lo hacía lucir mil veces más hermoso. Pude detectar el delicioso aroma de un perfume varonil.
-Whoa –fue lo único que pude decir al verlo. Alec sonrió orgulloso.
-Debo suponer entonces que te gusta cómo me veo.
-Siempre me gusta cómo te ves Alexander –musité sin pensar.
Alec suspiró y rodeó mi cintura con sus brazos antes de acercar sus labios para presionarlos contra mi frente. Fue una caricia tan dulce, tan delicada, que me dejó sin aliento.
-Tú también bien te ves precioso Magnus, tengo la mejor pareja en el baile.
- ¿Así que soy tu pareja de baile? –Inquirí divertido; Alec arqueó una de sus perfectas cejas mientras me miraba burlón.
- ¿No es algo obvio?
-Bueno, nunca recibí una invitación formal –señalé.
-Eres mi novio, no la necesitas, supuse que nuestro encuentro en la piscina había dejado completamente claro que eres sólo mío.
Por primera vez en mucho tiempo, me sonrojé, antes de mirarlo avergonzado y darle un suave manotazo en el brazo.
- ¡Cállate! –Gruñí.
Una nueva risa, esta vez un poco más ronca, salió de los labios de Alec y yo podía jurar que era la risa más sexy que había en el universo, pero segundos después su rostro se puso serio.
-Papá está aquí y quiere conocerte.
Yo tragué grueso.
-Supongo que tú también quieres que lo conozca.
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You're my gravity (MALEC)
FanfictionLa vida le quitó a Magnus una persona muy especial , y aquello lo cambió completamente. Asmodeus está desesperado, no sabe que hacer, teme que su hijo termine en prisión, desesperado, lo envía a la Academia Idris para alumnos especiales, donde Magnu...