CAPÍTULO 27

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CAPÍTULO FINAL












-Yo debería estar allí, yo debería verme así, no él –musitó una voz a lo lejos antes de soltar un leve llanto. Puede reconocer aquella hermosa voz... Isabelle, era Isabelle.

-Izzy –respondió otra voz, la conocía, lo sabía, pero no la podía detectar–. No puedes culparte, él tomó la decisión, él quiso salvarte la vida... en todo caso, si no lo hubiera hecho, los dos hubiesen terminado así... además, tu no saliste invicta, mira tú pierna...

-Sí, pero ahora él está en peligro, no es justo...

Un fuerte suspiro lleno de frustración se escuchó.

-La vida raramente lo es –esta vez sí pude reconocer aquella voz. Jace, era Jace.

Quise hablar. Quise abrir mis ojos. Quise verlos. Quise consolar a Isabelle, pero mi cuerpo dolía demasiado, y en pocos segundos la inconsciencia nuevamente me arrastró entre sus brazos.






















(╯◕_◕)╯




















-Mi niño, debí cuidarte más. Debí estar más pendiente de ti, poner más guardias –reconocí aquella voz como la de mi abuela... y estaba tan quebrada, tan... débil.

Jamás le había escuchado así.

Lilith era una persona imponente, fuerte y determinada, pero en aquel momento su voz estaba tan rota que me sorprendió. Quise poder abrir mis ojos. Quise poder ponerme en pie y abrazarla... e intenté hacerlo, pero todo mi cuerpo estaba en un naufragio de dolor que estaba siendo arrastrado al mar del sufrimiento.

-Magnus, mi amor, ¿me escuchas? –Preguntó mi abuela y sentí una suave mano posarse en mi mejilla–. Mi niño, te prometo que encontraremos el infiltrado y lo haré pagar por todo lo que te hizo –aseguró mi abuela.

Quise darle las gracias. Quise decirle que no sufriera por mí, pero nuevamente sentí como todo se alejaba de mí, y mi último pensamiento se perdió en la penumbra.
































\(≧▽≦)/












-Lo siento, lo siento tanto mi amor. Te prometí que estaría a tu lado siempre –se escuchó un fuerte y largo torrente de maldiciones–. No debí soltarte... Magnus, no sé a qué horas pasó, cuando me giré ya no estabas allí y tuve tanto pánico –mi Garbancito. Era la voz de mi Garbancito. Mi dulce Alexander–. Magnus, mi vida, el responsable pagará por esto, pero por favor despierta. Te extraño... Magnus, te necesito –ahora sí más que nada deseé poder despertar... y lo intenté, lo intenté a pesar del dolor que se clavaba en mis entrañas. Escuché un quejido a lo lejos... no, no a lo lejos, aquel quejido se escapó de mis labios–. Magnus mi vida, ¿estás aquí? Todo está bien mi amor, todo está bien –tranquilizó la voz de Alec, pero no, nada estaba bien, yo quería estar con él, pero sentí como me desvanecía en la oscuridad y dejaba de escuchar aquella maravillosa voz.


























ᕙ(^▿^-ᕙ)
























Un torrente de maldiciones se escapó suavemente por entre mis labios cuando la fuerte luz blanca hizo doler mis ojos. Tuve que parpadear rápidamente por un largo rato para aclarar mi vista, me costó, pero por fin lo logré. Fruncí el ceño sin saber dónde demonios me encontraba. Aquella habitación era completamente blanca. Escuché el monitor cardíaco y me sentí aliviado.

You're my gravity (MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora