Capítulo 17: Preludio, antes del gran día.

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Mikasa sintió los rayos de sol calentar su rostro mientras sus ojos se adaptaban a la luz solar. Caminó saliendo de la acogedora cabaña y miró en derredor en busca de Eren, algo en su mente y corazón se removió al verlo caminar acompañado de Historia.

Se impulsó hacia delante caminando con agilidad y parsimonia, no era la primera vez que los veía charlar juntos y aunque sabía que Eren la amaba (pues se lo decía y demostraba todo el tiempo) no pudo evitar sentir cierta presión en su pecho ¿eran celos? o ¿simplemente desconfianza?

Se acercó hasta ellos y Eren se sorprendió al verla, más que todo por su semblante tan serio y enojado.

_ ¿Qué sucede? - dijo al ver como ella se rehusaba a mirarle.

_ Eren está cansado - dijo ella y le arrebató las bolsas que tenía en la mano colocándose en el medio de ambos - deberías descansar.

_ ¡oye! - dijo este con una sonrisa en los labios. era más que obvio que ella estaba celosa y eso le causó gracia y le pareció demasiado tierno de su parte - no me trates como un anciano.

_ Es verdad - repuso Historia - lo siento, Mikasa.

La chica siguió su camino y los dejó a los dos a solas.

_ ¿Estás celosa? - preguntó en tono de burla.

Mikasa rodó los ojos, ahí iba él nuevamente con aquella acusación de los celos.

_ Por supuesto que no - dijo y siguió caminando.

Eren le había dicho que detestaba la manera en la que Jean siempre estaba cerca de ella y buscando su atención, por supuesto Mikasa no sabía de qué hablaba, jamás había visto ningún comportamiento extraño en su amigo así que simplemente le espetó que estaba celoso y que se imaginaba las cosas. Pero desde que lo había visto hablar tan animadamente con Historia había comenzando a entender a qué se refería, ya tendrían oportunidad de discutir ese tema - se dijo, entrando a la cabaña para poder vestirse, Hanji y el capitán Levi demandaban la presencia de ellos.

El escuadrón de Levi cabalgó hasta el limite de la muralla Rose sobre el distrito de Orvud. Ahí Hanji y el capitán les esperaban impacientes.

La nueva arma que habían instalado justo en la brecha (o puerta) que conectaba la muralla Rose con el interior de la muralla maría estaba lista para ser usada contra los titanes. Un buen grupo de soldados esperaba paciente las ordenes de Hanji y esta no se hizo esperar.

Un titán de unos doce metros avanzó lentamente y agachó su enorme cabeza, justo en el punto de ataque y se inclinó, siendo atraído por un soldado que hacía de carnada. La cuerda se cortó y un gran mazo de madera cayó sobre su nuca. El impacto sonó sordo ¡Blong! y el humo comenzó a salir de su cuerpo.

Había funcionado.

Todos observaron fascinados como un enorme titán había sido acabado sin necesidad de dar pelea.

_ ¡Siiiii! - gritó Hanji, saltando de un lado al otro llena de emoción.

Mikasa miró un tanto sorprendida la energía que esa mujer llegaba a tener, sonrió pero su sonrisa se borró inmediatamente. Vio a Eren inclinarse y apoyarse sobre sus rodillas, un liquido rojo y espeso comenzó a manar de su nariz.

_ ¡Eren! - se acercó hasta él y le pasó inmediatamente un pañuelo para intentar detener la hemorragia.

_ ¡Estoy bien! - espetó, inclinando su cabeza hacia atrás en un vago intento de menguar el torrente de sangre.

_ Seguramente abusó de los poderes de titán - comentó Levi acercándose a ellos - últimamente experimentó sin cesar.

_ Lo siento, Eren - susurró Hanji espantada al ver la escena. y es que era verdad, últimamente le había exigido demasiado al joven y su fuente de poder no era inagotable.

Amor en la tormenta  (Eremika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora