Capítulo 20: La recuperación del muro María, tercera y última parte.

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El calor que se extendió por todo el distrito fue abrasador, las llamas rugían por todas partes allí donde el titán colosal pisaba. El viento, que en ese momento soplaba hacia el este, sirvió como combustible para aumentar la torva de fuego que se acercaba a ellos.

Mikasa agarraba con fuerza los cabellos de Eren en forma de titán mientras los demás hacían exactamente lo mismo. La fuerza del vapor los impulsaba hacia atrás pero todos se mantenían firme.

Bertholdt miró a ambos lados en busca de sus viejos compañeros y cuando los encontró, giró para comenzar su nueva ruta.

_ ¡Armin! - gritó Sasha de horror al ver como el Colosal se acercaba a ellos. Todos tenían en sus rostros la misma expresión espantada de Sasha - Se acerca, danos ordenes.

_ ¡Jean! - susurró el joven. no podía liderarlos. no cuando cualquier error los llevaría a una muerte inminente - Hazlo por mi, yo no sé qué hacer.

Jean lo miró con sorpresa pero luego habló.

_ Vamos hacia el rio. Todos quédense con Eren y conserven el gas.

El grupo se apretó más al titán y Eren comenzó a andar.

"La situación actual era terrible - pensó Eren - Hanji y su escuadrón eran los que más cerca estaban del Colosal. dudaba mucho de su supervivencia, aunque albergaba algo de esperanza a que alguno de ellos estuviese vivo. ¿Cómo estarán los demás? - se preguntó, mientras seguía avanzando - ¿estarán peleando contra el titán bestia y los demás titanes? ¿pudieron proteger a los caballos?"

El no saber nada de ellos fue agotador, pero en ese momento su misión era incierta, sellar el muro María seguía siendo el plan principal pero su prioridad personal era proteger a Mikasa y Armin.

_ ¿Eren? - dijo Jean - Tendremos que distraer a Bertholdt en algún momento. Por ahora, que no te vea. ¿Armin? - Jean veía a Armin fijamente, estaba asustado pero jamás se lo haría saber a nadie - No puedo urdir un plan que nos salve, al final dependeremos de ti.

Y aunque sabía que llevar tal peso sobre los hombros era difícil, después de todo era verdad. Él no sabía qué hacer y Hanji había dejado a Armin a cargo.

Armin solo asintió con el semblante pálido y su mirada fija al frente.

_ No hay que dejar que se acerque a la muralla - gritó Connie por sobre el ruido del viento y la destrucción causada por Berth - Tienes qué gritar, Eren.

Eren lo hizo, el rugido salió de lo más profundo de su garganta y fue alto y potente. Bertholdt lo escuchó; al igual que el comandante Erwin, el capitán Levi y los demás soldados resguardados al limite de Shiganshina mientras eran bombardeados con rocas.

El colosal lo miró, se detuvo un par de segundos pero siguió su camino. Tenía una misión y debía seguirla al pie de la letra.

_ El bastardo nos está ignorando. ¿qué vamos a hacer? - preguntó Connie.

_ ¡Eren! ve a detener sus piernas - ordenó Jean - Nosotros tenemos que derrotarlo como podamos.

_ Yo me encargo - decidió Mikasa. escuchó un gruñido de Eren, al parecer de protesta, pero como no le entendió, lo ignoró - ¿Connie, tienes las lanzas relámpagos?

_ Si.

Sasha tenía otra, Jean otra y Mikasa dos más. si no podían con seis lanzas entonces bien se podían dar por acabados.

_ ¡Ahora! - gritó Jean - dispérsense.

Todos saltaron utilizando el maniobrador y aterrizaron sobre los tejados de varias casas. Eren corrió y cuando estuvo a unos cuantos centímetros de Berth, comenzó a empujar.

Amor en la tormenta  (Eremika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora