❤ Por tí ❤ //Secuela Elite Way School 5º Año// .

10. Ideas equivocadas (III)

Hola mis lectores. 

Les dejo la ultima parte del Capítulo "Ideas equivocadas". Ya sé (más o menos) cómo encauzar la historia para no deshacer ese enganché... Aún debo darle forma pero poco a poco parece que la inspiración va surgiendo, pero no quiero cantar "victoria" antes de tiempo. 

Muchas gracias por entenderme y respetar mis tiempos, sois geniales. También agradecer que, a pesar de haber publicado un par de capítulo que para mi gusto eran escasos de contenidos, no me habéis fallado y han seguido apoyandome en esta locura que empezo con EWS. Gracias de verdad porque parte de que mi inspiración asome su cabecita en este capítulo es gracias a vuestros comentarios. 

Un besazo enorme y este capítulo, al ser un poquitín, especial está dedicado a todxs mis lectores.  

Cuidaros mucho. 

❤❤❤❤

Tercera parte

- Hola mamita mía – saludé efusivamente a mi madre al verla dirigirse hacia nosotros. Detrás la seguía Franco, ambos compartían la misma cara de pocos amigos. – Che se les ven más joven ¿no? – miré a Pablo buscando su complicidad. El asintió aguantando la risa. No ayudaba en absoluto.

- No me vengas con este jueguito Marizza – se cruzó de brazos.

- ¿Qué juego? – intenté desviar las ganas que tenía mi vieja de retarme.

- Marizza la vamos a hacer fácil ¿está bien? – habló Franco.

Agaché la cabeza. No podía evitar la tormenta que recién iba a precipitarse sobre mí.

- ¿Por qué me hiciste esto ciela bella? – comenzó a llorar mi madre.

"Sonia tan teatral", pensé

- Nosotros allá pasándola bien mientras que Hildita estaba al borde de la muerte – sollozó. – No nos merecíamos esto – Franco la abrazó para calmarla.

- Lo importante es que Hilda está bien, tan solo fue un susto – quiso relajar tensiones Pablo.

- Vos, muchachito – señaló mi vieja sin lágrimas en los ojos. "TEATRERA" – Te dije que me la cuidaras y que me tuvieras al tanto de todo lo que ocurriese.

¿Cómo? Esto debía ser una broma.

- Ahhh – me sorprendí – Que tenía un niñero sin yo saberlo – me crucé de brazos mirando a Pablo.

Pablo abrió los ojos de manera exagerada como si quisiera buscar la ayuda de mi mamá, que no estaba muy por la labor.

- Vos sabes cómo es tu mamá... - se defendió Pablo.

¿Mi madre? ¡Y él qué! Me crucé de brazos dispuesta a reprocharle todo lo que se me podía ocurrir.

- Vamos a relajarnos todos – pidió Franco. – No nos sirve de nada discutir cuando lo hecho, hecho está. Debemos estar felices que Hilda está bien y bien sana además.

Gesticulé unas palabras para mí misma y asentí ante la mirada reprochadora de Franco.

- ¿En qué habitación se encuentra Hilda? – nos preguntó Franco sosteniendo a Sonia entre sus brazos.

- La primera puerta a la derecha – indicó Pablo.

Ambos siguieron sus instrucciones y desaparecieron de la sala de espera para de nuevo quedarnos solos.

- Qué capo Franco, te salvó de una – se rascó la nuca Pablo totalmente nervioso.

- ¿Cómo es eso que vos estaba de cuida? – me crucé de brazos esperando una explicación.