11. Intenciones (III)

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Tercera Parte

Luján estaba bastante extraña esta tarde, a decir verdad.

Canceló su día con Marcos para estar conmigo. ¡Conmigo que me subía por las paredes después de lo de Pablo! No lo quería ni ver. Era un mentiroso. Un auténtico bipolar que ahora te hablo y proclamo a los cuatro vientos cuanto te amo y después no quiero ni registrarte. ¡Es un enfermo!

Yo sabía. 

Yo sabía que lo nuestro no podía ser. Había un muro inquebrantable que el destino se encargaba de imponérnoslo cada vez que lo queríamos derribar. Así eran las cosas y así debían ser. Él se marchó huyendo de todo y yo me quedé llorando su marcha. Vuelve y piensa que puede recuperarme como si no hubiera ocurrido nada. ¡Y yo como una tarada, caigo de nuevo en sus redes!

Fui una estúpida el seguir aquel jueguito de la apuesta. Fui una estúpida cuando me quedé toda una noche hablando por el celular con él como una tarada. Fui una estúpida llevando esas medias lunas a la mañana siguiente solo por verlo en el hospital.

¡Me quería matar!

¿Dónde había quedado mi dignidad? Marizza Andrade no era así. Marizza era decisiva, rebelde y resolutiva. Ahora no sé quién demonios era. La madurez había aplacado el carácter que alguna vez tuve y que me sirvió para tomar decisiones drásticas. ¿Por qué no era capaz de tomarlas ahora? Todo era muy evidente. Debía mandar a Pablo al fango, sin embargo, no podía y eso me enojaba aún más.

- He pensado que podemos salir de fiesta, ¿Qué te parece?

La voz de Luján me sacó de mis pensamientos y la miré con enojo. ¿Qué bicho le picó? Hoy canceló todos sus planes con su novio, pero quería salir conmigo esta noche. ¿Quién la entendía? Yo no.

- Olvídate – denegué su oferta. – Pienso meterme en la cama y comer pochoclos hasta empacharme.

- Mari... Por fa – me pidió. – Necesito una noche de chicas.

- ¿Desde cuándo para vos una noche de chicas es salir de fiesta? – la miré sorprendida.

- Desde... Desde... - dudó mirando su alrededor. – Desde que vivo las veinticuatro horas del día con Marcos. Necesito una noche con mis amigas, un poco de desenfreno ¿no?

- Ya... - abrí los ojos desmesuradamente. – Bueno... Está bien. Voy a llamar a Pilar y Laura ¿te parece?

Tomé mi celular dispuesta a mandar un mensaje a las chicas, pero Luján me arrebató el aparato.

- ¡¡NO!!

- ¿Pero qué demonios te pasa? – me levanté con brusquedad de mi cama. - ¿Hoy que les pasa a todos? Estoy harta de tanta bipolaridad. ¡Me tienen harta! – le exclamé y me marché de allá.

Caminé directa hacia el jardín de casa. Necesitaba respirar un poco, aunque el aire estuviese contaminado de mi propia mala onda. Me tumbé en el césped verde y frondoso del jardín y miré el cielo de aquella tarde. No presagiaba buen tiempo, pues unas pequeñas nubes negras comenzaban a agolparse en medio de la calma.

Suspiré. 

Había precipitado toda mi bronca contra ella, pero estaba demasiado enojada para aceptar su invitación porque en cierta manera sí que tenía ganas de salir con Luján. Mi mejor amiga casi se había independizado con Marquitos y apenas nos veíamos. Pasaba más tiempo con la hueca de Mía que con ella. La echaba demasiado de menos, pero era cierto que cada uno había tomado su rumbo y eso era lo correcto. Era irremediable. 

❤ Por tí ❤       //Secuela Elite Way School 5º Año// .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora