3. Sentimientos encontrados

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- Ciela respira – me pidió Sonia asustada.

Mi respiración era irregular como si mis pulmones hubieran olvidado hacer su función. Una presión dolorosa y fuerte apareció en mi pecho con la amenaza de explotar en cualquier momento.

Los gritos de Sonia alertaron a los organizadores de la boda e, incluso, algunos de los invitados, entre ellos Fede... Y... Y también Pablo.

- Amor – se acercó a mí Fede. – Respira, por favor.

- Mi ciela – lloró angustiada mi madre. – Debí haberte hecho caso Mía – se lamentaba mi madre abrazada a Mía.

La multitud a mi alrededor me hacía respirar con dificultad. Escuchaba voces, pero de a poco iba perdiendo la sintonía de la realidad y mi vista se nublaba a momentos. Iba a desvanecer en cualquier momento

- Eh, eh... Marizza- me llamó Pablo agarrando mi rostro con ambos manos. Dejé de respirar, pero esta vez para asimilar su imagen. Estaba acá y conmigo. – Te vas a tranquilizar. – me ordenó con delicadeza. - Tienes a una madre preciosa que debes llevar al altar. Te juro que no me voy a ir de acá.

Asentí, intentando recobrar de a poco la calma. Cuando mis latidos recobraron su ritmo habitual, Pablo alejó sus manos de mi rostro y asintió aprobando mi postura relajada. Fede miraba la escena sin entender nada.

La música volvió a sonar y después de confirmarle a las organizadoras de la boda que me encontraba bien, todos volvieron a sus puestos. La boda debía comenzar.

De a poco, fuimos avanzando hacia el improvisado altar en la alfombra blanca perlada. Los asistentes miraban maravillados a la novia y mucho de ellos la piropeaban en susurro a su paso. Franco la esperaba en el altar junto a su hermano Lucas. Sus ojos vidriosos eran prueba de la emoción que contenían. Antes de ofrecerla a su cercano y futuro esposo, sonreí y abracé a mi madre con fuerza.

- Lo siento mucho – me referí al episodio de hace escasos minutos.

Ella negó sin dejar de sonreír y me besó la mejilla con mucho afecto. Le ofrecí su mano a Franco, aceptándola maravillado. Me dirigí a la primera fila y me senté junto a Mía y Luján.

La ceremonia comenzaba.

⁂⁂⁂⁂⁂

Finalizó con vítores a los novios y cada uno de los invitados comenzaron a trasladarse a un extremo del gran jardín para la recepción de los primeros aperitivos.

- ¿Qué ha pasado antes? – se acercó Fede

- Nada, tuve una bajada de presión. – mentí.

Asintió no muy convencido.

Durante la ceremonia, mi mente se mantuvo ausente. Asimilaba todo lo que había sucedido. Estaba aquí. Había vuelto. Mi corazón dio un vuelco al verlo y todos los cimientos que había construido comenzaron a caer. Sin lugar a dudas, no estaba preparada para este encuentro. Había aceptado que no lo volvería a ver y, en cambio, allí estaba en la boda de mi mamá.

Sonia y Franco lo invitaron y no me dijeron nada. ¿Por qué?

- Marizza, ¿me escuchas?

- ¿Qué?

- ¿Seguro que estás bien? Estás medio colgada – se preocupó tomándome de los hombros.

- No, solo han sido unos días bastante movidos – me excusé sin apartar la vista de Pablo. Hablaba con Tomás, el cual no paraba de abrazarle feliz.

❤ Por tí ❤       //Secuela Elite Way School 5º Año// .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora