Capitulo 12 Something about us parte final

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Jolyne había vuelto al sendero de arena luego de ver esa dolorosa escena. El camino estaba completo, aunque se veía débil en los últimos recuerdos protegidos.

Tenía un conjunto de emociones bastante extrañas y que intentaba interpretar dándole vueltas inútilmente. Sentía una opresión en el pecho que no le correspondia, la misma que su padre había sentido en el recuerdo, aunque eso no lo sabia.

Luego, cuando volviera a ver las memorias,  comprendería que muchas de sus emociones estaban siendo influenciadas por las mismas que alguna vez su padre sintió.

Esos ocho recuerdos estaban más que incompletos, y, si de algo estaba segura, era que en los cuatro restantes no hallaría la información intacta ¿Realmente siquiera eran en orden cronológico? ¿Que tanto impacto tenían en la vida del moreno?, le parecía ridículo que las memorias no fueran como las anteriores, tomando en cuenta que estaba en la mente de su padre y debería poder ver todo.

El libro plateado, aquel que en efecto era toda la información completa, volvió a caer al suelo con un estruendo llamando su atención, dándole un segundo a analizar.

—Haré como que no ví eso.

Tuvo un momento en el que se sintió incómoda, más bien, irritada. Le enojaba de sobre manera no saber que sentir acerca de su padre.

Ella había crecido con dos puntos de vista muy contradictorios, el de la sociedad y el de su hogar.

Pero antes de ponerse a comparar la moral de la reina con lo que ella había aprendido, unas palabras volvieron a su mente.

"Jolyne, si algún día te enamoras, sea de quien sea está familia siempre te apoyará ¡El amor es lo más importante! "

—Yare yare dawa.

A pesar de que ella no tenía porque tener problemas con las parejas de cualquier tipo sentía un rechazo del pasado de su padre.

Holly y Joseph la habían criado con valores muy diferentes a la corona, haciendo prevalecer sobre todo la libertad y la justicia, especialmente cuando ya habían -Joseph- intentado emparejarla con Hermes. Lastima que la Costello tenía otros planes y que ella la apoyaría cuando tomara el título.

Se tomó del cabello y tiró de el con fuerza, enojada con el hombre que le dió la vida, y no sabía si era porque su amor al pelirrojo le causaba rechazo o si era porque era capaz de comprometerse con otro ser humano y a ella la había dejado de lado.

Estuvo sentada durante un largo tiempo en el suelo reflexionando acerca de lo que su familia tanto se había esforzado en enseñarle y sus propios prejuicios y avanzó hasta el recuerdo de su propio nacimiento.

No sé atrevió a entrar en él, pero le bastó con ver lo poco que reflejaba para obtener una nueva perspectiva.

En el disco flotante pudo verse a ella misma de bebé, el rostro de su madre a penas se veía y recordó que nunca llegó a conocerla, siendo este hecho parte de los motivos por los que no se atrevió a tocar la memoria.

Sin embargo fue la dura mirada de Jotaro lo que consiguió calar profundamente en su alma.

Ni un poco de brillo en esos ojos tristes. El color turquesa era tan helado como un cielo invernal.

Muy molesta por eso y sin pensarlo bien golpeó el disco con rabia, siendo transportada  directamente al momento que había visto.

No había sonido, ni aromas y la mujer castaña aún en la cama no parecía interesada en la bebé que dormía en la cuna. Tanto fue así que sin decir palabra alguna se marchó, no sin antes fulminar con sus castaños ojos al moreno que ni siquiera se inmutó.

El heredero perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora