2. El refugio.

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Los guardias en la entrada me miran de manera extraña pero me dejan pasar. Hay demasiadas personas aquí y las mujeres con pechos afuera me comienzan a agobiar. Hombres y mujeres besándose y tocándose partes íntimas por todas partes y nadie me presta atención.

Veo una chica en la barra y voy hasta ella.

— ¡Hola, disculpe! ¡Quiero saber si... Judith está aquí! ¡Necesito hablar con ella urgentemente! — le grito para que pueda escucharme, ya que la música electrónica está demasiado fuerte.

— ¿Quién la busca? — pregunta la chica. Al menos tiene dos diminutos parches negros en piel de cuero tapando sus pezones. Hace que sea menos incómodo.

—Melanie...Melanie Cross. — una vez que me escucha, me indica quedarme aquí mientras va a buscarla, supongo.

El cuerpo no deja de dolerme y el golpe que tengo en la frente menos. Creo que está sangrando también. A este paso, tendré que ir al hospital, aunque no sé si sea correcto. No entiendo por qué me siento como una fugitiva si realmente aquí la víctima soy yo.

Volteo para ver el lugar mucho mejor.

Todas las mujeres que bailan y permiten que todos la toquen, se ven tan seguras de sí mismas. ¿Lo estarán en realidad?

— ¡Acompáñame! — me indica la chica saliendo de repente.

La sigo.

Caminamos hasta una parte más privada del lugar y tras cruzar una enorme puerta negra, está ella, la que supongo que es Judith. Tiene un extraño peinado, pintalabios rojos y maquillaje en exceso. Pensé que todas las zonas serían igual, pero esto es muy diferente. Todo delicado, claro, ordenado y fresco. Es como la parte alterna de este lugar.

—Siéntate. — me indica y lo hago. — ¿Entonces... eres la hija de Martha? — pregunta mientras fuma su cigarrillo.

—Sí. Me dijo que viniera con usted porque me ayudaría. — estoy temblando y me duele todo el cuerpo.

—Estás sangrando, deberías ir al hospital.

—No es necesario...solo...solo... — se me quiebra la voz.

—Martha y sus problemas. ¿Qué hizo esta vez?

—No sé si deba decirle. — intento no llorar.

— ¿Vienes aquí por ayuda y no tienes la confianza de decirme qué pasó?

—Es difícil de explicar o tal vez simplemente no quiero hablar de eso ahora. ¿Podría entenderme? — siento un nudo enorme en la garganta y en cualquier momento, voy a estallar.

—Por tu herida, noto que no fue nada bueno. — no quiero ni imaginar el aspecto que llevo en estos momentos. — De acuerdo. Podrás quedarte en una habitación pequeña que tengo disponible. Hay un botiquín donde podrás limpiarte esa herida, pero no creas que esto será gratuito. Tu madre es muy mala para los negocios. — deja el cigarrillo en el cenicero.

—Puedo ayudarle con lo que necesite. No se preocupe. Solo hasta que Martha pueda venir por mí. — le ruego. Estoy muy desesperada.

— ¿Trabajarías como prostituta? — en cuanto la pregunta sale de su boca, quiero salir corriendo de aquí.

— ¡No! ¡No creo que tenga el valor! Mejor buscaré ayuda en otra parte. — prefiero morirme de hambre que someterme a esto. Mucho menos después de lo que me acaba de pasar.

— ¡Tranquila! Solo te estaba probando. No te pareces en nada a tu madre. — me alivia su respuesta. — Pues, entonces serás una ayudante más en la limpieza. Antes de las 9 de la noche dejarás todo ordenado. En la noche, ayudarás a Lisa con las copas, licores y limpiar las habitaciones. — aunque esto sea raro, es menos de lo que hacía normalmente en casa.

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