1. El comienzo.

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Jack Connor.

Pesadillas y noches oscuras. En eso se había convertido Washington para mí. A pesar de haber crecido en una de las familias más poderosas de Filadelfia, me encuentro aquí; siendo parte del departamento federal más importante de la ciudad y el que, para bien o para mal, se había transformado en mi único refugio.

—Solicito más patrullas en el banco central. Repito: solicito patrullas en el banco central ahora. — escucho por la radio mientras estoy de camino a mi apartamento. Reconozco la voz de inmediato. Sé que es la inspectora Adams, así que cambio rápidamente de dirección y acudo a su llamado, aunque no esté en mis horarios de servicio.

Acelero lo más que puedo y por suerte, no hay mucho tránsito.

Minutos después de llegar, dejo mi vehículo estacionado no muy lejos. La zona está rodeada de patrullas y lazos que dicen "no pasar" y también hay un helicóptero sobre nosotros asegurando el perímetro. Un grupo de personas y periodistas tratan de acercarse al lugar para saber qué está pasando pero los policías les bloquean el paso por seguridad.

Inspecciono toda la zona antes de dar cualquier paso. Ni siquiera sé qué hago aquí. No estoy en mis horas de servicio y nadie sabe que acabo de regresar de Filadelfia. Mientras voy caminando, los sollozos de desesperación de una niña entre las personas llaman mi atención. Así que me acerco y le ordeno al oficial que está impidiendo el paso, dejarla acercarse a mí.

En cuanto me ve, logra reconocerme. Por lo que acata mi orden de inmediato.

—¡Hola! ¿Por qué lloras? ¿Perdiste a tu mamá? — me agacho para estar a su altura.

—Sí. Mi abuela y mi tío...están dentro. — gaguea.

— ¿Tu abuela y tu tío?... ¿Qué llevan puesto? — sigo indagando.

— Ella un manto rojo en los hombros y él un conjunto deportivo de Nike. — contesta. Al menos está colaborando sin problemas con la información. Tiene algunos 11 o 12 años. Es muy inteligente. Uno de los oficiales que tenía cerca, me da toques en el hombro y me aparta un poco de la niña. Tiene pinta de que algo me dirá.

—La descripción del chico, es la misma del atacante. Su nombre es Luis. — confiesa y mi lado detective se siente muy orgulloso.

—Esto se pondrá interesante. — menuda bienvenida de mierda, pero...me gusta.

Le ordeno al oficial cuidar de la niña y me acerco más a la zona donde está Eric (mi mejor amigo, también agente) y los demás. No hay ni un hueco para poder pasar, así que opto por entrar caminando sobre los coches, específicamente por el suyo. Antes de escuchar reclamos de otra persona, prefiero los de él, a los que ya estoy acostumbrado.

— ¡Oye! ¿Qué haces? ¡Es mi auto! — se queja, tras ver cómo acabo de pasar sobre su coche sin piedad alguna. Ni siquiera me da un abrazo de bienvenida o algo similar. ¿Se recordará que estaba de vacaciones? Lo fulmino con la mirada, tomo la radio y sonrío. —Pagarás el lavado. — vuelve a decir pero lo ignoro completamente.

— ¡Hola, Luis! Aquí el agente Connor. — me comunico con el ladrón.

— ¿Cómo demonios sabes mi nombre? — exclama.

—Tienes a todo un escuadrón de agentes federales rodeándote, así que...pregunta incorrecta. — me tomo la situación con tranquilidad. — ¿Qué es lo que quieres lograr con esto, Luis? ¿Cuál es tu propósito? Porque según mis colegas aun no tocas el dinero. ¿Asaltar un banco no se trata de eso? — le hago señas a los demás agentes para que rodeen el edificio.

—¿Qué cuál es mi propósito? ¿De verdad quiere saberlo? — suena exaltado. — Quiero que todos los policías corruptos como ustedes paguen el precio. No pueden seguir esparciendo su miedo en las calles y creer tener el derecho de dispararle a cualquiera con sus armas.

Different People ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora