26. El cuchillo.

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Melanie Cross.

Algunas horas después, ya hemos llegado a Washington. A casa. Ni siquiera pude disfrutar el atardecer de la hermosa playa. Jack y Eric tenían mucha prisa en volver. Me ha traído directamente a su casa para pasar el domingo juntos.

En este momento está duchándose y aprovecho para organizar su ropa en las gavetas del armario. Cuando por error abro una de ellas, veo una carpeta roja que llama mucho mi atención. Por el ruido de la regadera sé que sigue duchándose, así que aprovecho para husmear y ver qué hay dentro. Son un montón de fotografías mías, de mi padre, de Martha, de Junior y de muchas cosas que tienen mucha relación conmigo. ¿Qué demonios es esto? ¿Y qué hace en las cosas de Jack? Es como si estuviera vigilando todos mis pasos.

En ese instante, sale del baño con una toalla en la cintura.

—¿Puedes explicarme esto? — tiro la carpeta sobre la cama. Sus ojos muestran mucho pánico pero intenta disimularlo.

—No es nada importante. Son solo evidencias del caso.

—Todo esto parece tratarse de no confiar en mí. ¿Les dijiste sobre mi encuentro con Richard?

—No, de momento.

—¿Pero lo harías?

—Si es necesario, sí.

—¿Y por qué no es necesario ahora?

—Porque sigo teniendo cosas importantes de resolver y necesito mantener la cabeza fría.

—¿Te das cuenta de la monotonía en la que estamos cayendo? — por primera vez, creo que comienzo a ver las cosas con más claridad. — Primero parecías no estar muy de acuerdo con que te asignaran protegerme, después dijiste que lo que sea que pasaba entre nosotros no nos llevaría a ninguna parte y luego reapareces para invitarme a cenar. Tus conversaciones con Simmons en la fiesta de Eric, las advertencias de Adams y ahora esta carpeta con todo lo que necesitas saber sobre mí. — intento completar el rompecabezas. — Te haré una pregunta y necesito que seas completamente honesto. — lo miro a los ojos. — ¿Estás usándome para capturar a Richard?

Se queda en silencio algunos segundos.

—Simmons quiere que lo haga. — esto es como un sí y siento una horrible decepción en el pecho. — Quiere usar lo que tenemos para sacar información y atrapar a tu padre. Pero evidentemente no le sigo el juego. No le he dicho nada.

—Necesito irme de aquí. — empiezo a recoger las pocas cosas mías que había organizado en su armario.

—Melanie, espera...no hagas esto. — intenta detenerme pero me aparto.

—No quiero seguir en una...ni siquiera sé qué es esto. No quiero construir una relación a base de mentiras y juegos. — cierro la mochila.

—Te lo dije una vez y te lo repetiré ahora: no eres un juego para mí. Y jamás lo serás. Estoy haciendo todo esto para protegerte. Para protegernos.

—No los ayudaré a encerrar a la única familia que me queda. Junior está fuera de la ciudad, Martha está encerrada, enferma y...

—Y yo estoy aquí contigo. No hay cosa que no sería capaz de hacer por ti. — me interrumpe. Dejo que se acerque y coloca un mechón de mi cabello detrás de la oreja.

—No seguiré con esto hasta que sea real. — me aparto.

—Es real. Tú y yo lo somos.

—Pero los demás a tu alrededor no piensan lo mismo. Cuando decidas amarme sin seguir órdenes, quizás podamos darnos otra oportunidad.

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