36. Condena.

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Melanie Cross.

Me ha salvado. Jack Connor me ha salvado (otra vez). Los bomberos y paramédicos asistieron de inmediato para registrar los hechos y extinguir el fuego. Después de tomarle fotografías a James, que cogieran sus huellas y la noticia se esparciera por toda la ciudad, fue condenado a cadena perpetua instantánea. Declarado el mayor asesino serial que ha existido en la ciudad, ya que, aparte de Lindsay, habían otros seis cuerpos de mujeres asesinadas en esa habitación. He dado mi declaración con todos los detalles a los oficiales y han sacado todos los cuerpos, incluyendo el de Lindsay. Aunque no tuvieron suerte de salir con vida, al menos sus cuerpos podrán descansar en paz y ser enterrados de la manera correcta.

Jack fue trasladado a emergencias después de golpearse fuertemente toda la espalda y parte de su cabeza. Y aquí estoy con él, esperando a que despierte después de ser atendida por enfermeras que curaron mi herida en la cabeza.

Eric también llega con Lisa y Karol.

—¡Melanie! Lo siento mucho. No tenía idea, te lo juro. — Lisa me abraza fuertemente. — Me siento muy culpable. Yo te lo presenté pero te juro que no tenía idea de la horrible persona que era.

—Está bien, está bien. No te culpes por esto, ¿de acuerdo? Tú solo querías ayudarme.

—¿Estás bien? ¿Te hizo algo?

—Lo peor pudo evitarse. Estaré bien.

—Has tenido tanta mala suerte. Una desgracia detrás de otra. — acomoda mi cabello.

—Es la vida que me tocó tener. Y la pelearé hasta que ya no tenga más fuerzas.

—Admiro tu fortaleza. Yo ya estuviera sumergida en mis...pensamientos suicidas. — se seca las lágrimas.

—Aún tengo motivos para vivir. Aferrarme a ellos es lo único que me mantiene con fuerza. — miro a Jack. Él es uno de ellos. Aún sigue dormido por los medicamentos que le han suministrado.

—Y aquí estaré yo, para ayudarte con todo lo que venga. — me sostiene de la mano. Sonreímos. Estas personas: Eric, Lisa, Karol, Jack, son lo único bueno que he sacado de todo esto. Me alegra tenerlos en mi vida.

—Iré a preparar algo delicioso y saludable para cenar. Si despierta háganmelo saber, por favor. — Karol se nos acerca. — Melanie cariño, ¿estás bien? — acaricia mis mejillas.

—Sí, estoy bien. Gracias a su hijo. — sonríe. Debe sentirse muy orgullosa de lo bien que lo ha criado. Se despide de nosotras y Eric la lleva a su casa para, de paso, terminar el caso de James en el departamento.

Han pasado exactamente seis horas después del incendio de la morgue.

—¿Qué harás ahora? ¿Dónde buscarás trabajo? — Lisa compra café para ambas.

—No lo sé. Mi vida no parece tener tranquilidad en esta ciudad.

—Todo mejorará. Estoy segura de ello.

—No. No lo creo.

—¿Qué más podría pasarte? Has vivido más cosas en menos de cinco meses que el propio presidente en cuatro años. — me hace reír.

—Ya me espero cualquier cosa. Siento que todo esto...me ha obligado a crear una especie de...pared que me protege de caer en el colapso. De caer al vacío.

—¿Y eso te hace sentir bien?

—Ese es el punto. Ya no puedo sentir nada. No me lo permite. No me lo permito. — me pierdo en mis pensamientos por unos segundos. — Si es lo que necesito para poder ser fuerte, está bien. Lo acepto.

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