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28. La verdad

Jack Connor.

Inicio de flashback.

Después de rescatar a Melanie de las manos de Maicol en ese maldito disco, la he traído a mi nueva casa y hemos tenido un día muy agradable. Una de las noches siguientes, cuando voy de camino a su apartamento, la llamada entrante de un número privado me intriga.

La abro y la grabo (por costumbre).

— ¿Hola?

— ¡Agente Jack! ¡Qué gusto escuchar su voz! Es tal como me la imaginé. — ¿ahora este payaso quién es?

— ¿Quién eres y qué quieres? ¿Cómo conseguiste mi número?

—Déjame presentarme...soy Richard. Tu querido suegro. Creo que tenemos muchas cosas de que hablar. — sabía que este momento llegaría desde que metió a sus hombres en la misión para proteger a Melanie.

—No tengo nada que hablar contigo. — ha sido un problema para todo el departamento federal desde hace muchos años. Solo que hasta hace poco supimos que tenía una hija.

— ¡Amo ese carácter feroz que tienes! Por eso te estoy llamando. Por eso te necesito. — o se volvió loco o de verdad quiere morir.

— ¿Sabes que puedo rastrear tu llamada, cierto?

—Sí. De hecho, fue lo mismo que utilicé para encontrar a tu madre. — en el momento que la menciona detengo el coche en medio de la carretera y la piel se me congela. — Tengo ojos por todos lados, agente Connor. Lo sé todo sobre ti. La oscura vida que tuviste antes de convertirte en detective, agente, policía, lo que seas. Los secretos que oculta tu familia, ¿quieres saber cómo lo supe? Supongamos que alguna vez conocí a tu verdadero padre, no al impostor. Tengo tantas cosas con las cuales amenazarte, pero prefiero escoger la opción simple: tú haces lo que yo te pida, yo no le hago daño a tu madre. — mientras me va diciendo estas cosas, intento contactar con mi madre, pero no hay señales de ella.

¡Maldita sea!

— No voy a caer en tus juegos. — suenan los gritos de mi madre. No puedo soportar esto. La furia y el dolor se apoderan de mí. — ¡No le hagas daño! ¿Qué diablos quieres? — odio encontrarme en esta situación.

—No me gusta hablar estas cosas por teléfono. Hay una camioneta negra detrás de ti, síguela con cuidado y ven a mí. No te haré daño sino haces nada estúpido. Te estaré esperando. — cuelga. Observo la camioneta negra que ha mencionado a través del retrovisor. Adelanta para que la siga. No tiene matrícula ni nada con que la pueda identificar. No tengo más opción, así que los sigo. Me grabo bien el camino hasta que llegamos. Para ser uno de los mafiosos más peligrosos y astutos, se está comportando como un completo principiante.

Bajo del vehículo y uno de sus hombres me guía hasta la entrada. Veo todas las armas que tienen y fácilmente podría dispararles a todos ahora mismo, pero mi madre sigue en sus manos. No me arriesgaré tanto esta vez.

— ¿No me quitarán las armas? — saco mi arma de la espalda y se las muestro con ironía.

—Escucha amigo, hay cámaras por todos lados. En cuanto hagas un movimiento en falso, Richard le vuela la cabeza de un disparo a tu mamá, así que, no te hagas el listo. —responde uno de ellos. Tiene un bigote muy peculiar.

—Nunca me hago el listo, simplemente lo soy. Y una cosa más: no soy tu amigo. — le echo una mirada de muerte y entro por mi cuenta, dejándolos detrás. Es una casa muy ostentosa. No podía esperar menos de alguien que tiene tanto dinero sucio.

Nos detenemos frente a una enorme fuente de agua.

—Hasta que al fin llegas. ¡Qué gusto tener al mejor agente de la ciudad en mi casa! Me honras mucho con tu presencia. — con lo que ya sabía de él lo odiaba pero es mucho más irritante en persona.