19. Madre.

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Un nuevo día.

He llegado antes que todos los demás para hablar con Jimmy a solas. Le entrego la laptop vieja en la caja de mi padre para que pueda desbloquearla y lograr ver qué hay en su interior. Aunque se tarde algunas horas sé que lo lograra, así que puedo esperar. Por otra parte también le he contado todo lo que Laura me había dicho sobre la historia de Richard y demás; era de fiar. Incluso más que todos aquí. No he podido concentrarme en nada sabiendo que Melanie está enojada. Mucho menos después de que Jimmy me mostrara un video de las cámaras de seguridad de donde ahora está comenzando a trabajar. Se ve claramente cómo alguien la empuja y le coloca algo en su bolso que lee minutos antes de que pueda llegar. No me dijo nada acerca de eso y me molesta que me oculte cosas, aunque yo lo esté haciendo peor.

—Todo concuerda, así que es cierto. No sabemos dónde está pero intenta conectarse con ella. Quien sabe si ya lo ha hecho.

—Melanie dice que no lo conoce. Nunca ha visto su cara.

—¿Y confías en ella?

—Sí, lo hago, pero creo más en mi instinto.

—¿Y qué te dice?

—Que falta una pieza muy grande aquí. Algo no encaja. — me siento mientras pienso.

—Sabemos que Martha estuvo en un centro psiquiátrico durante varios años y después de una intensa investigación, sé quiénes la metieron allí.

—¿Quiénes?

—Sus padres. Encontré su firma en los pocos archivos que quedaron. La primera vez que autorizaron al doctor Walter para evaluarla fue desde los siete años. Era apenas una niña cuando descubrieron sus personalidades. Fue su paciente durante muchos años hasta que se hizo mayor y sus padres ya no podían controlarla. Aun así, después de dar a luz a Junior, su madre volvió a contactar con Walter y fue entonces cuando pasó lo que pasó. Clausuraron el lugar y ella quedó libre. — muestra hojas impresas con registros de llamadas telefónicas, papeles viejos y fotografías borrosas que al parecer ha conseguido en estas semanas. — Después empezó su vida como prostituta y los conoció. Tuvo su encuentro con Richard y cuando Bilson empezó a atacarlos, Martha huyó. Su hija nació lejos de su padre pero Bilson no lo sabía hasta que Frank se acercó. No sabía que tenía una hija.

—¿Por qué si Martha escogió estar con Richard quiso...vengarse de él con...Frank? — es la única parte que no entiendo.

—Recordemos que por el momento tiene tres personalidades. Es impredecible saber quién y cuándo una de ellas tomará el control.

—Sí, tienes razón. ¿Has conseguido algo más? ¿Algo de este Richard quizás?

—No mucho. Está claro que es muy poderoso. Cada que siento que estoy cerca me saca del sistema, literalmente. Sabe cómo borrar sus pasos.

—¿Y los padres de Martha, aún viven?

—Hasta ahora, solo su padre. Pero aún no sé dónde está.

—Buen trabajo y...gracias por decirme primero. Sigue investigando y mantén lo de la computadora en secreto. No sé qué cosa puede haber guardado mi padre ahí.

—Cuente con ello señor.

Melanie Cross.

Tomaré este día para enfocarme en la tesis. Gracias a Dios, la concluyo en menos de un mes y con algo más de suerte, podré graduarme finalmente. El camino ha sido difícil, pero tengo fe en mí. Me comunico con mi compañero por correo y nos ayudamos mutuamente. Tendremos encuentros personales de vez en cuando para prepararnos y asegurarnos de que todo quede perfecto.

El día está muy nublado. Últimamente Washington siempre lo está. Creo que es porque estamos en épocas de tormentas.

—¿Listo? — le pregunto a Junior, quien ha regresado por este día para cumplir con nuestro acuerdo. Quedamos de visitar a Martha antes de que la trasladen.

—Solo iré por ti. —termina de atarse los cordones y cuando salimos, me sorprende ver una camioneta en frente.

—¿Y esto? — frunzo el ceño.

—Es mía. Todavía la debo, pero al menos ya tenemos transporte. — está muy contento y yo también. Me encantan que esté reconstruyendo su vida como siempre lo quiso. Nos subimos y conduce. Cuando llegamos, las oficiales nos guían a la sala de visitas donde la esperamos. Estoy muy nerviosa.

—No puedo creerlo. Mis hijos han decidido visitar a su madre. — es lo primero que dice cuando se sienta frente a nosotros. Sigue esposada. Supongo que la consideran peligrosa.

—Al menos nosotros sí somos buenos hijos, a pesar de la clase de madre que eres tú. — Junior le responde.

—¡Eso! ¡Adelante! Desahóguense. — parece no importarle una mierda nuestros sentimientos.

—¿Es cierto lo de tu trastorno? — su expresión cambia. — Si de verdad estás enferma no te dejaremos sola. Trabajaremos duro para poder pagarte un buen doctor.

—No necesito un doctor. Lo único que necesito es que me dejen aquí. Será lo mejor para todos. — su actitud me recuerda a las explicaciones de Jimmy. Creo que esta es nuestra madre, nuestra Martha predominante. Aquella que daría todo por sus hijos. Su expresión más emocional me lo confirma.

—Madre. — es la segunda vez que la llamo de tal forma. Jamás le gustó. Intento tocar su mano, pero la aparta. — ¿Por qué hiciste todo esto? ¿Por qué dejaste que todo esto pasara? — los ojos se me llenan de lágrimas.

—Son demasiado para mí. Eres un ángel. La mejor hija que Dios le dio a la madre equivocada. — sus ojos se llenan de lágrimas también.

Sostiene mis mejillas en sus manos. Se siente tan extraño y tan bien a la vez.

— Sin importar lo que pase, sigue adelante. Déjame aquí, no te preocupes por mí. — pocos segundos después, su expresión cambia y en vez de solo sostener mi cara, la aprieta con todas sus fuerzas, como si quisiera lastimarme.

—¡Suéltala! — Junior interviene y la aparta de mí.

—¡Tú nunca serás mi hija! ¡Nunca serás mi hija favorita! ¡Solo tienes esta vida por un error! ¡Por mi error! — los oficiales entran y como está tan alterada, se la llevan a las malas. ¿Qué le está pasando? ¿Tendrá que ver con su trastorno? Me duele demasiado verla así. Su situación es peor de lo que pensaba.

Junior me abraza.

—Espero que te haya quedado claro. Ya no tenemos nada que esperar de ella. — dice y salimos de este gris y melancólico lugar. Tomamos un poco de aire y no puedo quedarme quieta. — Será mejor que aceptes esto Melanie. Ya no hay esperanza de que pueda mejorar. Te dijeron que estaba en un centro psiquiátrico y eso ¿para qué? Está peor ahora.

—Sigue ahí Junior. Nuestra madre sigue ahí, lo sé. — estoy convencida. Sus primeras palabras fueron honestas. — No me rendiré con ella. No importa si es ahora o en algunos meses, voy a conseguirle un buen doctor y la liberaré de esta tortura.

—Bien, haz lo que quieras. Pero no seré parte de eso. Yo sí seguiré con la vida que ella nunca nos dejó tener. — me quedo en silencio. Sé que está en todo su derecho, pero...sostendré mi decisión. 

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