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Capítulo Ochenta y Tres

P.O.V: Elena Di Venetto

Suspiro profundo abandonando la casa Collins con la voz de Amelia en mi mente.

Miro a la casa de Douglas y giro mis pasos hacia la salida del condominio. Mi pecho se encoge con cada paso que doy.

Soy yo. Elena.

Obvio se que somos dueños de los pasos que decidimos dar, la tinta y el color que decidimos para diseñar nuestro futuro.

Pero a mi no me aterra ser como mis padres, a mi atemoriza no estar sana para esto. Más que a lo que llevo en mi vientre, me preocupa e inquieta dañarme a mi misma.

Arruinarme y con eso a...al bebé.

Me detengo en seco por el auto que se atraviesa frente a mi. Respiro con dificultad cuando me doy cuenta que es Logan.

-Sube-Dice abriendo la puerta desde adentro.

Lo dudo, miro a todos lados y niego. Aún no estoy lista.

-Por favor. Necesito de mi pequeña italiana.

-La italiana necesita soledad, Logan-Murmuro tragandome el nudo y parpadeando para desaparecer las lagrimas acumuladas en mis ojos.

-Tambien necesito a la doctora corazón-Suspiro con profundidad.

Mis manos aprietan con fuerza la enorme sudadera que llevo sobre mi blusa de tiras y tiemblo mientras me subo en el copiloto.

P.O.V: Douglas Miller

-¿Que haces?-Murmura mirando como dejo su pantalón a un lado

-¿Que te parece que hago?-Susurro y comienzo a besar sus piernas. El rubor sube por su mejillas y mira a la puerta.

Alejándose de mi con rapidez y cubriéndose con las almohadas, frunzo el ceño y suspiro cuando ella se ve avergonzada.

Claro... olvide poner el pestillo a la puerta.

-Buenas noches, Douglas-Escucho la voz de Molly. Cierto. Ella sigue existiendo.

-¿Que quieres?-Cuestiono mirando con pesar hacia ella.

-Tengo una cosa que decirles algo a ti y a Carolina-Dice-Te espero abajo.

Resoplo y miro a Ricitos mientras ella se marcha dejando la puerta abierta.

-Dios, que pena-Murmura Loren.

-¿Que pena? Vergüenza le debería dar a ella por interrumpir este momento tan serio e importante-Sentencio

Me acomodó la camiseta y salgo de la habitación dejando a Loren semidesnuda. Reprocho por lo bajo y intento arreglar mi cabello. Si Molly salta con una payasada me voy de la casa para que joda a Carolina y a mi me deje en paz.

-¿Que quieres?-Pregunto dejándome caer sobre el sillón individual y Carolina mira a Molly desde el mueble grande de la sala.

-Quiero decirles que...-Sonrie y yo hago una cara de desagrado. ¿Por qué sonríe y no habla para acabar con esto? Ugh.-Voy a estar fuera unos meses para revisar los negocios que mamá y papá dejaron en el extranjero.

Me levanto con una sonrisa y abro los brazos.

-¡Gracias Dios! Por primera vez escuchaste mis ruegos-Grito y me acerco a Molly para abrazarla con fuerza-Andale que yo subo tus maletas al auto y me encargo de que subas a ese avión ¿están listas? En el avión comes y descansa.

Carolina se levanta y yo paso mi brazo por el hombro de una aturdida Molly.

-Douglas no hay chiste.