xxiii. El ganador lo toma todo

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     MALVINA PODÍA DAR CRÉDITOS AL CAPITOLIO POR PERMITIRLE A SUS VENCEDORES ver el resto de Panem durante su gira, tal vez era lo único rescatable, de hecho, después de ver el Distrito 11, la pelinegra comenzaba a disfrutar la idea de recorrer la nación con todos los honores que su título ahora le estaba dando.

     Habían salido a la mañana siguiente del 12, siendo despedidos por el alcalde Undersee hasta la estación del tren, había sido un adiós silencioso hasta que el canto de los sinsajos resonó en cada parte y cuando observó por la ventana, vio esa parvada pasar imitando un extraño silbido que nunca había escuchado.

    Probablemente esa fue una señal de lo que pasaría.

    Llegaron al Distrito 11 para las cinco de la tarde, siendo Gloss el que se lo hizo saber mientras estaban en el último vagón con Cashmere e interrumpió su conversación para señalar el nuevo panorama. Sus orbes violáceos observaron los cultivos, que se extendían hasta el horizonte.

    Hombres, mujeres y niños con sombreros de paja para protegerse del sol que bañaba su cabeza con rayos dorados, al escuchar el sonido del tren los habitantes se tomaban un momento para estirar la espalda y observar el tren pasando frente a sus ojos cansados. Malvina miró los huertos a lo lejos con curiosidad, nunca había podido ver un campo así de verde, a tal punto que parecía tener vida propia. Pequeñas comunidades de chozas daban matices marrones y rojizos al paisaje, Malvina se compadeció de todas esas personas al atestiguar sus pequeños hogares, aunque estaban todos vacíos en ese momento, ella suponía que debían de necesitar todas las manos disponibles para la recolección.

    — No se acaba nunca — Malvina habló en voz alta de su impresión—.El tamaño del Distrito 11 es increíble.

    Gloss asintió con una ligera sonrisa nostálgica, como si a su mente llegaran recuerdos.

    — Es mucho más grande que el nuestro, sólo que su gente no tiene exactamente las mejores oportunidades. Tienen que trabajar duro en los sembradíos.

    — Sé que los Distritos 1 y 2 nunca han sufrido penurias por lo que nos cuenta en la escuela, pero lo que dicen sobre la calidad de vida en el resto de Panem... ya veo que son mentiras. No hay nade equitativo en esto—sus ojos se marchitan y pierden brillo, de pronto el paisaje ya no era tan hermoso, sino una máscara para ocultar los trapos sucios de la explotación—. ¿Todos los Distritos que viste serán iguales?

    — No... bueno, usualmente las caras de disgusto al vencedor desaparecen en el Distrito 5. Son más flexibles y su situación con el Capitolio es más accesible, por lo que su economía es mejor— Gloss intentó suavizar la realidad para ella, pero Malvina no estaba segura de creerle, por lo que sus ojos viajaron a Cashmere.

    — ¿Algún vencedor que recuerden?

     Los hermanos se miraron, no era la primera vez que habían visitado el distrito desde sus respectivos juegos debido a su ocupación como mentores, además que Malvina suponía que debían tener por lo menos contacto al estar viendo los juegos del hambre juntos cada año mientras intentaban pescar a los patrocinadores para sus respectivos tributos.

KNOCKING ON HEAVENS DOOR¹ ─── GlossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora