──── P R Ó L O G O

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Distrito 1, Panem📍

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Distrito 1, Panem📍


     ERAN LOS SEXAGÉSIMOS TERCEROS JUEGOS DEL GAMBRE y fue la primera vez que Malvina lo vio, que el Distrito 1, el Capitolio y todo Panem conoció su nombre. Gloss Gummer, el tributo masculino de ese año que había arrasado con los demás competidores en esa arena conformada por una ciudad abandonada.

     Malvina había llegado a pensar que era una forma de recordar en lo que el mundo se convirtió cuando los Día Oscuros llegaron, o aún peor, cuando el fin del mundo casi los tomo a ellos y Panem se conformó.

    Aunque su padre creía que era más una forma de burlarse de los Distritos pobres como el 12 o el 11. Su padre era un ex-vencedor y vivían el Distrito 1, las carencias jamás pasaron por ojos de Malvina, y francamente lo agradecía, tener comida en su plato cada día, e incluso lujos, sabiendo por muchas bocas que había personas en el sur que llegaban a morir en la calle; comparado a eso, regar con tu sangre la arena ante la vista de millones parecía más una vieja gloria.

     En el Distrito 1 existía el dicho: "Sólo mueren los que son olvidado." Los tributos y sus vencedores jamás son olvidados por el tiempo, viven en memoria, palabra y pensamiento; así que, si quieres ser eternamente joven, preséntate como voluntario para los juegos en tu cosecha.

    —¡Demonios! — Gribbs gritó al televisor, haciendo reaccionar a su hermana.

    Malvina, estaba sentada en el piso bajo el sofá, donde mejor se acomodaba comiendo un par de golosinas que su madre había traído de la ciudad al visitar la perfumería de sus abuelos.

    —¿Qué pasa? — preguntó desconcertada.

    — Gloss ha matado a Scribonia. Maldición, ahora tendré que pagarle a Gemma — bufo sonoramente pasando sus manos por su rostro con resignación al ver como las trompetas sonaba y se anunciaba a Gloss como el vencedor después de apuñalarla un total de siete veces en el pecho, a la altura del corazón, incluso después que el cañón había sonado como indicio de que estaba muerta.

    Malvina recodó que era la chica del 2, había permanecido oculta entre los edificios, esperando a otros tributos para salir y atacar desde que la alianza de los tributos profesionales se rompió con la muerte de Esmeralda, la chica del 1. Había asesinado a su compañero, al tributo femenino del 6 y el 3; tenía todas las probabilidades de ganar, incluso sobre Gloss, pero al final la fuerza del rubio hizo la diferencia.

    —Debiste apostarle a tú Distrito, pedazo de alcornoque —la pelinegra se burló lanzándole la envoltura de su dulce.

    — ¿Quieres callarte? No pedí tu opinión.

    — ¿Te duele escuchar que eres un traidor?

    —El 1 y 2 son Distritos hermanos —se excusó rodando los ojos, haciendo a Malvina sonreír con ironía.

    —Hasta que sólo quedan ellos en la arena, ley de papá.

    Gribbs chasqueó la lengua a punto de responder mordaz.

    —Otro vencedor del Distrito 1 — su padre expresó con orgullo viendo el resultado cuando entró en la sala para acabara con la discusión entre sus hijos al poner sus manos sobre sus hombros —, y eso es lo que importa, así que dejen de pelear. Es mejor que observen y aspiren a ser como él, así es como se consigue la gloria eterna.

    Malvina volvió su vista al televisor a la vez que su hermano para poder ver como el aerodeslizador llegaba a la arena para recoger a Gloss, la cámara hizo un enfoque, dejando ver su rostro bañado en la sangre de Scribonia. Tenía una mirada penetrante, que, junto a su semblante duro y esas gotas rubí, lo hacían ver como alguien casi salvaje y peligroso, pero ese era el aspecto de todos después de ganar una batalla a muerte.

    —Un día, yo seré como él — se jactó Gribbs cruzándose de brazos con una amplia sonrisa, llena de confianza y seguridad, apenas tenía dieciséis, pero los tributos jóvenes de su distrito no eran anormales —. Voy a ganar esos juegos.

    La pelinegra asintió palmeando su espalda — Suerte con eso, te apoyaré desde casa.

    —No me crees, ¿Cierto?

    —Claro — canturreó Malvina al girarse sin dejar de caminar hacia atrás rumbo a su habitación —. Tú eres hijo de Neón Byrne, no se puede esperar menos de ti, mi querido hermano.

    Sí, Gribbs era el elegido para los juegos en su familia, el orgullo y la esperanza de mantener el apellido Byrne como un símbolo para los vencedores de su Distrito: pero todo cambió cuando los sexagésimos octavos Juegos del Hambre llegaron y las cosas no volvieron ser igual ni para sus padres, ni para la propia Malvina, quien de un día a otro... Sintió que tenía todo el peso del mundo sobre sus hombros y una cuestión de honor que cubrir.

KNOCKING ON HEAVENS DOOR¹ ─── GlossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora