xiii. La obra maestra

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     LAS ROSAS BLANCAS SUELEN SER UTILIZADAS en las bodas para representar la lealtad y la pureza, pero también en los funerales, simbolizando el amor eterno. Así que la pregunta de: ¿Por qué alguien como Coriolanus Snow usaba esas rosas? Daba para muchos rumores. Claro, el más usado era que servían para ocultar ese olor a sangre que despedían las úlceras de su boca producido por los diversos venenos que utilizaba contra sus rivales, pero a los cuales siempre sobrevivía por tomar el antídoto correspondiente segundos antes.

   Aunque uno menos conocido, tenía que ver con un nombre. Una chica del Distrito 12, vencedora de los décimos Juegos del Hambre, Lucy Gray Baird.

    Snow había sido su mentor, pero algunos más rumoraban que la chica de rizados cabellos oscuros, piel trigueña y ojos negros había cautivado el oscurecido corazón del entonces joven y ambicioso presidente. Muchos aún los recordaban unidos por el brazo, ella con ese colorido vestido de arcoíris y él mirando fríamente a cada invitado, excepto a ella, cuando la miraba, muchos afirmaban que esos meticulosos ojos se ablandaban.

    Muchos explicaban la pérdida de un amor a los enormes jardines de su mansión, como si fuera la promesa a su amor eterno. Él único que pudo tocar esas fibras sensibles de su ser y tal vez, el de su vida, pero que perdió, porque su visión y sed de poder eran más grandes.

   — Ella vencerá, estoy seguro, presidente Snow. Ha... Demostrado una tenacidad implacable, además, las agallas le sobran, es como si quisiera arrojarse en caída libre al peligro — contó un entusiasta Lyssander Goshawk a su mayor durante un descanso y reporte que había tomado en el centro de control para informarle como avanzaban los juegos.

   —¿A cuántos a matado?

   —Tres, señor.

   Snow recordó a Lucy, ella también mató a tres tributos antes de ser vencedora.

   — Tres —repitió sacando una de las rosas —, ¿Y cuántos tributos aún quedan?

   — Sólo cinco, señor. Por la noche, la tributo del 6 y el 8 murieron por deshidratación.

   — Han sido unos juegos cortos, Lyssander, pero bastante intensos y atractivos. En pocas horas, pasando demasiado cosas... Empujando a esos chicos a sacar su verdadero instinto asesino. Te felicito, supongo que, en unos años, esa será tu marca.

   Lyssander hizo una ligera inclinación — Se lo agradezco, señor. Desde que me han dado este puesto, he intentado cumplir como es debido. Dar un buen espectáculo.

   —Malvina Byrne. La chica lo está consiguiendo... — olió la rosa y respiró su aroma —, Neón hizo bien en dejar que viniera, la instruyó como era debido. Toda creación debe ser devuelta a su creador tarde o temprano.

   — ¿Disculpe, presidente Snow?

   Coriolanus rio mirándolo — No me dirás que no has notado esos ojos violetas. ¿Alguna vez habías visto a una persona con ese color de ojos? Claro, de forma natural.

KNOCKING ON HEAVENS DOOR¹ ─── GlossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora