Parte 15: La Preocupación

462 14 1
                                    

La Catrina fue a la habitación del Palacio en el que habían todos los objetos misteriosos y antiguos que su padre y todos sus ancestros alguna vez los poseyeron, pero en eso vio que no había un objeto y rápidamente supo que Xibalba lo había agarrado. Ella fue al Palacio de los Olvidados y le preguntó:

-¡Xibalba! Quiero que me hables con la verdad de acuerdo, dijo ella hablando muy enserio.

-¿Que? ¿ahora que hice, querida?, dijo tratando de hacerse el santo y no saber absolutamente nada.

-¿Tomaste sin permiso la medalla de la Vida Eterna?, su novia lo apuntó con el dedo y tenia la mirada firme.

-¿Yo?, claro que no ¡linda! ¿por que me dices eso a mi?, pregunto su amado haciéndose el inocente.

-No pienso en otra persona que agarre las cosas sin permiso ¡excepto en ti!, se perdió Xibalba la medalla se extravió, la Catrina se sentó en la cama de Xibalba y solo se tocaba la frente.

-Pero mi vida es solo una medalla…nada más ¿que daño puede hacer?, dijo el Rey tocándole el hombro.

-No lo comprendes Xibalba, si esa medalla cae en manos equivocadas aquel que la use podría hacer lo que quiera y lo peor es que no lo podríamos herir fácilmente, ese objeto es muy valioso.

-Debe estar en tu Palacio en algún rincón, puede que se haiga caído del lugar en donde estaba, dijo Xibalba tratando de tranquilizar a su novia.

-He buscado en cada rincón de mi Palacio y no pudo haberse caído si estaba en una vitrina de vidrio completamente cerrada, dijo agachando la cabeza. Xibalba solo sintió culpa pero no le dijo nada a La Catrina sabiendo que se enojaría con él.

Después de consolar a su novia y tranquilizándola un poco  decidió ir a la Tierra de los Vivos para recuperar la medalla, pero era demasiado tarde, cuando llegó lo único que vio fueron casas destruidas, el ganado por todas partes, ciudadanos heridos y artefactos deteriorados, el volteó la cabeza y oyó un fuerte grito haciendo que los heridos se levantaran y corrieran, cuando más no se dio cuenta era el muchacho o más bien monstro que había creado. Cuando ambos se miraron Xibalba le exigió devolverle la medalla:

-Oye devuélveme la medalla ahora hazlo por las buenas o si no te la quitare a la mala forma, Xibalba levantaba la mano por si el muchacho le daba la medalla, pero este solo se burló.

-Jajajajaja ¡TÚ! Enfrentarme a mí, si piensas que te daré la medalla estas equivocado, además quisiera ver como tratarás de conseguirla a las malas. Dijo Chacal levantando su puño mientras que Xibalba solo asintió con la cabeza y abrió un portal que absorbió al muchacho hacia la celda del Palacio de los Olvidados, mientras lo absorbía la medalla se cayó y Xibalba estaba feliz de haberla recuperarla, fue rápidamente al Palacio de los Recordados para devolverle la medalla a la Catrina.

-¡Mi amor! tengo la medalla, dijo muy alegre el Rey.

-¡Xibalba!, gracias por a verla buscado, pero ¿donde la encontraste?  

-Yo solo caminaba hacia aquí para saludarte, cuando vi la medalla en el suelo fue una coincidencia, contesto nerviosamente.

-Con que así, bueno lo importante es que ahora la tengo, te importa si me esperas unos minutos solo para guardarla, dijo sabiendo que Xibalba le mentía, pero aún así ella solo quería la medalla.

-No hay problema mi vida, respondió el otro.

Cuando la Catrina regresó estaba un poco nerviosa, sentía que algo muy malo iba a pasar, pero que sería Iris y Shein ya no eran sus enemigos, las cosas iban bien en su Reino y el de su amado, no lo sabia y quiso hablar con él a solas.

-Mi amor te veo preocupada ¿te sientes bien?, pregunto muy preocupado Xibalba.

-¡Sí! Estoy bien solo que no puedo descifrar lo que va pasar de aquí a unas semanas, pero se que voy a intervenir, dijo mirando y hablando preocupadamente. Xibalba se asustó y si Chacal fuera en vez de por él, por su futura esposa tenía miedo y sudaba de tantos pensamientos que se le venían a la cabeza.

-¿Estas bien querido? te siento muy asustado, dijo su novia tocándole con suavidad sus pómulos y dándole un beso en la frente.

-Sí, mejor que nunca mi amor, dijo abrazando a su amada.

El Amorío de los Dioses de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora