Parte 34:"Siempre seremos Jóvenes"

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Xibalba estaba en su Reino, ya que su novia se había ido por una semana a la Tierra de los Mortales, a atender unos trabajos, el la extraňaba enormemente, pero el siempre se preguntaba cuando fue la úl tima vez que hizo cosas íntimas con la Catrina, desde aquella peaadilla de horror ella le prohibió tocarla, el acepto sabiendo que algún día ambos estarian con las ganas, hace meses que no tenia contacto físico con ella, execto los besos de pasión que amos se entregaban, ella le prohibió los besos en el cuello, y al parecer Xibalba ya estava cansado de esa regla pero sabía que si la forzaba tendrían 2 consecuencias: 1° daňaría su relación y en 2° ella le daría una bofetada que nunca se olvidaría, así que el solo la espero.

El oyó golpecitos en la puerta de su Palacio, fue para abrirla encontrándose a su esposa con una mirada nostálgica, más el la recibió con un abrazo.

-Mi amor ¿que tal? te extraňe muchísimo, dijo el dejandola pasar al Palacio.

-Yo tambien te extraňe, estuve pensando en ti cada minuto, fue una completa tortura, la Catrina le tocó los pómulos con sus delicadas manos, y su mirada aún nostálgica, Xibalba la agarró de la cintura acercandola más a el.

-Mi hermosa, ¿quieres algo de comer o beber?, preguntó ya que no sabía porque había visitado su Palacio.

-No, gracias mi vida, dijo envolviendo sus brazos en el cuello de su novio.

-¿Vamos a la habitación?, le susurró en el oído, el penso que su novia le daría una bofetada, pero ella lo miró a loa ojos de manera traviesa, eso era un “sí” para Xibalba que voló hasta la habitación solo para no dejar de abrazarla.

-Mi corazón, segura que quieres que lo hagamos, pues no lo hemos hecho desde hace meses, ¿pasó algo?, dijo el arqueando una ceja, más la Catrina le sacó una sonrisa coqueta.

-No pasó nada mi vida, es solo que extraňo tus caricias, como pude prohibirte tocar mi cuerpo todo por esa pesadilla, se que tú nunca me lastimarás, además se que tu tambien tienes ganas de..., dijo ella acercándose a sus labios.

-Claro que sí, mi hermosa, el abrió la puerta de la habitación y la besó apasionadamente, el se sentó al borde de la cama y ella estava sobre sus piernas, ambos besándose apasionadamente, ella le tocaba los pómulos mientras el tocaba su cuello, la recostó en la cama ahora estando sobre ella sin aplastarla, ella soltó gemidos pir sentir que Xibalba estaba dando besos húmedos en su cuello.

Xibalba se despertó y se volteó viendo a su esposa vestida con su bata y abrigada con las sábanas, el le quito la tela se su hombro izquierdo dando un beso pequeňo en el mismo, su esposa se despertó al sentirlo de nuevo tocando su piel.

-Xibalba, que haces despierto, es de madrugada, dijo ella abrazándolo.

-No lo se, solo me desperte, perdoname por haberte despertado, mi dulce, dijo el su esposa se recostó en su pecho, el le acariciaba el cabello mirandola a los ojos de manera seductora.

-Eres un pícaro, dijo ella juguetonamente dandole un golpe suave en el pecho.

-¿Y tú? Eres un completa traviesa, dijo el poniendo un dedo debajo de su barbilla.

-Aún somos demasiado jóvenes, dijo ella acercandose más a el está vez haciendo que Xibalba la abrazára con un solo brazo poniendo todo su cuerpo encima de el.

-Nosotros siempre seremos jóvenes, tu siempre tendrás 24 siglos y yo siempre tendre 26 siglos, estamos bendecidos con la juventud eterna ¡mi preciosa!, dijo el acariciandola por la parte de la cintura y dandole un beso suave en los pómulos de su amada.

-Eso es lo bueno de ser un Dios del inframundo, dijo ella guiňandole de broma.

-Te amo, querida, dijo el con una voz tímida.

-Ow mi amor, yo tambien, con todo mi corazón, dijo ella tocandose la parte del corazón.

Ambos se dierón un beso romántico y se quedarón dormidos.

El Amorío de los Dioses de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora