You're Not Better Than Me 2 | Número 5 y Tú

Capítulo 40

Era cierto.
Había experimentado muchas cosas en todos mis años de vida.
Pero nada como esto.

No podía describir la sensación de ver tu propio cuerpo.
¿Estaba muerta?

Y si lo estaba, ¿cómo fue que morí?
Hice lo mismo que mis hermanos, podía estar segura que ellos estaban vivos, si no... Los podría ver y simplemente no los veo.
Ellos estarían bien.

Aunque bien podría decir que no era tiempo de preocuparme por mi, si no por el mundo.
Tal vez sólo estaba exagerando... Eso esperaba.

Cinco Hargreeves.

-Otra vez salen a la luz tus problemitas con papá. Esta vez con tu propio hermano lo que me saca de quicio. Pero recuerda, soy 14 días mayor que él. Tengo antigüedad, así que deberías escucharme a mí, Luther. ¡Yo soy el papá aquí!.-grité después de que Luther se armara en un complot contra mi con mi yo... Menor para asesinarme.

-Cinco, por favor, estás llamando la atención. Mírate.-me tomó de la espalda y me hizo caminar.

-Admito que existe la posibilidad de que no esté del todo...-una punzada en el pecho me hizo parar de golpe.

-¿Qué? ¿Qué sucede?.-preguntó Luther.
-Yo...-el dolor se hizo un poco más grande pero luego desapareció.-_____.-su nombre salió de mis labios sin pensarlo.

-¿Qué? ¿Qué pasa con ella?.-cuestionó de nuevo confundido.-¿Algo le sucedió?.-yo lo miré y negué.
-No lo sé.-respondí sincero.

-Oh vamos, Cinco. Otro efecto secundario de la psicosis.-replicó Luther y de nuevo me encaminó hacia adelante.
-Eso espero.-murmuré.

-Bien, vamos.-dijo Luther y me dio unas ligeras palmadas en la espalda.

_______ Hargreeves.

Ben sujetó más fuerte mi mano al estar frente a Vanya.
Tenía los ojos blancos y se movía frenéticamente.

-Hazlo.-me animó Ben.
-¿Hacer qué?.-estaba más que confundida. Ben acercó la mano que no tenía sujeta hacia la de Vanya y una energía con pequeños enlaces de electricidad se podían notar.

-Unir energías, una sola.-hizo una mueca y sin soltarme fue juntando su energía con la de Vanya como si sus cuerpos se unieran en uno solo llevándome con él.

En un abrir y cerrar de ojos nos encontrábamos en un lugar oscuro.

-¿Vanya?.-pregunté, Ben y yo seguimos caminando sin rumbo alguno por ese lugar, sin soltarnos de la mano.

-Es... Nuestra casa.-susurró Ben y caminamos hasta llegar al comedor donde estaba el violin blanco de Vanya.

Ben se acercó a mirar.
-Allí está.-apuntó dentro del violin y efectivamente había alguien ahí.
-¿Cómo...?.-no pude terminar porque de nuevo en un parpadeo nos encontrábamos en otra habitación parecida a donde estaba Vanya... No... De hecho, esa era.

-Esto es muy raro Ben.-me acerqué a él algo asustada. Algo que era nuevo.

-¿Vanya?.-la llamó Ben y ella se levantó mirándonos.-¿Me recuerdas?.-Ben sonrió y se agachó a su altura.

-Ya recuerdo todo.-miró a Ben y luego a mi varias veces.-lo estoy haciendo de nuevo, ¿no?.-su mirada cambió a una muy triste.-¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo controlarme como ustedes?.-comenzó a sollozar.

-No es demasiado tarde.-hablé y ella me miró.
-Puedes regresar, hay tiempo.-asintió Ben concordando conmigo.

-No merezco vivir. Maté a Pogo, casi te mato a ti y a Allison. Destruí el mundo. Soy un monstruo.-soltó y yo rápidamente con mi mano libre tomé la de ella.

-Vanya no, no puedo seguir escuchando lo que dices, Vanya yo te amo.-acaricié su mano y le di una sonrisa.

-Papá te trató como una bomba antes de que lo fueras, le tenía tanto miedo a tu poder que nunca te dejó usarlo, te medicó y te atontó por años. Eso estuvo mal, Vanya. Por eso no puedes controlarte.-al decir eso Ben tomó la otra mano de Vanya.-Papá no supo lidiar con tu ira. Eso no significa que tú no puedas. Y tal vez tengas derecho  a estar enojada, triste y confundida, pero a veces el mundo es una muerda con gente de mierda. No eres un monstruo. Eres mi hermana. Nuestra hermana...-me miró y apretó mi mano.-y ahora, nuestros hermanos están arriesgando su vida para salvarte. Ya no estás sola en la mesa, Vanya. Tú puedes.-terminó Ben y sentí agua en mis mejillas.

Estaba llorando.
Eran las palabras más bonitas que había escuchado en toda mi vida.

Las más puras dichas por una persona igual de pura como Ben.