II

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Carlos Sainz despertó con una sonrisa común en el rostro, por que si, Carlos expresaba sus sentimientos siempre estando solo. Aunque su vida fuera igual a la de los demás, exceptuando que él no tenía una vida de lujos como muchos, ya que él vivía en una zona de economía media en esa ciudad. Eso quiere decir que la ciudad se dividía en dos secciones. Zona A y Zona B. La primera zona era para gente adinerada y la otra zona era para gente de clase media o pobre. En cada zona se encontraba solamente una preparatoria. Eso significaba que todos iban a la misma escuela.

Salió de su habitación después de ducharse, asearse y vestirse. Se dirigió a la cocina con su madre y padre allí con sus expresiones de siempre. Desayunó junto a ellos y su hermano menor. Se despidieron después de terminar su desayuno y salieron juntos caminando hacia la parada de autobuses para tomar el autobús y llegar a su escuela a tiempo.

...

Mientras Charles seguía dormido en su pupitre se despertó agitado después de tener el mismo sueño de siempre.

...

—¿Estas llorando? -preguntó un chico un poco más alto que él acercándose a la reja que los separaba.

Charles volteó su mirada al instante por todos lados para ver de donde provenía aquella suave voz. Y un poco cerca de donde él se encontraba sentado notó a un chico parado allí mirándolo de lado.

—No -limpió sus lágrimas al instante. No entendía como ese chico lo había encontrado allí, era su lugar secreto en un parque para expresarse siempre y cuando quisiera para que la gente no lo juzgara o se dieran cuenta de su comportamiento "indebido".

—Estabas llorando -mencionó el mayor.

Charles negó levemente y después se levantó de allí para irse rápidamente, era un peligro que alguien lo hubiera visto llorar.

—¡Espera! -llamó su atención con un pequeño grito. Charles giró en sus talones posicionando su vista hacia la reja. —No le diré a nadie, yo también puedo tener sentimientos -le contó el más alto. Charles ladeó su cabeza por un momento estando algo confundido. Ya que era a la primera persona que conocía que le contaba que también podía tener sentimientos y emociones. Pero desconfío, no podía estar seguro si era verdad o solo le mentía para luego ir a echarlo de cabeza con las autoridades. Pero ese pensamiento se fue de su mente cuando el chico frente a él sonrió de oreja a oreja mostrando una sonrisa maravillosa.

—Soy Carlos Sainz, ¿tu como te llamas? -preguntó el mayor pasando su mano por un hueco de la reja para saludar al menor.

—Soy, soy Charles Leclerc -contó nerviosamente el menor mientras acercaba su mano a la del contrario para estrecharla. Sintió una calidez y un tacto suave al tomar la mano del mayor.

—Es un gusto conocerte Charles Leclerc -volvió a sonreír rápidamente y cambió su expresión al instante, no quería que lo cacharán al verlo expresarse de esa forma. Charles sonrió también al solo ver su hermosa sonrisa. —Tu sonrisa es preciosa -se atrevió a decir el chico.

Charles sintió un poco de calor en sus mejillas, las tocó y sintió cómo estaban muy calientes.

Carlos rió levemente y después sin previo aviso tocó la mejilla del menor y la acarició. Ese tacto le había hecho recordar al mínimo tacto que su madre le dedicó antes de desaparecer. Se dejó ser ya que le gusto sentir esa caricia.

—¿Por que estás sonrojado? -preguntó el mayor de tan solo 8 años confundido.

—¿Que es eso? -preguntó Charles confundido.

All in; charlos. AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora