XIX

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El menor abrió los ojos en cuanto despertó de golpe, encontrándose con la mirada curiosa a lo lejos del otro chico que había visto antes de desmayarse. Talló sus ojos aún adormilado, pero estando alerta de todo su alrededor, no podía confiar sin más en un desconocido.

En cuanto volvió su mirada hacia el chico frente a él abrió los ojos de par en par, volviendo a tallarse los ojos al instante, pensando que su vista le estaba jugando una gran broma. El más bajo caminó hacia él y el menor se alejó con lentitud cada que el otro daba un paso para acercarse, quedando con su espalda recostada en la pared. Tragó.

—Hola Max -saludó sonriente el mayor.

El menor abrió los ojos de par en par, de verdad que era el. No podía ni creérselo, sin poder contenerse sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas, para después soltar varias que corrieron por sus mejillas. Checo no lo pensó dos veces y atrajo al menor rápidamente hacia su pecho para abrazarlo con suavidad. Apoyando su mentón contra el hombre del más alto. Había extrañado tanto ese sentimiento de sentirse cálido junto a alguien más.

...

Carlos yacía dormido recostado en su pupitre en cuanto el monegasco cruzó por la puerta haciendo gran ruido por haber azotado la puerta, y todos voltearon a verlo al instante, notando la hora del reloj colgado en la pared encima del pizarron, realmente era tarde, esa sería su tercera clase del día.

Charles reverenció disculpándose con el profesor que lo fulminó con la mirada y después lo dejó pasar sin más, no sin antes avisarle que debía quedarse a hacer la limpieza del salón como castigo. El chico asintió sin más, ya nada podía ser peor para él en ese momento, simplemente quería dormir y no despertar nunca más, ¿le sería posible?

En cuanto se sentó en su lugar el tipo molesto junto a él rió al ver su estado. Charles lo fulminó con la mirada antes de dejar caer su cabeza sobre el pupitre así mismo como Jackson frente a él. El imbecil de compañero de lugar, lo había hecho cambie de lugar otra vez.

Carlos volteó a ver a su mejor amigo, en busca de que este le dijera si sabía algo sobre el estado del contrario. Este simplemente se alzó de hombros sin gran interés.

...

Lewis lo estampó contra la puerta del cubículo de los baños cargándolo mientras este enrollaba sus piernas en su cintura, no pesaba tanto como pensó. El beso era hambriento, en busca de más. Charles aprendía rápidamente, y si podía excitarlo a él mismo sería mucho más fácil con el menor.

—Déjame darte una mamada -pidió el chico. Esperando un 'si' de respuesta. La piel del más alto se erizó, pero accedió dejando que el menor se bajara de sobre el. Estaba por sentarse en la tapa del baño, pero este lo detuvo.

—Creo que será más sencillo para mi si estás de pie -el mayor simplemente asintió. Se relamió los labios para arrodillarse quedando frente a frente del bulto del mayor. Inconscientemente mordió su labio inferior, y después comenzó a bajar el zíper del pantalón, para después sacar el miembro del contrario, lo vio por unos instantes, en realidad jamás en su vida había hecho algo así, y no tenía idea ni de cómo se hacía. Pero después de la maravillosa mamada que había recibido por parte del mayor hace unos días atrás, había estado pensando en eso, queriendo intentarlo hasta que fuera tan bueno como la boca del contrario cuando se la dio a él.

Ya habían pasado dos meses de su llegado allí, pero aún así Lewis estaba algo exhausto de todo, un día estaba enseñando a Carlos a dar los mejores roces entre sus miembros y el siguiente día estaba enseñando a Charles a dar mamadas. Y luego se quedaba completamente solo en cuanto esos dos chicos anteriormente nombrados salían solos, quien sabe qué tanto hacían. Pero ninguno de los tres había llegado a tener sexo con alguno otro. Simplemente era para satisfacerse.

All in; charlos. AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora