III

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—Tengo curiosidad sobre la zona B, ¿has escuchado hablar sobre eso? -le preguntó el mexicano para después darle una mordida a su sándwich.

Charles se alzó de hombros y después negó. —¿Por que te da curiosidad ese lado de la ciudad? -preguntó el menor con curiosidad.

—No lo sé, pero enserio me gustaría conocer más sobre ese lado, lo único que sé es que esa zona es para personas de clase media y baja -contó el mayor.

Desde hace más de un año habían cambiado algunas reglas en esa zona, tenían unos cuantos más privilegios que la zona B. La zona A podía vestirse con colores distintos al negro, blanco y gris típico. Los de la otra zona sólo podían vestirse de ese color, y los uniformes escolares eran completamente negros. Además de que los de la zona A, al graduarse de la preparatoria podían ir a conocer el lado B, y hasta tenían la oportunidad de vivir allí. Pero habían permitido eso, ya que sabían que nadie de la clase alta con el mayor sentido común, de la zona A, cambiaría su estilo de vida para irse a la otra zona.

—¿Me acompañarías a la biblioteca central después de clase? -preguntó el mexicano y después bebió de su jugo de uva.

Charles lo pensó un momento, en realidad no tenía ánimos de salir o ir a otro lugar al terminar las clases, pero lo acompañaría simplemente para no dejarlo solo. De hecho se encontraba en ese estado ya que se acercaba el aniversario por la "desaparición" de su madre o "muerte" como Charles lo llamaba.

Asintió sin más mientras seguía comiendo. Checo aplaudió sin más. Charles lo vio con curiosidad, se preguntaba si su amigo alguna vez supo sonreír o simplemente él no había sentido nada nunca. Pero al mirar a su mejor amigo a los ojos, notó cierto entusiasmo en ellos, sorprendiéndose un poco, pero sin tomarle demasiada importancia, ya que aunque fueran amigos no confiaba plenamente en él como para contarle sobre su pasado, tenía miedo de que lo acusara con las autoridades.

Terminaron su almuerzo y regresaron a su salón cuando la campana sonó. Su salón era completamente blanco, con simplemente algunas cosas como el escritorio del profesor color marrón y el pizarron verde.

Charles en realidad no entendía muy bien el estilo de vida que todos llevaban, ya que supuestamente está prohibido sentir, pero hay parejas en su escuela, y él supone que para tener una pareja debe de haber sentimientos de por medio, sino, ¿qué gracia tiene una relación sin más?

...

Lewis y Carlos se encontraban caminando juntos hacia su lugar secreto en esa enorme ciudad, un espacio donde podían expresarse como quisieran. Al llegar allí entraron por la ventana, como siempre ya que era un lugar abandonado, y notaron que habían pisadas en la entrada. Rápidamente se preocuparon.

—¿Hay alguien ahí? -preguntó el mayor con algo de temor en su voz.

¿Qué ocurriría si el gobierno había encontrado ese lugar? Todas las cosas de allí eran información, papeles y más cosas que investigaban sobre las dos zonas, y la tercera. Estaban tan asustados que los nervios rebosaban en los dos que hasta les corrió un poco de sudor por la frente.

Llegaron a una de las habitaciones vacías del edificio y escucharon una respiración agitada, encendieron sus linternas y a lo lejos vieron a un chico castaño acurrucado en una esquina, y también notaron líquido rojo en el suelo junto a él. Se acercaron lentamente y el menor alzó su mirada, tenía miedo de esos dos que llegaban apenas. Así que trató de alejarse.

—¿Que te ocurrió? -preguntó Carlos con preocupación agachándose junto a él.

Notó que el menor tenía oprimido con sus manos su abdomen, de donde la sangre se veía salir.

All in; charlos. AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora