—¿Tenías idea de que el era el fugitivo de la zona B? -preguntó mirándolo seriamente.
Charles en realidad no sabía que debía responder, no estaba seguro si sería buena idea o no mencionar lo que de verdad ocurrió. Eso sería lo más correcto respecto a su moral, pero tenía miedo de que toda su vida cambiara de golpe con contar lo que ocurrió. Posiblemente mentir un poco no sería nada malo, eso es lo que debía hacer. No creo que el canadiense aceptara que Charles arruinara su vida por decir la verdad.
Negó varias veces. —No lo sabía.
—¿El te lo dijo? -preguntó incorporándose en su mismo lugar. Su mirada fría lograba que Charles se tensara.
Su mejor amigo lo esperaba fuera del gran edificio gubernamental. Tenía que salir rápido de allí, respiró con suavidad tratando de controlarse.
—Si. -soltó sin más. Su plan era mentir, pero por alguna razón no podía hacerlo. Odiaba con todo su corazón y su ser las mentiras, y más que todo a los que mentían.
El hombre se cruzó de brazos mirándolo con una extraña expresión.
—Dime algo -se detuvo por unos instantes para mirar la carpeta que traía en sus manos. —Charles Leclerc, ¿cierto? -alzó su mirada de la carpeta para volver a mirarlo.
El menor asintió.
—¿El fugitivo te mencionó quien era antes o después de que lo ayudaras? -desvío su mirada nuevamente hacia la carpeta en sus manos. Charles aprovechó ese momento para soltar todo el aire que había contenido por los nervios, suspiró. En ese momento no pensaba en sí mismo, sino también en su padre. Aunque este lo tratara siempre con extrañamente con frialdad, él sabía que en su interior le tenía aprecio, porque después de todo era su única familia y no pensaba en abandonarlo nunca.
Charles negó. —Me lo dijo mucho después de que lo ayudé.
El hombre frente a él lo miró fijamente, su expresión era indescifrable, como la de todos en ese mundo. —Solo tengo algo que decirte. -se levantó de su asiento acercándose rápidamente al menor. Haciendo que este pegara su espalda al respaldo de la silla por lo tan cerca que estaba el mayor. —Si nos llegamos a enterar de que lo que nos contaste fue mentira, las consecuencias serán mucho peores -mencionó y después se alejó a paso rápido a la puerta de salida.
—Puedes irte.El menor se quedó quieto en su mismo lugar por varios segundos, en realidad estaba tan nervioso que no sabía ni cómo había logrado su expresión de "seriedad". Se levantó rápidamente de su lugar y caminó hacia la salida, cuando estuvo a punto de salir el mayor lo tomó por el cuello de su uniforme y lo estampó contra la pared. —Me causas intriga, ¿estás seguro que no me mentiste? -le habló cara a cara mirándolo fijamente. El menor quería mirar hacia otro lado, mientras tomaba con sus dos manos la mano empuñada del mayor que lo sostenía alzado. La respiración se le estaba cortando por el fuerte agarre.
Charles negó repetitivamente por no poder formular palabra alguna. El hombre bufó y terminó por estamparle un fuerte golpe en el rostro, después lo soltó dejándolo caer al suelo con un quejido de dolor.
—Estoy seguro de que mientes, espero que pronto podamos saber la verdad -lo miró desde arriba con el ceño fruncido y después escupió en la mano recargada del menor en el suelo.
Charles hizo un gesto de disgusto al notar lo que había hecho, apretó sus dientes con fuerza mientras seguía cabizbajo.
—Recuerda que siempre debes contar hasta tres para que nada termine arruinándose, debes contenerte.
Recordó esas palabras que escuchó de su padre, después de que su mundo se había derrumbado cuando su madre desapareció. Su padre siempre le daba consejos acerca de su condición para que estuviera a salvo de los posibles problemas que podría llevarse si no se contenía.

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All in; charlos. AU
FanfictionEn un mundo paralelo donde la sociedad te discrimina, te insulta y te lastima cada tanto, donde esta prohibido tener sentimientos y donde las personas más débiles tienen que sufrir las peores consecuencias. ¿Puede existir una forma de cambiar eso...