All in; charlos. AU

XI

—Mierda, ¿por que se me sigue dificultando la gramática italiana? -se preguntó a sí mismo mientras golpeaba su cabeza con la pluma en su mano.

El monegasco volteó a verlo, su amigo llevaba viviendo allí en Italia desde hace mucho tiempo de hecho. Se acercó un poco al mayor para ver lo que escribía, les habían puesto a que redactaran en pasado una buena anécdota que recordaran. Aunque su mejor amigo fuera inteligente, por alguna razón la gramática italiana no era para nada su fuerte. —¿que quiere decir esto? -le preguntó señalándole una palabra en su cuaderno.

—Estuve.

Por alguna razón, en ese momento Charles tuvo que aguantar las ganas de carcajearse, de hecho no supo ni porque casi ríe en ese momento, cuando llevaba años sin poder expresar sus sentimientos por consentimiento propio. —Ahí no dice eso.

—Entonces, ¿qué es lo que dice? -preguntó confundido viendo con atención lo que había escrito para hallarle lo incorrecto. No veía nada por su cuenta.

—Estaba. -tomó el cuaderno de su amigo y comenzó a leer para ellos mismos lo que este había escrito.
—Yo estaba acostado viendo como mi familia visualizaba la televisión.

—Soy un asco con la gramática -suspiró harto el mayor arrebatándole su cuaderno de las manos del monegasco.

—Es simple Checo, cuando salgamos de clase te explicaré, ¿de acuerdo?

Este simplemente asintió. Volvieron a su actividad por separado, Charles ya casi estaba por terminar esa actividad hasta que la campana para dar a conocer que la clase había terminado pudo escucharse. La mayoría allí se levantó al instante, unos se estiraban en su mismo lugar y otros simplemente apoyaban su cabeza en su pupitre para descansar un rato antes de que la siguiente clase comenzará. Charles también recostó su cabeza en el pupitre, Checo le colocó su saco encima para que este pudiera descansar sin la molestia de la luz del salon. Pasaron como unos 10 minutos hasta que el siguiente profesor entró al salon. Charles se había quedado dormido rápidamente, la noche anterior no había podido dormir muy bien, por alguna extraña razón había soñado algo muy raro, que dudaba que sucediera, pero le dio nervios.

—Buenos días chicos, habrá examen sorpresa -informó el profesor mientras acomodaba sus cosas en el escritorio y después se paraba enfrente de toda la clase. —Charles Leclerc, debes irte a la oficina del director en este instante.

Checo se tensó al instante, ¿por qué demonios llamarían a Charles para ir allá? Nunca antes le habían llamado la atención hasta ese punto. Golpeó con suavidad la pierna de su amigo que seguía dormido allí mismo junto a él, no se levantó ni despertó.

—Joven Leclerc -volvió a llamarlo.

Checo apretó con suavidad el muslo de su amigo, al saber que era una zona que el menor odiaba que tocara a saber porque razón. Al instante de alejar su mano de allí el menor saltó en su mismo lugar sin saber que ocurría ya que tenía la atención de todo el salón. Volteó su vista a su amigo, este se alzó de hombros sin más. Se levantó.

—A dirección por favor Leclerc, el director te espera -mencionó el profesor, este asintió aún muy adormilado y caminó para salir del salón.

...

[Violencia fuerte en esta escena y tema delicado de tratar, no lean si son sensibles].

—Tu novio no vendrá esta vez a ayudarte o, ¿si? -Carlos caminaba por los pasillos hasta la azotea, para comer solo ya que en todo el día no había visto a Lewis, al parecer había faltado a clase ese día. No les prestó atención y continuó con su camino.
—¡Ey Sainz! -lo tomó por el hombro para detenerlo al instante. —Te estoy hablando -el menor se giró sobre sus talones para enfrentarlo, en realidad no sabía qué hacer en un momento así, pero estaba seguro que pelear no sería lo más inteligente en ese momento en que es un grupo de cuatro frente a él.