Capítulo Trece.

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Me remuevo inquieto una vez más. Pateo las sábanas hasta que quedan en el suelo y me quedo mirando el techo por un buen tiempo.

Estoy oficialmente en la zona de amigos.

Cuando los chicos se enteren de esto se reirán de mí hasta morir. De todas formas la sonrisa en mi rostro no me la quita nadie. Hace días no podía sonreír así.

Me siento en la cama y sacudo mi rostro. Tengo que calmarme.

Jaxon, concentrate.

Me pongo de pie y camino hasta la puerta, creo que necesito un vaso de agua para refrescar no solo mi garganta, también mi mente.

La puerta de la habitación de mi hermano se abre casi al mismo tiempo que la mía.

Nicole me devuelve la mirada con los ojos muy abiertos.

—Yo...— los nervios se apoderan de mi cuerpo— Baño.

—Yo también pero ve tu primero.

—Solo necesito un vaso de agua— de pronto tengo la boca muy seca.

—Y yo cepillarme los dientes.

—Vamos.

Ambos en el baño es algo interesante y juro que nunca se me pasó por la mente.

Nicole se sienta en la taza del baño con la tapa cerrada mientras cepilla sus dientes y yo tomo unos pequeños sorbos de agua apoyado en el lavamanos.

—¿Crees que puedas dormir bien?— pregunto.

Ella escupe la pasta de dientes y enjuaga su boca para hablar.

—La cama de tu hermano es bastante cómoda.

—Él mismo compró su colchón. Es uno de los mejores del mercado.

—Eso supuse, es muy blandito.

Asiento y bebo agua tranquilo.

—El baño es bastante varonil.

Miro alrededor notando las diferentes cosas de Malcom y mías. Tiene sentido que este baño sea más "varonil" ya que solo lo usamos Mal y yo.

—Este baño solo lo usamos mi hermano y yo, Jen tiene uno en su habitación porque es la favorita.

—Eso lo explica todo— se pone de pie— gracias por el cepillo de dientes, tengo la costumbre de lavarlos después de cada comida y me sentía muy culpable de no lavarlos ahora antes de dormir.

—Mamá siempre tiene repuestos— abro el espejo para que vea los diferentes cepillos— ella dice "ustedes, hombres, siempre pierden todo". No sé en que se basa para decir eso pero es mi madre, no puedo reclamar, además ella compra los mejores cepillos para nuestros dientes, sabe lo que hace.

—Ella es genial— se abraza a sí misma— ¿De verdad crees que resulte lo de la denuncia?

—Mi madre siempre cumple sus promesas, ella lo hará. — intento tocar su mano pero retrocedo— Nicole...

—¿Si?

—Quiero preguntarte algo.

—Dime... — sus mejillas se sonrojan y mi respiración falla— No tengo dinero. Espera, eso era un chiste pero ahora que lo pienso no tendrías por qué pedirme dinero.

—No es dinero— aclaro mi garganta porque quiero ser serio— más bien quiero que me hagas un favor. — ella asiente— Desde ahora en adelante quiero que tengas la confianza de tocarme.

JAXONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora