JAXON

Capítulo Quince.

—¿Qué hiciste hoy, Jaxon?

—No fui a la escuela— mi voz sale en modo automático— me quedé en el patio viendo el cielo y luego me fui a dormir.

—¿Qué pensabas mientras veías el cielo?

—En lo corta que es la vida y...

Levanta la vista hacia mí y deja el lápiz de lado. Arregla sus lentes y se pone de pie. Contrario a todo lo que pensé de los psicólogos, Melek se sienta a mi lado, en el piso.

No deja de sorprenderme.

—¿Y...?

—Y si vale la pena vivirla.

—Hay muchas cosas que valen la pena y debes vivir para poder... — resopla y se acomoda en el piso— Aunque suene raro tienes que vivirlas para poder vivir y vivir para poder vivirlas.

—Mi hermana está en coma, no sabemos si despertará algún día ¿Crees que tengo ganas de vivir la vida con ella en ese estado?

—No lo sé, tu dime.

—Eres el peor psicólogo— me doy la vuelta para mirar el respaldo del sofá— y no, no tengo ganas. Mi hermana no puede, no tengo derecho de hacer como si nada pasara.

—No se trata de eso, tu hermana está en ese estado, tú no.

—Nadie me entiende, Melek.

—Oh, yo te entiendo.

Ruedo los ojos y juego con los hilos sueltos del sofá.

Las terapias volvieron porque mamá lo consideró necesario y bueno, a Melek le pagamos así que a él le conviene y no se queja.

—No quiero que mi hermana se muera.

—Siempre es bueno considerar dos o más opciones— aún le doy la espalda pero puedo apostar que está muy relajado en el suelo— tu hermana puede mejorar en cualquier momento o puede que no supere esta lucha ¿Por qué no mejor pensamos que ella se pondrá mejor? o ¿Por qué no mejor pensamos que quizás su tiempo aquí ya se cumplió?

—Quizás debí decirle que la amaba.

—Ella lo sabe.

—Pero quería decirle— una lágrima solitaria cae por mi mejilla.

—Puedes decirle ahora— me giro para verlo— hay estudios que aseguran que los pacientes en coma pueden escuchar y comprender lo que ocurre en su entorno ¿Por qué no aferrarnos a eso?

Puede que tenga razón, pero tampoco quiero verla. Según Ryder, en esta semana que pasó ha recuperado el color de su rostro y ganado algo de peso.

Mi hermana es una de las personas más valiosas en mi vida y no puedo creer que los últimos recuerdos que tengo de ella sean los más escalofriantes en una cama de hospital.

Tampoco quiero ver a mi sobrina porque inconscientemente la culpo a ella y no quiero eso porque por otro lado sé que es solo una bebé que no tiene culpa de nada.

Y ahí es donde comienzo a odiar a su padre. Si él y mi hermana hubiesen sido cuidadosos nada de esto estaría pasando.

Entonces en ese punto me doy cuenta que Jen es igual de culpable que él y me consume la tristeza. 

Mis pensamientos son un caos a esta altura.

La melodía que indica el fin de la sesión suena y Melek chasquea la lengua con un poco de frustración, si hay algo que no le gusta son los finales.