Mis pies estaban inquietos, mis manos ya no sudaban, pero de todos modos había un nerviosismo en mi interior de pie, allí en medio de la entrada del gran apartamento de Lex. Estuve por unos minutos replanteándome lo que diría, pero estaba claro que no me iría, no sin antes establecer un límite con él y con todo lo que tenía que ver con su vida, que se había vuelto desordenada y caótica, muy impropio de él.
Solo pasaron treinta segundos antes de que abrieran la puerta luego de tocar.
Los acontecimientos de los días anteriores me habían dejado agotada mentalmente, la caída de LexCorp, la muerte de mi madre y el desprestigio de mi nombre no solo habían hecho estragos en mí, sino que también se formó un vacío en el pecho, sin embargo, debía admitir que de alguna manera y como ella sola se las sabia ingeniar, Kara Zor-El me regalaba algo de su casi inagotable energía, una bocanada de aire mientras me ahogaba, y su amor incondicional terminaba dándome algunas veces un empujón hacia la luz y no es que no estuviera en ella, es que había más oscuridad en los que me rodeaban mucho más de lo que creía.
La mirada de sorpresa de mi hermano no fue algo nuevo.
-Lena – Dijo sin vacilar, parecía un poco más envejecido que la última vez, traía aun el traje puesto, a excepción de la chaqueta y la corbata que se haya suelta. Deduje que acababa de llegar.
-Lex – Expresé en su mismo tono, mientras sujetaba mejor mi chaqueta – ¿Puedo pasar? Quiero hablar algo contigo –
-Si por supuesto, adelante, mi casa siempre ha sido tu casa – Comentó abriendo más la puerta, pasé con cierto sigilo, había razón en lo que decía, y ese lugar me traía alguno que otro buen recuerdo con él.
Escuché la puerta cerrarse.
- ¿Quieres algo de tomar? ¿Ya desayunaste? - Aun era bastante temprano, alrededor de las ocho.
El televisor estaba encendido en la sala en él un canal de películas.
-Ya comí, pero gracias – Mentí, me detuve en la isla de la cocina y me di la vuelta para mirarlo.
- Seré honesto, es extraño que estés aquí– Dijo colocaron sus manos en la espalda y caminando a mí con pesadez.
-Sí, lo eso hermanito, si no fuera enteramente necesario no lo hiciera – Intenté ser lo más clara que podía, él y yo habíamos acordado en algún punto de nuestra adolescencia ser honesto el uno con el otro, sin importar lo penoso o frio que fuera, aunque estaba claro que algunas veces no lo éramos.
-Entonces... ¿Qué sucede? –Preguntó, se detuvo a unos metros de mí, y metió sus manos en el bolsillo – ¿Es por lo que sucedió con ese accidente tuyo? ¿La caída? espero que te encuentres bien –
Me reí bajo sin mucha gracia.
-No fue un accidente para empezar, pero eso ya debes saberlo ¿No?... y no, no vengo a preguntarte porque no apareciste cuando eso sucedió, porque estoy segura que eso es lo que tu ego cree que cuestionaré...- Me observó serio desde donde estaba, y aunque sus ojos estaban un poco más oscuros de lo habitual, seguían siendo implacables, era una cosa Luthor que parecía que todos teníamos.
- ¿No fue un accidente? –
Me quede callada unos momentos antes de contestarle, la tensión entre ambos era clara y ninguno quería ceder.
-Bueno ahora que lo pienso, probablemente lo fue, que un par de matones con quienes trabajabas piensen que te importo lo sufriente para creer que lastimándome te harán daño, por supuesto es un uno, uno mental y muy grande – Me crucé de brazos – Esa gente piensa que darás la cara si me hacen algo – Lo vi relajar los hombros, pero no quiso mírame a los ojos – Espéculo que pensaron que aparecieras y me salvarías con el Lexosuit –
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BLUE & GREEN (SUPERCORP)
Fiksi PenggemarLa vida de un superheroe no es sencilla, mucho menos la de alguien como Supergirl, quien tiene bajo su protección a toda Nacional City, pero incluso sus relaciones interpersonales resultan mas caóticas que patear traseros a los malos. Jamas pie...