Bang Bang || [Creepypasta Masky Prequel] | Book 2

➳ 𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 18

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— ¿Qué? — pregunto mirándolo con un poco de miedo, quería que lo que acababa de decir fuera solamente un juego o que hubiera escuchando mal.

Él sonrió y empezó a mover más rápido sus dedos dentro mío.

— Quiero que tus jugos salgan... — susurró mientras comenzaba a besar mi cuello y a morderlo ligeramente — Será lo último que voy a pedirte para perdonar el error de hace rato.

Error...

— Mmmf... Tim... — me agarré de su chaqueta con fuerza, las inmensas cosquillas que sentía en mi interior aumentaban cuando era constante en el ritmo, pero por alguna extraña razón bajó el ritmo — ¿Q-Qué haces...? — pregunté mientras sentía como sacaba sus dedos de mí y se reincorporaba para quitarse la chaqueta y tirarla al suelo del cuarto — Aah...

— Esto molesta... — dijo mientras quitaba rápido mis bragas.

— No, no, no me mires... — dije mientras veía como se ponía a la altura de mi entrepierna — Tim-

— He cambiado un poco de opinión... — dijo mientras abría más mis piernas — Quisiera probar por mí mismo esto que luce tan... — la última palabra que dijo la musitó casi para él mismo, en realidad no le entendí.

Jaló de mis piernas hacia a él y mi piel se puso de gallina en cuanto su aliento rozó con aquella zona.

— E-Espera... — antes de que pudiera seguir pasó toda su lengua por mis labios y empezó a succionar mi clítoris, así que tapé mi boca para evitar gritar, se sentía tan condenadamente bien que quería llorar.

Tim se percató de lo que hacía así que dejó de lamerle y agradecí eso, hasta que vi que comenzó a quitarse el cinturón que traía puesto y me tomó de mis muñecas.

— ¿Qué haces? — pregunto agitada mientras veo como me comienza a atar el cinturón en mis muñecas — ¿Por qué me atas? — mis muñecas quedaron tan juntas que era imposible taparme como lo hacía antes.

— Otra cosa que quiero es poder escucharte, sabes que no hay problema con que grites, aquí nadie podrá escucharte preciosa — dijo mientras volvía a la misma posición inicial y de nuevo comenzaba a lamer mi clítoris con algo de fuerza.

— ¡T-Tim! — casi grito al sentir como metía su caliente y húmeda lengua en mi vagina, la metía y sacaba rápido, realmente esto era torturante.

Quiero que acabe...
Estoy muy cansada...

— ¡D-Dios...! — gemía ruidosamente cuando metió dos dedos de nuevo y mientras hacía ese vaivén con sus dedos lamía mis labios y clítoris.

Luché contra el cinturón de cuero negro que me impedía al menos tapar mi boca.

— Sabes muy bien... — susurró mientras regulaba los movimientos de sus dedos — Más que bien, sabes deliciosamente rica — si estuviera en mis cincos sentidos y no cegada por el placer estaría tan avergonzada de lo que me dice — Podría jurar que sabes a dulces...

— Deja de d-decir tantas...ah...

— ¿Mmm? — sé que se hace él que no entiende lo que digo — Vamos Eva, ya te falta poco, créeme que me comienzo a aburrir y tendré que usar a mi amigo para ayudarte.