Bang Bang || [Creepypasta Masky Prequel] | Book 2

➳ 𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 31

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8:53 p.m.

Timothy.

Por suerte logré terminar antes mis misiones, así que no tendría que llegar tarde con Eva.

Ya ansiaba verla. Podré estar más junto a ella, por fin me puedo acercar al menos para abrazarla tan siquiera.

O también y tal vez surja otra cosa.

— ¿Qué rayos...? — susurré confuso de ver la puerta de la cabaña abierta y al parecer rota — Eva... — salí corriendo directo a la cabaña, hasta que llegué a la puerta.

Está totalmente oscuro...

— ¡EVA! — grité el nombre de ella con desesperación y miedo, al entrar rápido sentí que logré patear y pisar algo, me agaché a tomar lo que estaba pisando y lo logré identificar — Un... pedazo de plato... — al estar tan oscura la cabaña no podía ver bien del todo el suelo.

Encendí la luz del lugar y pude ver un total desastre en la sala.

Platos rotos, cubiertos, todo estaba en el suelo y roto, incluso hasta comida.

Miré todo el lugar escaneándolo, hasta que mis ojos captaron en una de las esquinas del lugar a un pequeño cuerpo que sabía hacer perfectamente quien era. Ella está sentada en el suelo y abrazándose con fuerza las piernas, sus brazos están tan arañados y su cabello muy despeinado.

— Eva — la llamé mientras me acercaba rápido a ella y me arrodillaba para tratar de atenderla — Soy Tim... tranquila, aquí estoy — dije para tratar de calmarla ya que la noté tensa por la forma en como sus uñas estaban enterradas en sus brazos — No te hagas daño... — intenté quitar sus manos de sus brazos pero estaba muy aferrada a ellos — ¿Qué pasó? Cuéntame.

Su cabeza lentamente se movió para mostrarme su rostro y pude ver que sus mejillas estaban arañadas y una humedad descendía debajo de sus ojos hasta sus lastimadas mejillas.

No entiendo nada de lo que pasa aquí...

— Eva, ¿qué te pasó? — pregunté de nuevo — ¿Vino alguien a dañarte? ¿Te hicieron algo? — pregunté otra vez sin aguantar más la duda y mirando su cuerpo lo poco que puedo, no veo ninguna herida profunda así que me calmo más. Aunque si la miro con detenimiento, está hecha un desastre. Estaba algo sucia de su ropa y sus pies sangraban seguramente al tener vidrio o porcelana enterrada.

Lo que más me causa temor es que ella no me mira, tiene su mirada perdida...

Y eso me inquieta bastante.

— No te puedo ayudar si no me dices que te sucede, cariño... — intenté tocar su mejilla pero su mano impidió eso, cosa que me hizo quedar congelado por su reacción — ¿P-Por qué hiciste eso? — pregunté confuso y sin poder creer que he tartamudeado — ¿No quieres qué te toque?

— Tim... — susurró mi nombre en voz baja y yo le puse toda la atención del mundo, lentamente ella alzó su rostro arañado — Quiero qué me digas quién fue el hombre que me violó — y sus ojos miraron a los míos — Yo sé que tú sabes quien fue.