18. DESPRECIO

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—¿Qué dices?

—Voy a llamar a mi hermana.

—¿La señorita que te acompaña en el carro?

—Sí...

Tras conocer la historia de Miranda y ver a Olivia entrando en la casa con un bebé en brazos la pareja se quedó sorprendida.

Miranda tomó a la pequeña Jazmin con cuidado. Estaba radiante de orgullo y felicidad y así se las mostró.

—Quiero presentarles a Jazmín.

Laura se acercó con curiosidad.

—Parece recién nacida, qué cosita más linda.

—Es prematura —explicó Olivia.

—Con razón es tan pequeña —musitó Víctor notando su fragilidad.

—¿Adoptaste? —inquirió Lauren tocando su delicada mejilla con un dedo.

—No —dijo Miranda —es mía.

—Pero si tú no puedes tener...

—Mis problemas son hormonales. Aún cuando me divorcié seguí tomando los medicamentos que tenía, luego los dejé y en ese luego conocí a Roman y pasó esto, como un milagro, lo mejor de mi vida.

—¿Estás diciendo que esta niña es hija de Roman? —inquirió Víctor.

—¡Dios santo! —exclamó Lauren.

—Miren ese hermoso color de piel —señalo Olivia —no cabe duda de dónde viene.

—Podría ser de su ex marido  —dijo Víctor y su esposa le dió un pequeño golpe en el brazo.

—Yo no le veo lo rubio por ningún lado —contestó Miranda —o sólo que me la hayan cambiado en el hospital.

—No le hagas caso de lo que dijo Víctor, a mí sí me encanta la idea de ser abuela —sonrió emocionada y tomó la criatura de brazos de su madre —es tan hermosa. Mira Víctor mi primer nieta —casi llora al decirlo.

El hombre vió a la a bebé cuidadosamente.

—Creo que sí se parece.

—Aun es pequeñita para saberlo.

Nunca habría querido dejarla pero sería sólo por un día. Tenía que buscar a Roman y enterarlo de que tenía una hija. Era su derecho.

Ese mediodía se instaló en el mismo hotel donde Roman estaba. Ahora sabía en qué habitación estaba así que con las emociones a flor de piel fué a su encuentro.

Hacía calor y tras darse una ducha rápida salió del baño para descansar un poco antes de salir al lugar donde lucharía esa noche.

Roman oyó la voz de Amy afuera y con la cintura rodeada por una toalla fué a abrir.

—Amy ¿qué haces aquí?

—Hola mi amor, disculpa — recorrió su fuerte figura perfecta —no pude aguantar las ganas de verte —se le acercó para rodearlo con los brazos.

—Nos vimos hace dos días.

—Lo sé —murmuró buscando sus labios.

—No deberías gastar tu dinero viniendo tan seguido.

—No es sacrificio venir y disfrutar de tus encantos  —besó su pecho.

—Creí que me amabas —correspondió a su abrazo.

—El amor sin deseo no subsiste por mucho ¿no crees?

—Yo diría lo contrario —se apartó y caminó a su habitación.

MIRANDA BUSCA NOVIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora