22. INEVITABLE

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Miranda iba a hablar de lo ocurrido cuando llegaron sus sobrinos vestidos con ropa estilo de los ochentas, abriendo la puerta de par y haciendo una gran algarabía. Roman los miró sorprendidos.

Miranda se levantó y fué a calmar a Jazmin para que siguiera dormida.

—Perdón tía... —dijo Joshua y se acercó al luchador para saludarlo con un juego de manos —¡Roman, qué sorpresa verte aquí!

—Hola tío que no tendré —dijo la dulce Selena yendo a abrazarlo.

—Hola nenita —le correspondió.

—Hola Roman, ¿te quedarás a la olimpiada de despedida de la casa? —inquirió Cameron acercándose a abrazarlo como su hermana.

Miranda la miró con reproche. Le hizo la seña de que bajara la voz poniendo un dedo sobre sus labios. Roman volteó a verla.

—¿Es en serio? —inquirió sintiéndose excluido.

—Si, al rato llegarán mi hermana con Ted y mis papás. Invité también a tus papás y Petrov.

Roman se sorprendió aún más.

—Y a Mitch  —agregó Selena —¡Es tan guapo!

—¡Oh qué bien, todos excepto yo!

—Lo siento, no eres deseado aquí —contestó Miranda encogiéndose de hombros.

—Ya habíamos hablado de eso —señaló Roman y ella empezó a sonreír.

—Era broma, solo estaba probando tu sentido del humor.

—¿Ya arreglaron sus diferencias? —dijo Joshua con un ridículo traje deportivo de colores fluorescentes que empezaba a funcionar como sauna. Enseguida se quitó la sudadera y quedó en una, aún más ridícula camisa de malla extragrande en rosa neón que mostraba su delgado cuerpo sin músculos.

Roman se mordió los labios para no reírse, pero sus hermanas fueron crueles.

—Chicos tengo hambre —dijo Roman atrayendo la atención de todos —. Su tía y yo iremos por comida ¿por qué no se encargan un rato de Jazmín?

Los chicos empezaron a pedir cuánto se les vino a la cabeza y Miranda nuevamente los calló.

—¡Silencio! ¡Jaz está dormida al fin!

—Yo la cuidaré, tía —se ofreció Selena yendo a su lado en el cunero.

—Le trajimos un trajecito de Madonna que se le verá divino —dijo Cameron enternecida y sacó un vestido con vuelo también en tonos chillantes.

—¿Tendrán algo para mí? —inquirió Roman y todos se miraron.

De pronto Josh se quitó la espantosa camisa de malla y se la lanzó.

—Eso te quedará mejor a ti que a mí.

Roman miró la prenda.

Miranda lo miró imaginando lo bien que se le vería. Roman levantó una ceja y ella se mordió el labio inferior.

—Eso y un short cortito te sentarán hermoso.

No le coqueteaba, se burlaba de él.

—Qué casualidad, justo en casa tengo uno.

Roman hizo unas llamadas cuando la convenció de hablar fuera de casa. Miranda lo vió llamar a un lugar donde en media hora les llevarían comida.

—Es del mismo sitio donde encargué la noche que tú y yo nos conocimos mejor ¿recuerdas?

—Déjalo así. ¿A dónde vamos?

—A hablar en un lugar neutral.

Llegaron a una playa privada. Según Roman era la casa de un amigo. Cuando le dijo de quién se trataba Miranda abrió la boca.

MIRANDA BUSCA NOVIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora