—¿Entonces tu auto no está porque...?
—Algún vándalo le arruinó la pintura, la carrocería y dejó varios grafitis indeseables —comentó Roman conduciendo la camioneta de Miranda.
—¿Saldrá muy caro el desperfecto? —inquirió con un poco de remordimiento después de lo ocurrido.
Mirando echó un vistazo a Jazmín en el asiento trasero.
—Es un auto de lujo, adaptado a mi gusto personal, imagínate — tiene seguro, agregó mentalmente pero ella no tenía por qué saberlo.
—Pero tú debes tener dinero para pagar...
—Tanto como mucho no, tampoco exageres, recuerda que soy un pobre luchador.
Miranda dejó de respirar. Había sido tan cruel con él.
—Se me hace extraño —trató de no pensar en sus errores —aquí no hay vándalos.
Roman la miró de reojo acusándola.
—Yo sé de alguien cercano.
Miranda vió hacia el frente. Para él, era la primera vez que la notaba apenada. Eso era novedad. Sonrió sutilmente.
Entraron al patio de casa de Miranda, pero Jazmín empezó a llorar. Ambos entendieron sin palabras lo que le ocurría, revivió el incidente. No solo ella. Miranda también se estremeció.
Terminaron yendo a casa de Roman donde la belleza del lugar a la luz del día se multiplicó.
Para Miranda fué fácil entender que su hija se sintiera segura en brazos de Roman quien aún con el brazo herido cerca del bicep se veía contento teniéndola en brazos. Aunque a cualquiera le pasaría, se dijo mirando esos grandes músculos que una vez la estrecharon dulcemente.
Estaba cruzada de brazos viéndolos pasear por el jardín cuando Jazmin se puso de pie y dió sus primeros pasos antes de caer. Miranda se quedó asombrada. Roman fué a levantarla. Jazmin se rió y el se sentó ayudándola a caminar.
—Ven con papá mi nena hermosa.
—Se llama Jazmín —dijo Miranda con la voz afectada. Roman volteó a verla, aún llevaba puesta su pijama y el cabello estaba alborotado.
Roman pensó que lucía hermosa, pero ¿por qué tenía los ojos rojos?
—Miranda, la bebé está sana. No llores.
—No es por éso... —sollozó —Ella... acaba de dar sus primeros pasos.
Roman levantó las cejas.
—¿De verdad?
—Tal vez lo hizo hace rato mientras yo iba al baño y trepó por la cama a la ventana porque dejé cajas cerca y luego...
Roman supo que iba a llorar en serio. Se dejó ir de espaldas sobre el césped y elevó a Jazmin.
—¡Y ésta pequeña luchadora se lanzó como su padre desde las cuerdas! —bromeó cortando el sentimiento de la chica, transformándolo en una pequeña risa—. ¡Sin duda eres mi hija! ¡Con ustedes la Reyna!
—Jazmin se empezó a reír escándalosamente—. Miranda, creo que ésta florecita ya no está muy fragante.La chica se limpió las lágrimas. Comprobó lo que Roman decía y fué a la casa por un pañal y ropa limpia.
Estando allá se miró en el espejo, descubriendo lo despeinada que estaba. Por un segundo pensó en arreglarse, pero no quería que Roman pensara que le coqueteaba, además lo de la niña que era urgente.
—Muy urgente —dijo al verla sobre la cama de Roman.
—Creo que alguien necesita un baño.
—No exageres —dijo Miranda y abrió el pañal —. Oh cielos...
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MIRANDA BUSCA NOVIO
RomanceRoman Watson es el nuevo y molesto vecino de la famosa Miranda Cross. Tiene 33 años Es arquitecto... entre otras cosas... Por salud, tomó un largo periodo vacacional de una actividad que es su pasión. Se compró una propiedad y está decidido a remod...