La Dueña

Capítulo 15 《Mi hijo es...》

Días despues...

Arturo el jefe de Flavio, lo llamo para decirle que las cosas con la constructora iban para largo, pero que él le llamaba para retornar.

Por otra parte Andrea y Samuel aprovecharon la visita de Flavio, que ahora se extendería hasta que lo llamaran de la ciudad, para plantearle lo que hace unas semanas atras planeron hacer, sobre hacer un nuevo cultivo, solo que esta vez el producto sería de ellos, ya lo habian hablado con José Antonio el cual les brindo su apoyo.

- Flavio: vale yo le entro.

- Irina: y ¿que cultivaran ahora?

- Andrea y Samuel: ¡Café! - ambos se miraron y sonrieron.

- Irina: ya hasta hablan a la vez.

- Flavio: y ¿que nombre llevara el café? ¿Café del Junco?

- Andrea: no, por que esto sería de todos nosotros.

- Irina: una mezcla de los apellidos? O los nombres?

- Andrea: no se...

- Samuel: el nombre lo buscamos despues, ahora lo importante es que vuelvan a realizarle estudios a la tierra, comprar la semilla y sembrar.

- Flavio: yo me encargo de como montar lo necesario, ya saben para prosesarlo aquí.

- Irina: tendrias que contratar a un personal para eso -  dijo mirando a Andrea.

- Andrea: bueno primero veremos si el producto es aceptado.

- Irina: ya veras que sí, te imaginas a las personas de otros paises tomando nuestro cafesísimo... - dijo y ellos la miraron- ¿que? Dije algo malo.

- Andrea, Samuel y Flavio: eso es, cafesísimo será el nombre - dijeron a la vez, y rieron.

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- ***: me doy cuenta de que eres muy astuto, perfecto para esta clase de negocios. Solo que... me gustaría saber, por que tanto interes en tener dinero.

- Leonardo: pues, por que ya no quiero recibir las migajas que me da mi tío. Y para poder ofrecerle una vida de reina a una mujer que me interesa.

- ***: sabía que había una mujer en esto ¿se puede saber quien es esa mujer?

- Leonardo: Andrea Del Junco

- ***: tengo entendido de que anda de novia con el hijo de Gallardo. - Leonardo fruncio el ceño- ¿que? Te sorprende de que sepa eso, yo simpre me entero de todo. Pero bueno si quieres yo te puedo ayudar, solo dime y asi - chasque los dedos- tienes a esa mujer toda para tí - Leonardo sonrio con malicia.

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Ya era de noche, Candela fue a casa de Patricia, pero una de las sirvientas le dijo que ella había salido desde temprano y no había regresado, Leonardo tampoco estaba en casa, jusnto cuando se giró para retirarse salio Emilio de su despacho.

- Emilio: Candela, vienes a buscar a mi hija.

- Candela: si, pero la chica del servicio me dijo que mo está.

- Emilio: por que no te quedas, acompañame a cenar, mi sobrino tampoco está.

- Candela: esta bien señor Emilio.

- Emilio: solo Emilio, si me dices señor me haces sentir viejo.

- Candela: bueno solo lo digo por respeto.

Emilio le aparto la silla para que ella se sentara, mientras cenaban hablaron de diferentes temas. Luego de terminar el servicio recogio la mesa y se fueron, ya que su hora de labor había terminado. Leonardo y Patricia aún no habían llegado, así que ellos estaban solos en la sala.