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Lilia se acerca con Bernard al oír el alboroto.

-No puede ser, no puede ser. -Se repite William constantemente, corre velozmente hacia el enorme y pulcro baño de la mansión.

Al entrar, William pierde el aliento, no puede si quiera mantenerse de pie, Anastasia yacía allí ensangrentada en el suelo, la sangre decoraba su vestido y las puñaladas parecían ser casi cinco.

-No, no, no. -Murmura William, quién se resigna a creer la escena.

Ya las personas habían llamado a una ambulancia con extrema urgencia.

-Está viva. -Indica la enfermera-, Pero debemos llevarla al hospital ahora.

La ambulancia se fue velozmente, y todos los presentes en la reunión salieron de la mansión colosal, estuvieron afuera un rato, hasta que Bernard manifestó ante todos:

-Alguien en la reunión tuvo que haberle hecho eso a la jóven. Sugiero que todos volvamos a casa, y que las firmas y extractos novelistas se pospongan respectivamente.

A todos les pareció un acto bastante lógico acabar con la reunión inmediatamente, pues la vida de alguien corría peligro, y todos desconocían, en su totalidad, quién había sido el responsable y cuál había sido el incentivo.

—Will, necesito hablar contigo. —Le vuelve a decir Lilia, en tono casi insistente.

—No, ahora no puedo. —Dice William en tono muy preocupado—, La vida de Anastasia peligra, debo llamar a Charlie e ir al hospital.

Cuando este se da la vuelta, Lilia lo toma por el brazo y le dice:

—Necesito decirte esto.

—No tengo tiempo, Lilia. —Le dice este nuevamente. Sus manos sudaban y temblaban, se encontraba muy acelerado y casi no recordaba el orden de efectuar las cosas.

A los minutos, William recibe a Charlie Blair y a Joanna en el hospital.

—¡¿Qué fue lo que sucedió?! —Pregunta Charlie desesperado.

—¿Cómo pueden apuñalar repetidas veces a alguien en un evento tan refinado? ¡¿Cómo es posible?! —Expresa Joanna, con semblante disgustado, asustado y sorprendido.

—No sé quién lo ha hecho, ella me dijo que iría al baño, y minutos después, llegó corriendo una mujer diciendo que la había encontrado con apuñaladas y sangre encima. —Explica William.

A los minutos, llega Lilia junto a su hermano Samuel, quién dice:

—Lamento mucho tu perdida, Will.

—¡¿Qué?! ¡No se ha muerto! —Exclama William, frunciendo el ceño con extrañeza—, Ella estará bien, le están haciendo unos trasplantes de sangre justo ahora.

—Oh, lo siento. Pensé que ya había fallecido. —Samuel se disculpa por su error.

—¿Por qué pensaste eso? —Le pregunta Charlie.

—Es que... Lilia me contó lo que pasó, y simplemente se me vino a la cabeza la imágen de Anastasia muerta. —Explica Samuel.

—Mejor deje de hablar, me está poniendo más nervioso aún. —Le pide Charlie.

—William, lo siento mucho. Lamento lo que ha pasado, sé que te tiene aterrado todo esto, pero necesito hablarte. —Le vuelve a decir Lilia.

Samuel toma por el brazo a su hermana e intenta sugerirle que no hable.

William toma asiento, y dice:

—Todo fue tan rápido. Cuando la ví allí en el suelo, creí nunca haber visto tanta sangre en mi vida, creí nunca haber estado tan asustado. Empecé a titubear y a temblar ligeramente, esto sin darme si quiera cuenta. Sólo necesito que esté bien, necesito que ella esté bien.

Poco después, pasó un doctor junto a ellos, Charlie le preguntó de inmediato cómo se encontraba su hermana.

—¿Cuál es su nombre? —Pregunta el doctor.

—Anastasia Blair. —Le informa Charlie—, La intentaron asesinar, y no sabemos quién. La apuñalaron continuas veces en el abdomen.

—Ah, ya. Ella está... Está muy delicada. —Informa el doctor—, Probablemente no pueda resistir.

—No diga eso, claro que lo hará. —Le dice William—, Se recuperará, no veo ningún problema, no lo percibo tan poco probable. Ella estará bien.

—Esperemos que sí. —Dice el doctor, quién acto seguido se retira.

William voltea a un lado y, unos metros al frente, se encuentran Samuel y Lilia discutiendo.

—No lo hagas, no le digas. —Le dice Samuel a su hermana, con tono firme.

—Lo lamento, pero debemos hacer lo correcto. Está mal callarlo. —Le dice Lilia—, Debo hablar con él.

Entonces, William se acerca a sus dos primos, y les pregunta:

—¿Qué sucede? ¿Qué deben decirme?

Samuel aún intenta detener a Lilia, pero ella sólo se para firme, y le dice a William:

—Hay algo que aún no sabes. Es sobre el caso Blair.

William baja la mirada, suspira, y le contesta:
—Querida prima, yo lo sé todo sobre el caso Blair. Pero... No todo lo he hecho aún público.

—¿Qué? ¿Entonces lo sabes? —Le pregunta Samuel, asombrado.

—Lo sé todo. —Murmura William.

El Caso Blair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora