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-Estoy

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-Estoy... Eh... -Anastasia titubea un poco.

William vuelve a ver cómo esta muerde sus labios nuevamente.

-Me encuentro alterada. No quisiera que alguien viniera a matarme. -Expresa Anastasia.

-¿Y por qué alguien querría matarla a usted? -Le pregunta William.

Pedro ahora ve como las manos de Anastasia le tiemblan ligeramente.

-Por nada, no pasa nada. -Dice esta.

-Anastasia, yo no permitiré que nadie la asesine a usted, puede contar con ello. -Le dice William-, Pero, si está usted ocultando algo, le pido con súplicas que hable ahora, pues, de otro modo, podría pasar usted a ser una cómplice del responsable.

-No soy ninguna cómplice, yo no sé nada sobre lo que le pasó a mi hermana. Sólo estoy asustada, no quisiera que ahora las amenazas manifestadas en esa nota puedan volverse realidad. -Dice esta.

William toma sus manos fuertemente, y la mira fijamente a los ojos.

-Tranquila. -Le murmura.

Anastasia respira hondo, mira al detective unos segundos a los ojos, y luego mira a Pedro, quién se encuentra con semblante casi inexpresivo.

Luego, Charlie Blair vuelve del baño y toma asiento en la mesa nuevamente.

-La señorita Anastasia se encuentra en un estado un poco nervioso, debería de acompañarla usted más a menudo. -Le sugiere Pedro a Charlie.

Charlie mira a su hermana casi con enojo.

Minutos después, William y su acompañante se despiden de los dos hermanos, y vuelven a su vehículo.

William abre los ojos cuál platos al notar que hay una nota pegada en el parabrisas.

-¡No puede ser! -Exclama Pedro al mirar lo mismo que el detective.

La nota abierta sólo decía:

Le estoy vigilando a usted y al jóven Pedro Smith. Le sugiero que abandone el caso Blair de inmediato. Esto no le concierne. Alejese, o también habrá consecuencias para usted.

-Es una amenaza. -Murmura Pedro-, Saldremos perjudicados nosotros también. ¡Entonces debemos abandonar este caso!

-No, nada de eso. -Niega William, mirando fijamente la nota-, Algo muy extraño está pasando aquí. No estoy cerca de averiguarlo, pero ésta persona cree que sí. Le teme a mi presencia en este caso, al parecer. Nunca antes había yo recibido amenazas hacia mi persona para abandonar un caso. ¡Esto es de lo más extraño y peculiar!

-¿Qué es lo siguiente que haremos ahora? -Pregunta Pedro.

William voltea y ve como Anastasia y Charlie Blair se dirigen a su auto para irse, así que el corre de inmediato hacia ellos y les dice:

-Desearía en verdad que me hicieran un pequeño favor. Quiero hablar con los hijos de Christina, con los tres.

-Pero, ahora es Jackson quien tiene la custodia. -Dice Anastasia.

-Bueno, entonces me contactaré con él. -Al decir esto, William se despide y se da la vuelta.

Una o dos horas más tarde, sin mucho esfuerzo, ya William Pennington se encontraba en la casa de Jackson Corner.

Pero, ésta vez había ido solo, pues Pedro se había quedado en casa con Claudia a pasar la tarde.

William permanecía ahora detallando cada mínima expresión del niño más pequeño, Rory, de la niña Lucy, y del mayor Rubius.

Jackson estaba allí presente, mientras William le pregunta al más pequeño:

-Rory Corner, ¿Cierto?

El pequeño asiente.

-Quisiera que me explicaras todo lo que pudieras recordar del día en que murió tu mamá.

-Fue terrible, me siento muy mal al recordarlo si quiera. -Dice el niño casi sollozando-, Yo la quería muchísimo, era mi mami. Lo malo es que de vez en cuando nos solía gritar o golpear por cualquier razón, pero, yo la quería.

-Comprendo. -Murmura el detective.

-No recuerdo nada de ese día. Sólo me levanté por la mañana, no estaba mamá. Fuí a la escuela igualmente. Y al llegar, mi tía Ana y Emily me comentaron que mami se había ido al cielo, pero nadie me explicó cómo.

Al interrogar a Lucy, las cosas fueron un tanto más diferentes. William estaba más interesado en lo que decía la niña, puesto que era algo más relevante, tal vez demasiado relevante.

-Tengo un sueño ligero. -Explicaba la niña-, El día en que murió mami, en la madrugada, yo pude escuchar una pelea, alguien estaba discutiendo. Creo que mamá discutía con alguien, creo que discutía con Rubius.

-¿A qué hora discutían? -Pregunta el detective.

Jackson Corner está parado atrás escuchando todo con atención.

-No lo sé. Debía ser aún de madrugada. Yo a penas abrí los ojos y pude ver a mami gritándole a Rubius, él le estaba exigiendo algo, no sé muy bien qué.

-Intrigante, muy intrigante. -Murmura William, quien sólo pensaba: <<¿Por qué razón Rubius le reclamaría algo a su madre en plena madrugada?>> ¿Está esta niña mintiendo o habla con suma veracidad?

El Caso Blair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora