Capítulo Cuatro

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Capítulo cuatro.
Un coqueteo inocente.


—Puedo llevarla a su cabaña...

—No, no— Taehyung la sostenía en brazos y negó ante la alfa que se había ofrecido a ello— yo la llevo, la dejaré sana y salva antes de irme.

—Está bien— le dijo Byul a la mayor— así podremos conversar un rato.

La mujer asintió sin más opción que permitirles hacer lo que desearan, Taehyung entonces ordenó a los chicos que abandonaran el lugar.

—¿No viene usted?— preguntó uno de ellos— porque podemos esperarlo, su padre...

—Nah, él sabe que estoy por aquí, iré en un rato más. No me esperen y regresen a sus casas.

Dio la vuelta, dando por terminada aquella conversación, Byul soltó una pequeña risa al notar los rostros angustiados de los alfas, supuso que el enigma líder les había dado la orden de regresar con todo y su hijo, el cual parecía muy reacio a irse.

Byul le indicó dónde quedaba su hogar e inmediatamente tomó rumbo, se sintió un tanto atrevida por mantener la nariz hundida en el pecho de Taehyung, pero lo poco que podía percibir de su aroma la tenía encantada, olía a chocolate neutro y su segundo aroma era un cítrico ¿mandarinas tal vez? no lo sabía, su olfato no era exactamente el mejor, pero le gustaba mucho, nunca le había gustado tanto el aroma de un alfa varón.

Taehyung abrió la puerta con un pie y con mucho cuidado y autorización, por supuesto, los entró a ambos en la pequeña cabaña y la sentó al borde de su cama, Byul se apartó el cabello del rostro, poniéndolo detrás de sus orejas, asegurándose también de que su bufanda seguía bien puesta en su lugar, sonrió cuando Taehyung lo hizo.

—Gracias por traerme— dijo— y por haber cuidado de mi, también por ayudarnos a todas... gracias por todo.

El pelirrojo negó, sus cabellos se sacudieron con la acción e inmediatamente los peinó hacia atrás de nuevo.

—No hay nada que agradecer, pasaste por mucho hoy ¿no estás cansada? puedo ayudarte a acostarte para que duermas cómoda.

Ambos sentían sus rostros calientes, probablemente conscientes de su situación, un alfa y una omega solos en el hogar de la última, muchos podrían malinterpretarlo y aunque su coqueteo y atracción eran obvios, ninguno de los dos tenía intenciones malas o deseos de ceder ante sus instintos, solo estaban disfrutando de mirarse a los ojos a una cercanía decente, Byul sintiéndose avergonzada porque Taehyung era demasiado guapo y este pensando en que la actitud y personalidad de Byul parecían ser tan dulces como su aroma, le encantaba.

Ambos estaban encantados.

—S-Si no te molesta...

—¿Mm? Ah, si— se estiró, destendió la cama y le ayudó a acomodarse bajo las sábanas, puso una de las almohadas bajo su pierna para mantenerla en una sola posición— Listo.

—Gracias.

Taehyung se sentó en el suelo, ambos brazos apoyados en el borde de la cama y su cabeza entre ellos, mirándola un rato más. Se preguntó qué decisión tomaría su padre respecto al clan, pensando en todas las posibilidades y asustándose porque lo más probable era que les pidiera que abandonaran sus territorios.

Lo que significaba no ver a Byul.

Lo que significaba crisis.

Y su lobo molesto.

Él también estaría molesto.

Tomó su abrigo y lo abrazó por un rato más, en lo que pensaba en cómo persuadir a su padre para que no le arruinara la vida con cualquier decisión precipitada que tomara, tal vez estaba exagerando, pero apenas había encontrado a Byul, no la podía solo dejar irse así como así.

The Alpha's Choice» KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora