Taehyung es un alfa puro, nacido de la unión de dos alfas de alto rango, hombre y mujer.
Las probabilidades de que un alfa nazca de una pareja de semejantes, es casi nula, por lo que por supuesto la condición tan increíble de Taehyung causaría mucho...
Capítulo veinte. Hacer a Byul muy feliz y cuidar de ella en todo momento.
—Tengo noticias.— habló Taehyung una vez todos habían terminado de comer— Para todos.
Ambos cachorros levantaron la mirada, observándole expectantes y Byul frunció el ceño, confundida, últimamente no se enteraba de nada y Taehyung actuaba tan misterioso, que se esperaba cualquier cosa.
Puso ambas carpetas sobre la mesa y las abrió, enseñando las fotografías de Jungkook y Jimin, eran los registros de ambos niños, Byul se cubrió la boca, sus ojos comenzando a aguarse.
—Minnie, dime que dice.
Jimin negó, triste.
—Aún es difícil leer bien.— entrecerró sus ojitos, esforzándose por entender— No sé.
—¿Cuánto tiempo llevan en el orfanato?— les preguntó sonriendo y dejando a Byul acercarse a su regazo, escondió el rostro en el cuello de su alfa mientras soltaba pequeños lloriqueos.
Jungkook observó a Jimin.
—Minnie y yo siempre hemos estado ahí, en la otra... manada— Tae asintió, Jungkook sonrió porque lo había dicho bien— allá también estábamos en uno como aquí, desde pequeños.
—Desde bebés— le contó Jimin— Koo me cuidaba y a veces me daba de su comida porque hacía hambre.
—Entonces siempre han estado juntos.
—Siempre.
—Todo el tiempo. Como hermanos.
Taehyung asintió, pidiéndole a Byul que se levantara y de esa manera pudo acercarse a ambos niños, se arrodilló, quedando a la par de ellos y les sonrió de la manera más bonita y sincera que podía, sus ojos verdes brillaron hermosamente y a Jimin le encantó, él pensaba que era un alfa muy especial y único por la manera en la que sus ojos parecían soltar brillitos y por su color tan inusual.
—¿Puedo impregnarles mi aroma?
Les faltó el aire, aquella era la gran pregunta que jamás pensaron que podrían escuchar. Normalmente, cuando los cachorros nacen, el alfa impregna su olor en los recién nacidos, es una forma de marcarles como suyos, como sus hijos.
Por razones obvias, Jungkook y Jimin no tuvieron la oportunidad de ser marcados por el olor de sus padres.
—¿Si quieres?— preguntó Jungkook, solo para asegurarse— ¿A los dos?
—Debe ser a los dos porque— Jimin relamió sus labios, volviendo a mirar a sus piecitos, nervioso pero emocionado— dónde esté Koo, debo estar yo.
Él alfa se rió, por supuesto que lo sabía. Su padre le había hecho el favor de adelantar el proceso de adopción debido a la condición de Byul, de esa manera su loba no pediría hijos y no se sentiría tan sola, por primera vez disfrutó y agradeció ser hijo del líder, definitivamente era beneficioso.
Los levantó a ambos en brazos, Byul observó infinitamente feliz la escena, el aroma exquisito y agradable de Taehyung, ambos niños dejándose abrazar mientras descansaron sus cabecitas en cada hombro mientras el íntimo momento terminaba, Tae se giró hacia ella, guiñandole un ojo.
Sentía que no cabía en sí misma de la felicidad.
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