Oscura Redención

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    Nova y Perry eran inseparables al recorrer los pasillos del instituto y se esforzaron en aprobar cada uno de sus exámenes finales. Por supuesto, no todos estaban a gusto con su relación. Les sobraban enemigos. Alex no paraba de importunarlos y junto a su grupo de atletas se mofaba de ellos. Lindsay también hizo de las suyas.

A finales de junio, tras recibir los resultados de los exámenes, no volvieron a pisar aquel lugar. Siquiera acudieron al baile de graduación, prefirieron pasar esa noche en casa, viendo una película. Se tenían el uno al otro, y se sentían afortunados.

—¿Qué quieres hacer ahora que el instituto ha acabado? —le preguntó mientras estaban echados sobre la grama del jardín de la casa.

—Vivian quiere que vaya a la universidad, así que lo haré.

—¿Pero ¿qué deseas hacer tú realmente? —insistió Perry—. ¡Vamos! Debe haber algo que anheles con todo tu ser.

Nova se mordió el labio inferior, hallándose indecisa. Admitir sus deseos le hacía sentir vulnerable, y tal fragilidad le aterrorizaba, por eso normalmente la evadía con hostilidad y sarcasmo.

—Estudiar nunca ha sido lo mío. ¡No soy un genio como tú!, Me cuesta entender las cosas y odio escribir ensayos... Lo que realmente quiero es tomar un año sabático, conocer el mundo más allá de los Estados Unidos. Quiero ver lo bonito y glamoroso, pero también toda la miseria y la pobreza que hay allá fuera. ¡Quiero explorarlo todo!, y después me gustaría asentarme en Europa. ¿Tal vez, Inglaterra? Dónde nadie me conozca, donde pueda empezar desde cero y tratar de ser alguien mejor ...Estoy cansada, Perry. De los juegos y las manipulaciones. Por un tiempo creí que al causar daño a otros lograría llenar este vacío que existe en mí, pero el hoyo solo se ha agrandado y no logro conseguir paz.

—Creo que te entiendo.

—¿Lo haces realmente? —le cuestionó ella—, es que nunca muestras arrepentimiento.

—No soy normal, Nova. Hay emociones que soy incapaz de sentir, en ese sentido siempre he estado vacío. No logro entender el propósito del arrepentimiento. Considero de nada sirve aferrarse al pasado. Todo lo que importa es ¨esto¨, ¡el ahora!, porque al morir no hay nada más. De eso estoy muy seguro... Ningún dios va a juzgarte o condenarte por lo que ya has hecho en vida...Aunque no niego que algunas veces, al pensar sobre nosotros, desearía haber hecho las cosas de un modo diferente.

—Yo no cambiaría nada de nuestra historia —Se subió a horcajadas sobre él—. Soy violenta e impulsiva, ¡así como lo eres tú!... Somos similares en ese sentido, ambos estamos hechos de fuego y al juntarnos es...

—Una combustión. —Él le sobó la espalda y le lamió el cuello. La brisa era fresca y los pájaros revoloteaban a su alrededor—. ¡Hagámoslo! Empaquemos todo y larguémonos de aquí —le propuso. Nova le despeinó los cabellos con los dedos y apoyó su frente contra la de él. Cerraron los ojos mientras sus corazones latían acompasados—. ¿Lo harías? Te irías del pueblo conmigo.

—Sí, Perry...Yo iría hasta el fin del mundo contigo.

Rodaron sobre la hierba hasta que él terminó sobre ella. Le subió la playera y le acarició el abdomen con los dedos; Nova se estremeció y al advertir su rendición, él se dispuso a lamer su ombligo. Luego, le desabrochó el pantaloncillo. Deslizó la tela por sus piernas hasta dar con aquel espacio que ansiaba lamer. Tenía la garganta reseca, pero de inmediato, la humedeció con sus fluidos. Ella le guio durante el proceso, dándole instrucciones explicitas sobre lo que le gustaba, mientras encajaba las uñas en su cráneo, y exclamaba blasfemias.