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   La recuperación no fue rápida. Aquel hijo de puta le había provocado desgarres internos; debió ser suturada en quirófano y tratada con antibióticos y analgésicos. Transcurrida una semana, se le permitió volver a casa.

Nova pretendía estar bien; actuaba delante de Vivian como si nada hubiese ocurrido, pero sufría de insomnio y tenía la constante sensación de estar sucia. Su trastorno alimenticio había empeorado, y a veces, creía escuchar la voz de su violador o sus pasos al aproximársele.

Al incorporarse al instituto las cosas no mejoraron. Alex no le dirigía la palabra; aunque era comprensible, siendo que lidiaba con sus propios problemas; tras aquel partido había perdido su popularidad, y era víctima de acoso escolar. No obstante, su carrera en el baloncesto no acabó del todo; aún era un jugador excepcional y varias otras universidades deseaban reclutarlo.

Aquel noviazgo oficialmente había terminado, y a Nova no podría importarle menos. Había satisfecho su sed de venganza sobre él, pero a cambio, había pagado un alto precio.

¿Tal vez fuese obra del Karma?; que ahora fuera tratada por todos como una muñeca rota. Notaba la lástima que le tenían, y eso, le enfurecía. Podía tolerar cualquier otra cosa, su repulsión incluso su desprecio, pero la benevolencia de la gente le era desbastadora.

Una noche en particular, mientras afuera de la casa llovía a cantaros, Nova abandonó su cama y atravesó el pasillo hasta la habitación de Perry.

Él dormía plácidamente.

¨ ¿Cómo era posible? ¨ —se preguntó muy intrigada—. ¨Que pudiese descansar tan tranquilo tras todo lo que había hecho...¨

Ella aún se estremecía al recordar aquella sangre.

No estaba segura de poder confiar en él; ahora que conocía su verdadero pasado y la magnitud de la oscuridad que en su interior habitaba.

Perry era capaz de matar con gusto y alevosía, así como de mentir a la policía sin titubeo. Su talento en la manipulación era magnífico, siempre lograba que las personas obraran a su antojo. Le superaba en inteligencia y era el ser más hermoso que ella jamás hubiese conocido; cada rasgo en él era perfecto, tanto que a veces de solo mirarle el corazón le punzaba.

Lo amaba.

Esa era la razón de que estuviese tan liada, porque sin importar cuan malo este fuera o cuantas cosas horribles hiciera, jamás podría traicionarlo.

—¿Cuánto tiempo hace que estas allí parada? —le dijo al despertar, y notarla.

—Un buen rato. Las tormentas me asustan.

—Ven aquí. —Le dio espacio entre las mantas y Nova se echó sobre el colchón abrigándose entre sus fuertes brazos. Perry le estrechó contra su pecho y tiernamente, acarició sus rubios cabellos—. Estás a salvo conmigo.

—¿Realmente lo estoy?

—¿Lo dudas?

—¡Por supuesto que lo hago! Mataste a tu primo, a tu tía, y no sé a cuantas otras personas más... Sin existir un motivo aparente; porque te divierte, porque hacerlo te produce algún tipo de placer...

—Eso no es del todo cierto. No sentí placer al matar a ese profesor, no fue eso lo que me motivó... Le separé la cabeza del cuello con un machete porque vulneró algo que para mí es sagrado... ¡Te lastimó!, y se lo hice pagar.

Perry buscó su boca y la consumió. Nova jadeó contra sus labios y le aferró por el pelo mientras él se encajaba entre sus piernas; advirtió su dureza y eso le hizo alejarse. Por instantes se halló confundida, presa del pánico.

—Detente.... —pidió, al rememorar aquellas horribles horas en que Aarón Ramírez le atacó cruelmente.

Tras oír su súplica, Perry se apartó, pero mantuvo sus manos entrelazadas.

Afuera aún llovía y los relámpagos hacían vibrar el vidrio de las ventanas del cuarto.

—Si existía un motivo para matar a Richie —le reveló el que era su más grande secreto—. Él...abusaba de mí... La primera vez que ocurrió, yo tenía unos 11 años y siquiera entendía que ocurría, creo que incluso me agradaba esa sensación de... ya sabes, correrme. Pero luego empecé a comprender lo que significaban sus manoseos, y quise detenerlo, pero Richie no aceptaba un no como respuesta. A pesar de tener solo un par de años más que yo, era grande, muy robusto, y se valía de eso para amedrentarme y someterme; así que debí tomar medidas extremas, y sí, ¡maldita sea!, disfrute cada minuto de ello y no me arrepiento de lo que le hice... No hay más homicidios. Solo fueron él y su madre... Alice era linda y me simpatizaba, pero sabía demasiado y si no la sacaba pronto del camino, iba a hundirme.

Apoyó su frente contra la de ella y ambos cerraron los ojos.

—Por favor, no me rechaces.

—No es intencional. ¡Deseo que me toques!, adoro cuando lo haces, pero ya no controlo las reacciones de mi cuerpo... En este momento tengo la cabeza vuelta un caos, Perry... Debí escucharte cuando me advertiste sobre Aarón, pero fui testaruda y continué coqueteándole. Es mi culpa todo lo que ha ocurrido, ¡yo me lo busqué! Soy una mujerzuela idiota, como tú tantas veces me has dicho.

—Nada justifica la forma en que ese malnacido te trató, y te aseguro que no podías haberlo evitado—refutó él—. Estaba obsesionado contigo, y tarde o temprano iba a lastimarte, así como lastimó a muchas otras...Tras llevarte al hospital, regresé a esa cabaña y encontré fotos y videos donde ese tipo practicaba las cosas más repugnantes... Le excitaban las niñas pequeñas, también los animales... ¡Era un enfermo de mierda! —Le acarició el rostro con los dedos—. Lo siento, por todas las veces en que te he insultado. Cuando pierdo el control digo cosas hirientes y actúo sin pensar.

—¿Cómo aquella vez en que me estrangulaste? —no era una recriminación, solo deseaba saber más sobre él.

—Sí, como esa vez.

Se levantó de la cama y le dio la espalda. Permaneció parado frente a la ventana, observando las gotas de agua resbalar sobre el vidrio. Se encontraba perdido en sus pensamientos; no se entendía así mismo. Ella despertaba la humanidad en él, y no le agradaba el remordimiento que eso conllevaba. Todo había sido más fácil antes, cuando nada en aquel mundo le importaba; cuando había sido incapaz de sentir afecto por alguien.

—Pretendías matarme, ¿cierto?

—Nova...

—Solo dime la verdad. No voy a juzgarte, solo quiero... ¡Necesito comprenderte!

—Sí. Quise matarte desde la primera vez que te vi.

—¿Por qué?

—Porque tienes una piel pálida preciosa y unos ojos celestiales...Contemplarte, despierta algo en mí; una emoción que pensé no era capaz de sentir por nadie y por eso, intenté sacarte de mí vida... Te consideraba una amenaza para mi sobrevivencia, ¡una vergonzosa debilidad!; pero en el momento en que noté que te ahogabas, no pude llegar al final.

—Así como yo no pude rebanar tu cuello cuando tuve la oportunidad de hacerlo, —Ella puso sus brazos alrededor de él, abrazándole de espaldas. Tanteó su abdomen y apoyó el rostro sobre su columna vertebral—, entonces dije que te odiaba, pero no era cierto. Creo que solo tenía miedo de ti, de lo vulnerable que soy a tu lado.

Perry le tomó por las manos y las acercó hasta sus labios; le besó los dedos con suavidad.

—¿Aún me tienes miedo?

—No, ya no.

Volvieron a tenderse sobre la cama y se acurrucaron.

Nova varias veces se despertó sollozando, pero él le apaciguó con arrullos y caricias. Le desbastaba verla de aquella manera; tan frágil, tan desecha. Deseó poder tomar su dolor y hacerlo propio. No había nada que no haría por ella; asesinar, robar, mentir... Incluso, sería capaz de dar su vida para protegerla.

¨ ¡No! Maldición ¡No! ¨; comprendió lo grave de su estado.

Había pasado lo peor, lo inimaginable.

El homicida se había enamorado.

Oscura RedenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora