CAP 04

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RUT

Caminaba por los pasillos, en busca de Harold, es la hora del almuerzo y siempre comemos juntos.

Estos últimos días ha estado algo extraño, siempre lo veo hablando con unos soldados o desaparece por horas en la oficina principal de Jing; el jefe de este cuartel.

Unas chicas pasan a mí costado en bata blanca saludándome con la mano y una gran sonrisa en sus rostros, empiezo a adentrarme por las oficinas, al final una gran puerta que es la principal, donde varias veces he visto a Harold adentrándose ahí.

En silencio voy caminando, no hay nadie a los alrededores, y teniendo la puerta al frente mío me inclino y apoyo la oreja en la madera de la puerta con la intensión de escuchar algo.

-No podemos arriesgarnos- aunque no se escuche del todo claro puedo notar que es la voz de Harold, parece... preocupado- No podemos hacerlo.

-Tenemos que, esto se está saliendo de control y por lo que dices él tiene la cura en su cuerpo.

¿Cura? ¿Cura de qué?

-Pero ella no puede verlo, y si....- lo que dice después no logro escuchar del todo claro ya que lo dijo en un tono muy bajo.

-El pueblo exige salir, vamos años en esta condición y si podemos tener la cura y controlar el virus, tenemos que hacerlo.

Me separo un poco para poder entender bien lo que está pasando, me cuesta mucho entender sinceramente ¿Quién es esa persona misteriosa que tiene la cura? ¿La cura de qué? ¿Del virus que yo tengo? ¿Tendría que tener miedo? ¿Me puede hacer daño? Porque, yo tengo el virus y él o ella tiene la cura.

Escucho pasos acercarse a la puerta, entro en pánico y empiezo a correr para esconderme en una esquina.

Me asomo y veo a Harold y el jefe Jing salir, se les ven algo frustrados, Jing vuelve a entrar a su oficina y Harold empieza a caminar hacia donde me encuentro, me incorporo y camino con la cabeza en alto como si no me hubiera enterado de nada.

Chocamos y sus ojos se abren ante mi presencia- ¿Qué haces aquí?- se ve nervioso, ya que mira en dirección a donde acaba de salir y luego mirarme de nuevo.

-Vine a buscarte para ir a almorzar, como siempre- veo que traga saliva  y esboza una sonrisa de lado, me pasa el brazo por los hombros acercándome más hacia él.

-Sí, perdón, el jefe quería hablar de unos asuntos.

-¿Algo malo?

Niega con la cabeza- No, no, no te preocupes.

Podría preguntarle sobre que es todo lo que hablaban ya que me encontraba escuchándolos, pero tengo un presentimiento que me dice que aunque lo pregunte no me va a decir la verdad o cambiará de tema, tal vez no es tan importante, tal vez no es asunto mío, pero, dentro de mi pecho, al escuchar que hay alguien que tiene la cura se puede tratar del chico con el que sueño casi todas las noches.

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DANIEL

Ahí me encontraba, golpean un saco de box, haciendo lo único que me permite olvidarme de todo, las palabras de Clayton se repiten en mi mente como si fuese un disco rayado.

Veo de reojo a alguien acercarse a donde estoy, pero no me detengo, golpes tras golpes haciendo que el saco se alce un poco.

En eso un toque en mi brazo desnudo hace que pare y que el saco me caiga en la cara haciendo que pierda el equilibrio y caiga de espaldas contra el suelo, me sobo la nariz ya que fue la más afectada en ello.

Miro a la persona culpable de mi desconcentración y me doy cuenta que no es cualquier persona, mejor dicho, era la última persona que pensaba ver en este día y en los siguientes, ya que la pelea que tuvimos afectó nuestra relación.

-¿Qué haces aquí Emma?- me levanto con la respiración acelerada, el sudor cayendo por mi torso desnudo, veo como sus ojos se posan en el por un momento y luego a mis ojos.

-Vine a hablar.

Me inclino a recoger mi botella de agua y la toalla colocándola alrededor de mi cuello- ¿De qué quieres hablar?- cuestiono tomando un sorbo.

-Sobre lo que pasó esa noche, pues puede que me haya sobresaltado un poco.

-¿No puedes esperar a que me bañe?- sé que estoy hablándole de una forma para nada educada, pero ahora mismo mi humor a descendido al infierno.

-No, quiero hablar ahora, porque estoy segura que si no lo hago me arrepentiré y nunca lo haré- suspiro y asiento sin seguir refutando.

Le señalo un banco que se encuentra cerca de la pared, tomamos asiento, trato de no mirarla ya que al hablar temas serios soy pésimo.

-Sé que no sientes nada por mi- esas palabras me sobresaltan, no pensé que iría de frente al tema.

-No, no- muevo las manos al frente incorporándome para estar frente a frente- No es que no sienta nada por ti es que...

-¿Puedes dejar de hablar y escucharme primero que estuve ensayando esto durante horas?

Me callo ante la firmeza de sus palabras.

-Sé que no sientes nada por mí, sé que en la mayoría de veces en que nos acostamos pensabas en ella- la miro sorprendido- Porque cuando ella aun... pues... seguía aquí, tus ojos tenían un brillo que es inexplicable, pero cuando estás conmigo es como si tu cuerpo estuviera aquí en la tierra, pero tu mente no. Tal vez suene algo feo, pero en serio me sentía usada, como si solo te sirviera de distracción para olvidarla, y no quiero más, no quiero ilusionarme de esa forma, pensar que algún día me miraras de la misma forma que mirabas a ella, solo ya no puedo.

-Oye, Emma, sobre eso...

-Espera, aun no acabo- me interrumpe- Sé que perderla a sido difícil, y nunca he tenido intensiones de de reemplazarla, de ningún modo, pero siendo sincera creo que es hora de avanzar, hora de ya superarlo ¿No crees? Y sé que te han pedido unirte al grupo de recolectores, y creo que sería bueno, que salgas, que te distraigas, y tal vez te gusta. Ahora si puedes hablar.

Me quedo mirando mis manos entrelazadas sobre mis piernas, hay un gran cierto en sus palabras- Mira Emma, yo nunca quise hacerte daño, he querido olvidarme de ella y pensé en algún momento que tal vez si nos acostábamos iba a sentir algo por ti, pero... cada vez que lo hacíamos mi mente me repetía...

-Que no soy ella ¿Verdad?- asiento.

-Nunca, te lo juro, nunca fue mi intensión ilusionarte y mucho menos usarte, por eso esa noche decidí mejor dejarlo ahí, no quería involucrarte en esto, y sé que tal vez no fue la mejor manera, pero estaba enojado y triste. Y sobre lo de ser recolector lo estoy pensando seriamente, pero tengo miedo de que tal vez cuando salga todos los recuerdos que cuando estuve con ella regresen y no pueda hacerlo y me ponga mal.

Se me queda viendo como si estuviera procesando cada una de mis palabras, no sé cómo he logrado decir todo eso, pero de alguna manera me siento liberado.

-La amabas ¿Cierto?- asiento ante su pregunta- Pues, ella nunca se va a ir de tu corazón, pero trata de que los recuerdos te den alegría en vez de tristeza, no conviertas esos momentos con ella como algo que deba lastimarte, sino hacerte sonreír porque sabes que ella marcó tu vida. Así que no permitas que eso te diga que no puedas hacerlo, sal, toma aire y tal vez haz algunos nuevos amigos.

Asiento sin decir nada bajando la cabeza, me da un par de golpecitos en la espalda y se levanta.

-Me voy, debo volver a trabajar, y báñate hueles feo.

Sonrío de lado y antes de que se vaya le digo- ¿Aun somos amigos?


Voltea a verme y sonríe de lado- Claro, si prometes no hacer lo que me hiciste a mí a otras chicas.
-Lo prometo- asiente con la cabeza como en señal de agradecimiento y se va.

Me quedo sentado un rato pensando en todas la palabras que me ha dicho, me levanto y dejo el entrenamiento hasta ahí, me baño y salgo vestido y con olor a jabón camino hacia los pasillos con mi destino asegurado, toco la puerta que en segundos se abre y los ojos del hombre se agrandan en sorpresa al verme.

-Ya tomé una decisión.

-¿En serio?- Henry parece tan sorprendido que parpadea un par de veces para ver si es que está soñando o no.

-Sí- paso por su costado para entrar a su oficina, escucho que cierra la puerta y camina hacia su escritorio para tomar asiento y yo hacer lo mismo.

-¿Qué fue la decisión que tomaste?

-Mire, lo he estado pensando mucho, soy un adulto de 20 años que debe madurar en algún momento, así que me ofrezco para unirme al grupo de recolectores.

Se me queda viendo con la boca un tanto abierta ante mis palabras, y en segundos esboza una sonrisa- Perfecto, entonces mañana es tu primera misión.

Asiento- ¿A dónde iremos?

-Pues hay una ciudad a la cual no han terminado de explorar puesto tras el ataque del puma tuvieron que retirarse, irán de nuevo, también llevaran más armas, y como tienes experiencia espero que las cosas vayan mejor.

-Bien, pero con una condición, quiero que vaya mi compañero Steve.

-Tendríamos que preguntarle si quiere unirse- niego con la cabeza interrumpiéndole.

-No, solo que es un buen soldado y si necesitamos a alguien con buena puntería, él es el indicado.

Se me queda mirando como si estuviera pensándolo bien y asiente- Bien, irá, pero solo por esta vez ¿Le comunico yo o quieres hacerlo tú?

-Yo lo convenceré, no creo que me diga que no.

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-No lo haré- estoy hablando con Steve tratando de convencerlo para que vaya mañana a la exploración.

-Vamos, dijiste que me apoyarías en todo.

-Sí, pero no quiero dejar a Alisson, además hay algo que no les hemos mencionado- elevo una ceja en señal de confusión y me cruzo de brazos.

-¿Qué es?

-Es que es complicado, puesto que no quiero que su hermano me mate, ya sabes...

-Dilo- hablo con firmeza.

-Está embarazada.

Creo que me he quedado en shock, mis ojos se van a salir de sus orbitas y siento que la sangre se me ha puesto fría.

-¿Qué?

-O sea, solo ha pasado unos días hasta que nos enteramos, pero no quiero dejarla ¿Si me pasa algo?

-¿Está embarazada?

Se cruza de brazos- ¿Qué parte aun no entiendes? Te lo estoy diciendo desde hace rato.

-Pero, son muy jóvenes...

-Ey, ya no puedo hacer nada al respecto, además me parece genial que dentro de unos meses vaya a tener un bebé.

Mi subconsciente me golpea desde mi interior y lo abrazo en forma de felicitaciones.

-Por fin, por un momento pensé que me ibas a golpear.

Nos separamos pero aun no me ha contestado mi pregunta- ¿Iras o no?

-Tendría que preguntárselo, te aseguro que yo te acompaño hermano, pero si algo me pasa no quisiera dejar huérfano a mi hijo.

Pues tiene razón, pero hay algo que aun no ha tomado en cuenta, que yo tengo el poder de curarlos- Si algo llega a pasarte puedo curarte ¿Te acuerdas?

Se me queda mirando por unos segundos para masajearse la sien. Mira para los costados como si tuviera miedo de que apareciera Clayton, inhala hondo para luego soltar el aire con fuerza y verme- Esta bien, pero primero le diré a su hermano.

-Bien, y yo te acompañaré en todo momento.

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Nota de autora: No sé ustedes pero Steve es uno de los mejores personajes secundarios que he hecho. Y ahora será papá.

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¡¡¡Besos!!!

REMEMBER ME (DTM #3) •TERMINADO•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora